NO se ha conquistado el PODER como algunos ingenuamente vociferan, ¡SOLO se ha conquistado un gobierno!
Llamado a la dirigencia y a las bases del Pacto Histórico
La diferencia con las concepciones de la derecha es que ellos han tenido decenas de gobiernos bajo la continuidad de un Poder oligárquico y narcoparamilitar y los sectores alternativos apenas llegan a un gobierno, mientras estructuras del Poder real, como las fuerzas armadas, el aparato judicial, el poder legislativo y el poder económico, ¡siguen en manos de aquellos!
Imagen: elespacionoticias.com
Miguel Antonio Espinosa Rico
Geógrafo y profesor de la Universidad del Tolima,
El retorno de las extremas derechas al poder en Brasil y Ecuador, así como el fracaso real e inocultable del “Socialismo del Siglo XXI” en Venezuela, parecen no haber gozado de lecturas críticas, no solo en Latinoamérica sino, de manera muy particular, en Colombia. Quizá la orfandad de más de dos siglos de opresión y dominio oligárquico y más recientemente narcoparamilitar, podrían ayudar a explicar una actitud de negacionismo crítico y de adhesión a triunfos que en otros países han sido efímeros y que han obligado en ellos a volver a releer las páginas pasadas sin lectura, sobre todo sin lectura autocrítica y constructiva. Antes bien, todo intento de invitación a reflexionar sobre la necesidad de ir en busca de procesos políticos que conduzcan, no a la captura de los gobiernos sino del poder de los Estados y de otro modelo político, han sido rechazados, incluso agresivamente por quienes presumen de haber asaltado el cielo con la conquista de gobiernos, cuya continuidad ni siquiera parecen calcular.
Ya desde los relativamente exitosos resultados de las elecciones al parlamento, en marzo de 2022, volvió a ser evidente que algunas personas, que alguien que ya no recuerdo ha llamado desde hace tres décadas “gerentes de la sociedad civil”, se apresuraron a ufanarse de tal cargo, cuando aquellos resultados, más que fruto de sus trabajos, que sin duda aportaron en la justa medida de sus capacidades, fue mayormente el producto del estallido social del Paro Nacional de 2021, que resultó de una acumulación importante y persistente de descontento popular, largamente acallado y reprimido. De un movimiento que desafío justamente esas prácticas de liderazgos impuestos por ventanillas y dedocracias de nuevo tipo y que se caracterizó por cuestionar autoridades inmerecidas, éticas cuestionables y protagonismos ampulosos y alimentados por el poder de difusión de las redes sociales y el encanto mediático.
Y ahora, cuando no hemos cumplido 48 horas del más hermoso y contundente de los triunfos populares de toda la violentada historia nacional, nuevamente empezamos a asistir a un espectáculo en el que sectores variopintos, de nuevas y viejas prácticas clientelistas y politiqueras, bajo denominaciones “alternativas”, lejos de proponer cómo debemos prepararnos para darle continuidad a un proceso de transformación política de la sociedad, están más preocupados por pasar su cuenta de cobro… por servicios electorales!
Desde la postura de quienes no votamos por candidatas o candidatos en las elecciones parlamentarias sino por el PACTO HISTÓRICO, que somos cientos de miles, que no acudimos a pedir ni cargos ni reconocimientos ni promoción alguna, propia de festines de la hoguera de las vanidades, siempre insulsas, pasajeras y postizas, resulta altamente preocupante que se pierda de vista que la tarea que se avecina, que debimos empezar el mismo domingo 19 de junio, es justamente el trabajo en el seno de la base social, porque son los millones de los “nadies”, de las y los jóvenes y las mujeres, responsables del triunfo del 19 de junio, las únicas personas reales que podrán permitir la continuidad del proceso y la transformación de las causas estructurales de la condición dependiente y sojuzgada de la sociedad colombiana.
Y las y los que no votamos por candidatas o candidatos personalizados en las elecciones parlamentarias de marzo de 2021, votamos por Petro en la Consulta y luego por Petro y por Francia en la primera y segunda vuelta; no para deificar el culto a ninguna personalidad sino para reconocer en él y en ella, una fórmula en la que confiamos y depositamos toda nuestra esperanza, no de que la sociedad colombiana, de un salto objetivamente imposible, pueda en cuatro años transformarse radicalmente sino que empiece con firmeza y convicción un proceso que seguirá siendo conflictivo y difícil para construir esa vida sabrosa de la que con picardía y originalidad nos ha hablado Francia; y de una vida digna y en paz duradera como lo ha expresado Petro.
El PACTO no parece referirse entonces, solo a cómo tramitar acuerdos y arreglos con los demás sectores políticos en la arena nacional sino con los actores sociales no vinculados orgánicamente al Pacto Histórico, en la arena regional y, como se los expresaron a Petro los Mamos de la Sierra Nevada de Santa Marta, en los territorios ancestrales, tanto indígenas como afrocolombianos, palenqueros, gitanos y raizales. El reto de configuración real del Pacto Histórico también es justamente ahora, y confiamos en que allí confluyan las mentalidades y los saberes necesarios que permitan no solo la existencia sino la convivencia de las diversas escuelas de pensamiento. El Pacto Histórico, por si sobrara, NO es un Partido, sino la expresión de una confluencia por primera vez lograda, ¡de los anhelos y esperanzas de todo un pueblo!
Por estas cortas reflexiones, amigas y amigos, siento la obligación de hacer un llamado a comprender que NO se ha conquistado el PODER como algunos ingenuamente vociferan, ¡SOLO se ha conquistado un gobierno!
La diferencia con las concepciones de la derecha es que ellos han tenido decenas de gobiernos bajo la continuidad de un Poder oligárquico y narcoparamilitar y los sectores alternativos apenas llegan a un gobierno, mientras estructuras del Poder real, como las fuerzas armadas, el aparato judicial, el poder legislativo y el poder económico, ¡siguen en manos de aquellos!
¿Es acaso difícil comprender esto?
Aspiramos a que muchas mujeres y hombres, jóvenes y adultas y adultos, puedan leer esta humilde nota y a que a diferencia de las cartas que Kropotkin escribió a Lenin en los primeros tres años del triunfo de la gloriosa Revolución Rusa de 1917 y cuyas respuestas Kropotkin pareció no recibir, la presente tenga algún día una respuesta sensata.
¡La lucha por el pan no ha cesado aún!
¡La lucha por la libertad no ha cesado aún!
¡La lucha por la igualdad de derechos no ha cesado aún!
La ayuda mutua, la minga, el convite, la solidaridad, siguen siendo la ternura de nuestros pueblos y nuestra mayor apuesta para construir una nueva sociedad; ¡una sociedad nueva, justa, humana y en paz duradera!
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1Notas escritas por Miguel Antonio Espinosa Rico, Geógrafo y profesor de la Universidad del Tolima, a propósito del triunfo del Pacto Histórico en las elecciones presidenciales de 19 de junio de 2022 en Colombia.
Ibagué, 21 de junio de 2022