Las propuestas político-electorales de las clases dominantes colombianas
Frank Molano Camargo
Miguel Angel Urrego
Ante la bancarrota política del uribismo, sector que viabilizó el modelo neoliberal y el fascismo en los últimos 20 años, posibilitando el tipo de desarrollo capitalista y dependiente colombiano, las clases dominantes están barajando nuevas posibilidades.
El poder político en Colombia formalmente se ha expresado en las configuraciones partidarias, aunque el poder real, el de la larga duración, expresa, desde finales del siglo XIX, la alianza entre el núcleo del gran capital financiero con base en el eje Bogotá-Medellín, con los grandes terratenientes, herederos históricos de la Encomienda y la Hacienda. Alrededor de este núcleo gravitan las clases dominantes de regiones como la Costa Atlántica, los Santanderes, el Eje Cafetero y las clases dominantes emergentes provenientes de las mafias y el narcotráfico.
Como lo señaló, hace ya casi 50 años, Fernando Guillén Martínez, la configuración del poder político en Colombia resultó de la fusión económica, política y cultural, inserta en el territorios y configurada en la experiencia subjetiva de las y los colombianos, de la estructura patriarcal, autoritaria y semiservil de la hacienda andina (caucana y cundiboyacense) con los capitales antioqueños, ambos tuvieron la capacidad de subordinar a las demás clases dominantes regionales, han controlado el poder del Estado, del cual las clases dominantes pelechan sus fortunas, mantienen la lealtad a la dependencia respecto a Estados Unidos, han promovido el neoliberalismo y no han tenido mayores reparos para hacer alianzas con las mafias y el paramilitarismo para asegurarse de que su sistema de privilegios no sea alterado.
Además, se han asegurado mediante procesos de consentimiento y violencia la obediencia de las mayorías populares, quienes se han mantenido atemorizadas y distantes de proyectos emancipatorios acudiendo a repetidos estallidos sociales sin mayor proyección para expresar su frustración, permaneciendo leales, serviles y haciendo uso de estrategias de mimetismo y adulación para obtener algún beneficio de los de arriba. Los casos de Aida Merlano, la humilde hija de un comprador de votos de los barrios populares de Barranquilla que saltó a la política local en el interfaz de la transición de poder de los Gerlein a los Char, o el de Miguel Polo Polo, un joven humilde de Tolú, Sucre, devenido en youtuber del fascista Centro Democrático, son casos emblemáticos de este comportamiento de amplios sectores de la población.
Si bien la matriz del poder político nacional en Colombia ha estado afincada en la alianza, económica, política y cultural, del capital y la hacienda, esto no significa que no emerjan proyectos de elites regionales que pretenden sumar un nuevo término a esa ecuación. De hecho, la política a nivel nacional se determina por la forma como se construyen las alianzas regionales. Es por eso que se hace necesario desentrañar las redes de poder político que se disputan las elecciones en 2022. En este apartado proponemos una caracterización de dos coaliciones de las clases dominantes nacionales: el Equipo Colombia, anteriormente la Coalición de la Experiencia y la Coalición del Centro Esperanza, así como la candidatura “independiente” de Rodolfo Hernández.
El Equipo Colombia, anteriormente denominada Coalición de la Experiencia
Esta coalición representa con claridad el proyecto de ampliación de la matriz del poder político dominante capital-hacienda (Bogotá-Medellín) con el poder emergente de los clanes político empresariales de la Costa Atlántica, específicamente de Barranquilla, beneficiarios del proyecto paramilitar, la desposesión campesina y el rápido desarrollo capitalista de la mano, entre otros de dineros del narcotráfico en el norte del país. Una mirada a sus figuras emblemáticas, así lo indica.
David Barguil, hijo de la migración libanesa a la Costa Atlántica, nacido en Cereté, Córdoba. Su historia política está ligada al tejido del poder en Colombia. Estuvo casado con María Paz Gaviria, hija de César Gaviria y fue liberal, luego en 2006 trabajó para la alcaldía de Enrique Peñalosa en Bogotá. Posteriormente se pasó al partido Conservador cuando Sabas Petrelt le dio un cargo en el Ministerio del Interior. En 2010 regresó a su departamento, Córdoba. Coqueteó con el gobierno Santos y en 2014 se convirtió en el presidente del partido Consevador. También es primo lejano de Vivi Barguil, la esposa de Luis Carlos Sarmiento Gutiérrez, presidente del grupo Aval el hijo mayor de Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre más rico del país.
Federico Gutiérrez, antioqueño ha mezclado la actividad política, supuestamente “independiente” (entre el fajardismo, el Partido de la U y el uribismo) con la asesoría empresarial. Como alcalde de Medellín mantuvo el pacto de gobernabilidad con las mafias del narcotráfico y el sicariato (dongobernabilidad) que garantiza estabilidad a los cabecillas criminales, castigo severo a las bases sociales del narcotráfico y flujo de dineros para el crecimiento de la ciudad.
Alex Char. Integrante del clan Char de origen sirio-libanés que llegó a la costa en los años 20 del siglo XX, pasaron de ser comerciantes de joyas, a tener un almacén en Barranquilla (El Olímpico) a lo que hoy es la cadena nacional de Supertiendas Olímpica y de la Organización radial Olímpica con 30 emisoras en 17 ciudades del país, así como el equipo de fútbol Junior de Barranquilla. Han combinado el poder económico con el poder político, en alianzas con todos los partidos de la derecha colombiana (Cambio Radical, Conservador, Liberal, Centro Democrático) lo que les ha permitido acceder al control de alcaldías, gobernaciones, contratación pública, varios senadores y representantes, participar de negociados como los de Odebrecht. Participaron de la alianza con grupos paramilitares y negociaron con ellos formas de «clientelismo armado» lo que se tradujo en una estructura de poder político y económico violento que promovió la legalización de capitales de los carteles de la Costa, Cartel de Cali y del Norte del Valle. Figura emblemática “El Mellizo”, incrustado en la alta sociedad barranquillera.
Famosos por la compra de votos, los Char, como representantes del nuevo poder costeño, aspiran ocupar un lugar en la matriz capital-hacienda (Bogotá-Medellín), ampliándose a la matriz capital-hacienda-corrupción (Bogotá-Medellín-Barranquilla), de la mano de Alex Char, exalcalde de Barranquilla.
Enrique Peñalosa Londoño. Nacido en Washington, hijo del político liberal llerista Enrique Peñalosa, representa el sector de la granburguesía colombiana más ligado al capital internacional. Combinó su carrera política, primero en el liberalismo con negocios con firmas internacionales de desarrollo urbano. Como alcalde de Bogotá expuso su proyecto político de modernización neoliberal comandada por el capital internacional, autoritario y antipopular.
Aydee Lizarazo. Integrante del partido cristiano Mira, de derecha radical, con quien ha hecho su carrera política, primero en su departamento Quindío y luego como senadora cristiana.
La Coalición Centro Esperanza
Esta coalición política, ligada a la matriz del poder político nacional, es decir a la estructura política, económica y cultural del capital y la hacienda, busca incorporar un nuevo sector de la burguesía colombiana ligada a la academia y sus estrechos vínculos con el entramado empresarial del capital financiero global y del poder económico del Estadol, lo que daría origen a la nueva matriz de poder: hacienda-capital-tecnología, con eje Bogotá-Medellín. Tal como se deriva del análisis de sus candidatos:
Sergio Fajardo, nacido en Medellín ha construido su capital político e intelectual, siendo profesor e investigador de universidades como Los Andes, el Centro de Ciencia y Tecnología de Antioquia, con la actividad política, primero apoyando a Ernesto Samper en la campaña presidencial de 1998, en la que sonó como posible director de Colciencias, luego en la política regional antioqueña con su movimiento Compromiso Ciudadano. Primero fue gobernador de Antioquia y luego alcalde de Medellín. Desde 2016 construyó una alianza política con Claudia López de Alianza Verde, Jorge Robledo del Moir. Su corriente política, el fajardismo, tiene estrechos vínculos económicos con el Grupo Empresarial Antioqueño, un emporio financiero de tres grupos: Grupo Argos (Cemento y Construcción), Grupo Sura (finanzas), y Grupo Nutresa (alimentos) que hoy tiende a ser absorbido por otro grupo, los Gilinski, un emporio financiero colombiano estrechamente ligado al capital internacional.
Juan Manuel Galán, ha hecho su carrera política utilizando la imagen de su padre, Luis Carlos Galán, a manos de narcotraficantes y políticas de derecha. Relaciona su formación académica internacional con su paso por cargos públicos en los gobiernos de Pastrana, Uribe Vélez, senador en las toldas liberales y ahora precandidato con un reencauche del Nuevo Liberalismo. Además, ha sido consultor del Banco Mundial y asesor de empresas como Flora Growth Corp., compañía de cannabis medicinal.
Alejandro Gaviria, economista e ingeniero nacido en Chile, docente y rector de la universidad de los Andes, investigador de Fedesarrollo, consultor de la Federación Nacional de Cafeteros, del Departamento Nacional de Planeación, representa el prototipo de la tecnocracia global, fuertemente vinculada al establecimiento.
Jorge Enrique Robledo, proviene de familia de clase media alta manizaleña, aunque nació en Ibagué, se vinculó, siendo estudiante de la Universidad de los Andes, al MOIR. Desde 2002 ha sido senador. Representa a los sectores de izquierda de la burguesía que aspiran un proyecto político de capitalismo nacional como resultado de una lenta transformación y modernización que solo puede ser lograda de la mano de lo que consideran los sectores no mafiosos del gran capital.
Carlos Amaya, inició su actividad política como líder estudiantil en su departamento Boyacá, hizo parte, en 2006, de la Federación Nacional de Representantes Estudiantiles de Educación Superior (Fenares), que plantea que son los representantes institucionales los verdaderos voceros del estudiantado universitario. En 2010 se hizo congresista por Boyacá en las filas del Partido Verde, en 2014 fue electo gobernador de Boyacá, y ha venido construyendo en ese departamento una especie de “amayismo”, emulando a Fajardo, mediante acciones ilícitas como presiones a funcionarios para favorecer contratos y nombramientos a sus allegados, por lo cual tienen investigaciones de la Procuraduría.
El candidato “independiente” Rodolfo Hernández
Las clases dominantes de Santander se mantuvieron supeditadas al eje de poder Bogotá-Medellín y se enfrascaron en profundas disputas regionales, primero entre los líderes bipartidistas y luego, en relación al poder mafioso del Clan de los Aguilar, fieles al uribismo y beneficiarios de la corrupción asociada a las regalías del petróleo de Barrancabermeja y la jugosa contratación pública de la región. Así, cuando el empresario de la construcción y contratista del Estado, Rodolfo Hernández, llegó a la alcaldía de Bucaramanga (2016 -2019) empezó a construir una nueva lógica del poder local. La independencia de Hernández fue flor de un día, para asegurar su propia posición terminó acordando negociados con el poder tradicional. Denuncias por corrupción en la contratación municipal del servicio de aseo que vincula capitales locales, nacionales y globales y por supuesto, familiares del exalcalde, hicieron evidente que el “hernandismo” ingresaba por la puerta grande al poder regional. Su talante autoritario y su concepción neoliberal, racista y clasista lo acercan con el proyecto uribista y sirve al núcleo empresarial bumangués para que Hernández intente emular a los políticos decimonónicos como García Róvira y Aquileo Parra quienes ocuparon la silla presidencial.
Rodolfo Hernández ha construido su propio proyecto político que denominó “Liga contra la Corrupción” para posar como candidato digno e independiente ante la opinión nacional, no obstante, más que una apuesta independiente se trata de un proyecto regional armado con los despojos del uribismo, del clan Aguilar y de otros políticos regionales, algunos fuertemente cuestionados por sus nexos con el saqueo del erario.
_:
Frank Molano
Profesor dpto Ciencias Sociales - UD
___________
Fuente:
Wasap