Marcelo Agredo es una de las víctimas mortales que ha dejado la represión de la fuerza pública contra el paro nacional. El 30 de abril se reportó una masacre en Cali por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía, Esmad y según organizaciones defensoras de derechos humanos serían 7 los muertos, 84 detenidos, 28 heridos y 3 personas habrían perdido uno de sus ojos durante esta jornada.
El sepelio de Marcelo se realizó en medio de multitudinarias manifestaciones en todo el territorio nacional que rechazan la reforma tributaria y de salud, el asesinato sistemático de líderes sociales, el desplazamiento forzado, el incumplimiento del Acuerdo de Paz, el desempleo, el aumento de la pobreza y las políticas neoliberales del gobierno de Iván Duque.