China ya tiene su nave espacial en Marte, paso previo al envío de sondas tripuladas. En 2022 tendrá su propia estación espacial.
Eduardo Martínez de la Fe
En 2024 pondrá humanos en La luna y dispondrá de un telescopio del tamaño del Hubble. Luego orbitará Venus y Júpiter.
China se ha convertido en el segundo país del mundo que consigue aterrizar con éxito una nave espacial en Marte, confirmando que tiene la capacidad tecnológica de replicar las aventuras de la NASA: también enviará humanos a la Luna y tendrá una estación espacial propia y un telescopio como el Hubble.
Este fin de semana situó en la Planicie Utopía de Marte a Zhurong, un vehículo de exploración espacial (rover) de fabricación propia, diseñado para moverse sobre la superficie de otro planeta.
Utopia Planitia es una extensa llanura situada en el hemisferio norte del planeta rojo, donde en 1976 había aterrizado Viking 2, una de las dos sondas espaciales de exploración de Marte pertenecientes al programa Viking de la NASA.
Zhurong forma parte de la sonda Tianwen-1, desarrollada por China para llevar al planeta Marte un orbitador, un módulo de aterrizaje y un rover, objetivos que ya ha cumplido.
El lanzamiento de la misión se realizó el 23 de julio de 2020 desde el centro de Lanzamiento de Satélites de Wenchang, con un cohete de la serie Larga Marcha (5) que entró en órbita marciana el 10 de febrero de 2021.
Tres meses después, la sonda Tianwen-1 envió Zhurong a la superficie marciana, que se unió así a las otras naves espaciales de la NASA que ya están inspeccionando el planeta.
Desembarco humano en Marte
El lanzamiento de la sonda Tianwen-1 forma parte del desembarco humano en Marte, que incluye el despliegue del rover Perseverance de la NASA, así como el orbitador Hope enviado por los Emiratos Árabes Unidos para estudiar la atmósfera y el clima marciano.
Estas tres misiones llegaron a Marte en febrero: el rover de la NASA descendió inmediatamente, mientras que Tianwen-1 permaneció en la órbita marciana para explorar el sitio del aterrizaje antes de enviar a Zhurong.
Zhurong ha iniciado el desarrollo de una serie de experimentos que estudiarán la topografía, la geología y la atmósfera Marte, con la finalidad de conocer mejor la distribución de hielo en la región y facilitar información sobre la viabilidad de colonias humanas en el planeta rojo.
Entre los instrumentos científicos del Zhurong se encuentra un radar que podría detectar bolsas de agua debajo de la superficie, donde podría perdurar alguna forma de vida, señala The Planetary Society.
Zhurong, que está propulsado por energía solar, tiene capacidad operativa para 90 días marcianos, que duran cada uno 1 día y 37 minutos más que en la Tierra, y puede avanzar en su exploración a 200 metros por hora, aunque la sonda Tianwen-1 seguirá recogiendo datos de Marte durante años.
El rover Perseverance de la NASA estará un año marciano (alrededor de 687 días terrestres) explorando el planeta rojo y alcanza una velocidad máxima de 0.016093 Kilómetros por hora.
China planea enviar un segundo módulo de aterrizaje a Marte en 2028 y traer a la Tierra muestras del suelo marciano, algo que tanto la NASA como la Agencia Europea del Espacio (ESA) planean conseguir también en 2031. Todavía no se sabe quién conseguirá traer esas muestras por primera vez a la Tierra, pero todos pretenden enviar naves tripuladas a Marte más adelante.
Devolver muestras marcianas a la Tierra es una de las principales prioridades de la comunidad científica. A pesar de los impresionantes avances logrados en la colocación de instrumentos científicos en miniatura en naves espaciales, solo la tecnología terrestre puede fechar muestras con absoluta precisión, reproducir resultados científicos y verificar la presencia o ausencia de vida en una muestra, destaca al respecto The Planetary Society.
El cohete que llevó a Marte la sonda Tianwen-1, antes de su lanzamiento en la estación espacial de Wenchang en China. Xinhua Agency.
Y más allá
China ya ha anunciado que piensa convertirse en una gran potencia espacial, con programas específicos no solo para Marte, sino también para la Luna y una Estación Espacial Internacional propia.
El plan para la Luna consiste en orbitar, alunizar y recoger y traer a la Tierra muestras, a lo seguirá un alunizaje tripulado.
La orbitación la consiguió en 2007, el alunizaje en 2013 y en diciembre pasado trajo a la Tierra las primeras rocas de la Luna obtenidas después de más de 40 años.
La misión tripulada está prevista para 2024 y en marzo pasado se anunció que China trabajará con Rusia en la construcción de una estación orbital de investigación lunar.
China está construyendo, además, su propia estación espacial, que estará terminada el año próximo, cuando se unirá a la Estación Espacial Internacional (ISS).
Su construcción no está exenta de incidencias: el mes pasado, el cohete que llevó al Módulo de Cabina Central a la estación espacial perdió su propulsor y cayó de forma incontrolada sobre el Océano Índico.
La Estación Espacial China (CSS) tiene menos de una cuarta parte de la masa de la ISS, construida cooperativamente por 15 naciones, aunque desarrollará importantes investigaciones sobre fisiología espacial, ciencias de la vida, física de fluidos, ciencia de materiales, astronomía y observación de la Tierra.
Utilizará los relojes más precisos del mundo y los átomos más fríos para apoyar la investigación fundamental en relatividad general y física cuántica, destaca Scientific American.
Hubble chino
Por último, China planea lanzar en 2024 un telescopio del tamaño del Hubble, llamado Xuntian, que orbitará la Tierra a 593 kilómetros sobre el nivel del mar.
Xuntian formará parte de la estación orbital china y tendrá 300 veces el campo de visión del Hubble. Investigará la cosmología, la estructura a gran escala de la materia en el universo, y la galaxia y la ciencia estelar, así como la materia y la energía oscuras.
The New York Times destaca el significado del aterrizaje de China en Marte: «La misión china a Marte puede parecer menos sexy que la última de la NASA, ya que esencialmente repite hazañas que los estadounidenses lograron hace décadas, pero representa otro hito en la ambición de China de convertirse en una gran potencia espacial.»
Lo más importante es que se trata de una demostración tecnológica para un proyecto futuro mucho más ambicioso que incluye el envío de orbitadores a Venus y Júpiter.
Foto superior: lanzamiento el 23 de julio de 2020 del cohete chino que lleva a Marte la sonda Tianwen-1. Xinhua Agency.
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