1. Amplio repudio al modelo que durante décadas aumentó la desigualdad
El neoliberalismo nació y murió en Chile
El resultado del plebiscito fue abrumador. Salvo muy pocos lugares, incluso aquellos donde ganaba la derecha, se pronunciaron por una Asamblea Constituyente Soberana.
Por Fernanda Gil Lozano
Las elecciones celebradas en dos días (el sábado 15 y el domingo 16 de mayo) tuvieron como resultado que la derecha chilena unificada, bajo el nombre de “Chile Vamos” con sus 38 constituyentes, quedara lejos de los 52 necesarios para alcanzar el tercio requerido para bloquear medidas que modifiquen las bases con que se estructuró la sociedad chilena bajo la dictadura pinochetista y subsiguió en los 30 años posteriores.
Este es el resultado de las luchas que se iniciaron en las calles chilenas el 15 de octubre de 2019 cuando un grupo de estudiantes secundarios bajo el lema “Evasión Masiva” saltaron por encima de los molinetes en el subte de Santiago ante un nuevo aumento del pasaje. La consigna rápidamente comenzó a ampliarse con otras como “…que la dignidad se haga costumbre” y, finalmente, el “…neoliberalismo nació en Chile y morirá en Chile”.
Los lemas aparecieron en la Plaza Baquedano, rebautizada como la Plaza de la Dignidad, y en múltiples marchas barriales donde pequeños y medianos grupos de vecinos llevaban carteles en pancartas improvisadas. Y esto no sólo tenía lugar en los barrios populares, tradicionales baluartes de la izquierda sino, también, en barrios de clase media y media alta como Ñuñoa o La Reina.
Finalmente, un gobierno jaqueado por protestas tuvo que dar el brazo a torcer y convocar a una Convención Constituyente que puso una serie de trabas para hacer operar el transformismo (que cambie algo para que todo siga igual). Se llamó a un plebiscito previo en el cual los chilenos decidirían elegir una convención constituyente soberana electa en su totalidad o una convención mixta entre constituyentes electos y parlamentarios en ejercicio.
El resultado del plebiscito fue abrumador. Salvo muy pocos lugares, incluso aquellos donde ganaba la derecha, se pronunciaron por una Asamblea Constituyente Soberana. Sin embargo, esta constituyente tenía sus limitaciones, sólo podían aprobarse normas con los dos tercios de los miembros. También aquí los resultados fueron contundentes: los defensores de la Constitución de 1980 no alcanzaron ese tercio que les permitiría bloquear cualquier reforma de fondo.
Hoy, la configuración de los 155 constituyentes, mitad hombres y mujeres, es la siguiente: Independientes, 48 escaños; Vamos Chile (derecha), 37 escaños; Aprueba Dignidad, 28 escaños (Frente Amplio-Partido Comunista de Chile), Lista del Apruebo (ex Concertación) más 17 escaños concedidos a los pueblos originarios.
Con esta configuración están dadas las condiciones para que la Nueva Constitución Chilena instaure una sociedad alejada del neoliberalismo. Sin embargo, queda mucho camino por delante. Deberá redactarse una Nueva Constitución y luego volverá a realizarse un plebiscito ratificatorio o de salida.
Hoy día, importa considerar que una amplia mayoría ha repudiado un modelo que a lo largo de 30 años sólo ha incrementado la desigualdad en Chile. Y, con todo, tener presente nuestro apoyo al país trasandino cuando, en la década del ’70, los y las jóvenes argentinas gritábamos: “¡Vamos Chile, carajo!”.
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Fernanda Gil Lozano es directora Ejecutiva del Centro Internacional para la Promoción de Derechos Humanos - CIPDH-UNESCO.
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Fuente:
Un revés para el oficialismo en las megaelecciones
2. Histórico avance de la izquierda en Chile para cambiar la Constitución de Pinochet
Las candidaturas independientes, en su mayoría progresistas, concentran el 34% de los votos en el primer recuento de las elecciones de convencionales constituyentes. Fernando Atria, Constanza Schonhaut y Patricio Fernández, entre otros.
Por Juan Carlos Ramírez Figueroa
. Imagen: EFE
Desde Santiago
Las candidaturas independientes, en su mayoría de izquierda, concentran el 34% de los votos, en el primer recuento de sufragios de las elecciones Convencionales Constituyentes, marcando un hito histórico en las “megaelecciones” de este sábado y domingo en Chile. En estos comicios se definíeron los 155 ciudadanos que discutirán y redactarán la Constitución que reemplazará a la 1980, instaurada por la dictadura de Pinochet. Una Carta Magna autoritaria y que fomentó el neoliberalismo, afectando negativamente a la educación, salud pública y sistema de pensiones. También es relevante el triunfo del espacio de izquierda Frente Amplio, joven conglomerado de partidos nacido al alero del movimiento estudiantil de 2011.
Destaca, por ejemplo, el triunfo de Fernando Atria (12,58%), abogado constitucionalista que lleva décadas criticando la Carta Magna de 1980; el escritor y divulgador de la historia de Chile Jorge Baradit (4,97%) y la periodista Patricia Politzer (7,62%). Todos ellos por el distrito 10 de Santiago (abarcando comunas como Ñuñoa, Providencia y Santiago Centro). También es relevante la frenteamplista Constanza Schonhaut (Convergencia Social) (5,8%) y el periodista y fundador de The Clinic, Patricio Fernández (3,07%) por el Distrito 11. Por el distrito 14, también de Santiago, fue electo el abogado y exdiputado Renato Garin (Red Liberal), el actor y dirigente Ignacio Achurra (9,53%), Camila Musanta (Revolución Democrática) y Francisco Caamaño (8,37%) de la lista del pueblo. Por el distrito 12 una de las ganadoras fue Giovanna Grandón (5,79%), famosa por vestirse de Pikachu, el personaje de Pokemon que salía a las calles a bailar en prácticamente en todas las protestas. De todas formas también hay independientes de derecha como Teresa Marinovic (9,95%) con un discurso “antipolítico” que superó a históricos dirigentes de derecha, que de todas formas también fueron elegidos como Cristián Monckeberg de Renovación Nacional (4,59%) en el distrito 10.
Evidentemente, hay mucho que analizar. Cada distrito es un universo de candidatos con un número fijo de escaños que generan este tipo de contradicciones. De todas formas, las primeras cifras marcaban una derrota de proporciones para la derecha. Algo que también se estaba traduciendo en las otras tres elecciones —Gobernador, Alcalde y Concejal— que se vivieron este fin de semana en Santiago y que hasta el cierre de esta crónica están contabilizándose los votos.
El Frente Amplio, por ejemplo, logró dos triunfos importantes en las elecciones de gobernadores. Primero en Valparaíso con Rodrigo Mundaca obteniendo el 44,33%.. Por otro lado, el experimentado Claudio Orrego (Democracia Cristiana) pasaría a segunda vuelta junto a la frenteamplista Karina Oliva (Partido Comunes), tras obtener 23,72% y 22,58% respectivamente. En las alcaldías, los candidatos presidenciales Daniel Jadue (Partido Comunista) fue reelecto en Recoleta con 64% de votos. En Providencia, sucedió lo mismo con la derechista Evelyn Mathei (Unión Demócrata Independiente) con un 57,96% de los votos.
El futuro de Chile
Una vez contabilizado los votos, los constituyentes deberán tener lista una Constitución que será votada tentativamente en el primer semestre de 2022, en lo que se conocerá como Plebiscito de Salida.
Al mismo tiempo se efectuaron las elecciones de alcaldes, consejales y gobernadores Regionales. Esto último es un hito también ya que subtituyen a los Intendentes designados por el presidente y cuya reforma fue promulgada por el segundo gobierno de Michelle Bachelet
Más allá de problemas puntuales de organización, fue relativamente exitoso, aunque un poco lento: según cálculos del Servicio Electoral de Chile (SERVEL) el proceso tomaba en promedio cuatro minutos. Lo que si fue un problema fue el trasporte público sobre todo en las comunas con menos recursos lo que explicaría —en parte— la brecha entre Vitacura (41,3%) o Lo Barnechea (36,2%) contrastando con La Pintana (13,6%) o Cerro Navia (15,3%). Una situación que también se registró en regiones donde, aunque las distancias de traslado son menores, chocó con la garantía de la ministra de Transporte Gloria Hutt de que habría mayores frecuencias de buses (colectivos).
Todo esto en medio de una pandemia que no da tregua. Con 34.583 fallecidos y 6.230 nuevos casos según el Ministerio de Salud, los colegios y establecimientos donde se emitieron los votos contaron con alcohol gel y distanciamiento social, además del uso obligatorio de la mascarilla.
La gran oportunidad histórica
Este fue el momento donde los presidenciables aprovechan la cobertura de los medios para hacer declaraciones. Esta vez el tema fueron los insultos en directo de la candidata —y actual diputada humanista— Pamela Jiles al presidente Piñera a quien encaró, sin nombrarlo, de “conchadesumadre, asesino igual a Pinochet”. Además, aprovechó de llamar a los televidentes a que voten por su pareja, Pablo Maltés como gobernador, lo que podría ser multada por el Servel al hacer propaganda fuera de plazo.
El comunista Daniel Jadue, alcalde de Recoleta se desmarcó de Jiles, en un punto de prensa. “Tengo una opinión distinta de cómo se conduce el debate político. No es que sea blando con este gobierno. Todos me conocen: le he puesto una querella por el mal manejo de la pandemia, por cuasi delito de homicidio, es una dureza bastante importante. Pero me parece que lo cortés no quita lo valiente. El debate político tiene que darse en un marco de debate político y en las palabras que vi no vi ningún debate político ni una sola idea política y eso me llama la atención”.
Además, señaló que la diputada no es de izquierda ni de derecha y que mientras ella no defina “en que lado de la historia está”, sería difícil competir con ella ante unas eventuales primarias. “No conozco su proyecto y no sé dónde está ubicada. Tiene una contradicción un poco vital, porque es la primera humanista que es partidaria de la pena de muerte. Yo soy humanista y no soy partidario de la pena de muerte, entonces habría que conocer cuáles son sus propuestas”.
Por otro lado, Paula Narváez (PS), considerada una heredera de la expresidenta Michelle Bachelet (trabajaba con ella hasta hace unos meses en la ONU), reflexionó sobre el bajo apoyo a los candidatos de la oposición y al mismo tiempo la necesidad de definir nombres de consenso para competir contra la derecha. “Me parece que la manera de definir el candidato o candidata de la oposición tiene que ser a través de una primaria legal, esa es la manera de honrar nuestra democracia, hacer ese ejercicio, es importante hacerlo. Tenemos enemos que ser consistentes o sino la ciudadanía consideraría que todo esto es improvisable, cambiable y discrecional y creo que eso atenta contra las normas de la democracia”.
Sebastián Sichel, ex ministro de Desarrollo Social del gobierno de Piñera, que también está en campaña aunque asegura ser “independiente” y que acaba de sacar un libro titulado llamativamente “Sin privilegios”, ya que insiste en haber surgido desde “abajo” señaló que “No me pone contento una democracia en que solo vote la elite y no participen todos los chilenos”, además de sumarse a las críticas por la performance de Jiles: “Ayer vimos a una candidata que no solo ofendió, dijo garabatos y llamó a votar por su pareja, sino que además no cree en la democracia".
Unas elecciones en pandemia
Si bien este proceso ha estado dominado por la situación sanitaria y el confinamiento —recién esta semana Santiago y las principales ciudades del país pasaron a “Fase 2” que permite trasladarse sin necesidad de sacar un salvoconducto— también ha habido problemas de información. Temas como los escaños para pueblos originarios o las mismas propuestas de los candidatos con menos recursos, fueron invisibilidados por candidatos que podían pagar espacios en las radios, repartir volantes o invadir las calles con las “palomas”, como se llaman en Chile a los afiches gigantes con rostros sonrientes de los candidatos. La gran batalla se ha dado en las redes sociales donde al fin podrá comprobarse si lo que se discute en Twitter o difunde en Instagram tiene los mismos “likes” en los votos reales.
Pero también —y esto es quizá lo más importante del proceso— se podrá tener un mapa de los mundos que representan los 155 elegidos para redactar la Constitución, donde han postulado desde abogados constitucionalistas hasta escritores best seller, pasando por figuras de la TV o políticos experimentados.
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3. Independientes triunfan en Chile
Aldo Anfossi Especial para 'La Jornada'
La indígena mapuche Juana Millal, candidata a la Asamblea Constituyente por el Partido del Pueblo, toca un tambor kultrun después de emitir su voto en el segundo día de la doble jornada electoral celebrada el fin de semana en Chile. Foto Ap
Santiago. Los independientes, aquella fuerza inorgánica que repudia a los partidos políticos y que compitió absolutamente dispersa, figuran como los grandes ganadores de la jornada electoral del fin de semana en Chile, al haber consolidado, contra todo pronóstico, la primera mayoría de los 155 delegados constituyentes a elegir, un resultado absolutamente fabuloso y cuyo mensaje es la cero confianza en los partidos políticos y el respaldo total a terminar con el modelo neoliberal.
Los independientes/independientes –es decir, “químicamente puros” y que no compitieron en cupos electorales que cedieron a terceros los partidos políticos, sino en listas propias fuera de pactos electorales y a los cuales les costó una enormidad constituirse y hacer propaganda electoral– se alzaban con 65 de los 155 escaños para convencionales que redactarán la nueva Constitución.
Con 80 por ciento de los votos escrutados, los independientes superaban el tercio de 52 constituyentes, mínimo para ejercer capacidad de bloqueo sobre cualquier nuevo articulado constitucional que se quiere imponer por el resto de convencionales.
Asimismo, en la elección de gobernadores, el oficialismo aparecía derrotado en las 16 regiones del país.
El tercer gran dato es la derrota brutal que sufrieron los integrantes de la ex concertación, la coalición de centroizquierda que gobernó Chile durante 30 años –la Democracia Cristiana, el Partido Socialista, el Partido por la Democracia y otros minoritarios–, que fueron arrasados en las candidaturas a aspirantes constituyentes.
El candidato presidencial Mario Desbordes, del partido oficialista Renovación Nacional, no tuvo empacho en reconocer la catástrofe electoral que sufrió la derecha.
“No hay duda de que estamos viviendo una derrota transversal que nos tiene que hacer reflexionar, no hemos sido capaces de interpretar a la mayoría ciudadana que está pidiendo cambios, que se movilizó. No hay duda de que una serie de errores cometidos como coalición y por nuestro gobierno han tenido un impacto”, declaró con rostro compungido a los medios de prensa.
“Los partidos tenemos que reflexionar respecto de qué coalición queremos construir. Hemos ganado algunas alcaldías y hemos perdido otras, pero eso no es lo importante, esto es una derrota y tenemos que analizar lo que pasó, cómo nos vamos a parar en la elección presidencial y en este tiempo que nos queda por delante”, agregó.
La analista Lucía Dammert, politóloga de la Universidad de Santiago, indicó: “hoy votó Chile en contra de los partidos tradicionales, a favor de muchos liderazgos de mujer y de independientes, a favor de una renovación importante de la política”.
Destacó que “todos aquellos que crean que no perdieron los partidos tradicionales están muy equivocados porque, efectivamente, no fue a votar tanta gente como se esperaba, pero las votaciones son distintas y se abre un panorama muy particular para la elección presidencial, a los partidos de izquierda y de independientes les fue sustantivamente mejor de lo que les esperaba y creo que la Constitución de Chile mayoritariamente se va a debatir con un mundo de representación de la centroizquierda bastante mayoritario”.
Mauricio Morales, analista de la Universidad de Talca, sostuvo que “es un resultado sorprendente desde todo punto de vista, por la fuerza que adquirieron los independientes que se están quedando con cerca de 46 escaños; en segundo lugar por el desfonde que obtuvo la derecha que de 53 que esperaba obtuvo apenas 37, y la caída de los partidos tradicionales de la centroizquierda tradicional, que sólo se está quedando con 25 cupos frente a la izquierda más dura que está obteniendo 29. Es un desfonde del sistema de partidos tradicional, un alza de los independientes y por lo tanto un terremoto electoral en Chile”.
Las votaciones se realizaron en una doble jornada que comenzó el sábado, a cuyo cierre habían votado 3 millones de los casi 15 millones de electores, apenas 19 por ciento del padrón, cifra que sorprendió por lo baja, pero que se atribuyó a lo inaudito hasta ahora de dos días de votación. Como dato del día, fue evidente que en las comunas donde viven y votan los ricos y súper ricos de Chile –y que en octubre pasado votaron abrumadoramente en contra de una nueva Constitución–, la participación electoral fue el doble y poco más que en las comunas más pobres del país.
Al final votó cerca de 35 por ciento.
Pero todo quedaba para resolverse este domingo, cuando teóricamente votaría el grueso de los ciudadanos
“La ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje al gobierno y a todas las fuerzas políticas, no estamos sintonizando con sus demandas y anhelos, y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y liderazgos”, admitió Piñera anoche.
Fue el reconocimiento de la derrota de su gobierno.
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