"Estamos frente a una tragedia sin precedentes": Cepal y OPS advierten que América Latina no puede reactivar economía sin controlar la pandemia
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Los organismos ratificaron que la región padecerá una "década perdida" por el desplome económico y el aumento de la pobreza.
Vendedores callejeros atraviesan un puente peatonal en la ciudad de Lima, Perú, el 23 de julio de 2020.Foto: Martin Mejia / AP
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtieron este jueves que la región no puede plantear una recuperación económica sin antes controlar la pandemia del coronavirus, ya que actualmente es el epicentro de las muertes y contagios, y enfrenta la tragedia social más grave del último siglo.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, y Carissa Etienne, directora de la OPS, ofrecieron una conferencia de prensa conjunta para presentar el informe "Salud y economía: una convergencia necesaria para enfrentar el covid-19 y retomar la senda hacia el desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe".
Las funcionarias aseguraron que el dilema entre salud y economía planteado en diversos países es falso, porque la prioridad son las vidas humanas que se pondrían en riesgo si se hacen aperturas de manera indiscriminada, con el pretexto de reactivar las actividades industriales y comerciales.
"El mensaje central de este reporte es que no se puede hablar de reactivación mientras no se controle la pandemia", explicó Bárcena al evaluar la manera en la que el covid-19 evidenció las debilidades estructurales del sistema sanitario.
"La salud es un derecho humano que debe ser garantizado por el Estado. Parece fácil, pero por muchas décadas se nos ha olvidado. El sector salud es un área económica, no solo social", dijo.
También recordó que los países de la región todavía están muy lejos de la meta que planteó la OPS para invertir en el sector salud el 6,0 % del Producto Interno Bruto (PIB), ya que actualmente el presupuesto destinado es apenas de un 2,3 % en promedio.
Bárcena destacó, además, que más de un tercio del gasto en salud proviene del bolsillo de los hogares, lo que implica que cerca de 95 millones de personas tienen que invertir su propio dinero en caso de emergencias porque carecen de protección social.
"El covid ha resultado en la mayor crisis económica y social, ha revelado los problemas estructurales de América Latina y el Caribe. Muchos países son epicentro de la pandemia y encabezan estadísticas de contagios. Esto se da en la región más desigual del mundo, lo que aumenta la desigualdad y la vulnerabilidad", afirmó.
Crisis, pobreza y desempleo
Barcena destacó que los contagios se han potenciado porque más de un tercio de la población vive en una metrópolis de más de un millón o más de habitantes y con altos grados de hacinamiento, a lo que se suman las altas tasas de informalidad laboral en las que se encuentra el 54 % de las y los trabajadores, la debilidad de los sistemas de protección social, la recesión y las crecientes tensiones sociales.
"Hubo más de 140.000 casos nuevos diarios en promedio (en la región) en la última semana. El reporte lo dice muy claramente: estamos en la peor crisis de un siglo. El PBI se va a contraer 9,1 %, la pobreza será del 37,3 %, son 231 millones de personas; y de ellas, 98 millones estarán en pobreza extrema, con una desocupación que subirá al 13,5 %, son 44 millones de desempleados; las exportaciones caerán un 23 %", enumeró.
Las cifras que dan magnitud de la tragedia social y económica, añadió Bárcena, todavía no toman en cuenta el impacto de las medidas sociales de emergencia tomadas por muchos países, ya que recién podrán ser evaluadas a fin de año.
Al señalar que esta situación puede provocar una crisis alimentaria, la secretaria ejecutiva de la Cepal citó el ejemplo de Haití y Venezuela, países que importan casi la totalidad de sus alimentos.
Con respecto al Índice de Gini que mide la desigualdad, advirtió que se incrementará en un 4,9 % y que los países más afectados serán Argentina, Ecuador y Perú.
A nivel regional, precisó que alrededor de 490 millones de personas van a tener ahora un ingreso menor a 500 dólares mensuales; y que los grupos particularmente vulnerables los conforman 85 millones de personas mayores, las mujeres que están más expuestas al desempleo y a la violencia doméstica, 60 millones de miembros de comunidades indígenas, 130 millones de afrodescendientes, 70 millones de personas con discapacidad y migrantes.
"Cepal considera que estamos ante más de una década perdida. A finales del 2020, el PIB per cápita retrocederá 10 años, y los pobreza, 14 años", insistió.
La salud como prioridad
En este contexto, Bárcena expresó que el reporte propone muy seriamente que no se puede hablar de recuperación económica si no se controla la curva de contagios. "No hay dilema entre salud y economía: es salud", advirtió.
Teniendo claras las prioridades, agregó, la propuesta de la Cepal y de la OPS es aplicar políticas para garantizar la universalidad de los servicios de salud y establecer un Ingreso Básico de Emergencia (IBE) a toda la población en situación de pobreza, lo que costaría el 2,0 % del PIB y que permitiría que esas personas recibieran 143 dólares mensuales.
Por otra parte, se podría entregar un Bono contra el Hambre a la población en pobreza extrema, que requeriría el 0,5 % del PIB, ya que cada beneficiario recibiría 67 dólares mensuales; al tiempo que propuso el diseño de medidas de emergencia para ayudar a las pequeñas y medianas empresas, para lo cual se destinaría el 2,7 % del PIB.
"Esta crisis va a durar y por lo tanto necesitamos instrumentos no convencionales", afirmó Bárcena.
La directora de la OPS, por su parte, recordó que hasta la fecha en América se han registrado unos nueve millones de casos, la mitad de ellos en América Latina, con casi 350.000 muertos y tasas de contagio que siguen aumentando.
"No es sorpresa que una pandemia de esta magnitud haya dado comienzo a una crisis triple en la región, dado que asola a nuestros sistemas de salud, fractura nuestra protección social y desestabiliza nuestras economías", explicó.
Etienne añadió que la pandemia puso en evidencia la interdependencia entre salud, protección social y economía, porque una aparato productivo y estable depende de una población sana, y a su vez una economía fuerte respalda la salud y el bienestar de la población.
Subrayó, además, que el coronavirus ha perturbado muchos servicios de salud esenciales, en particular con respecto al VIH, tuberculosos, malaria, programas de vacunación y programas de salud materna infantil, porque los pacientes están muriendo a tasas superiores a las normales.
"Estamos frente a una tragedia, a un desafío sin precedentes... debemos ratificar que la salud no es un privilegio, tampoco un bien básico, se trata de un derecho humano fundamental", señaló.
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