Los desafíos del mundo del trabajo
Simona Violetta Yagenova
Sólo quien no ha esperado,
te hablará de paciencia
Humberto Ak’Abal
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El estallido de la pandemia Covid-19 constituye quizás uno de los acontecimientos más im-portantes de las últimas décadas, porque agudiza las contradicciones sistémicas en un pe-riodo histórico, de por sí, marcado por múltiples crisis y una transición intrasistémica global, en cuyo marco se despliega una profunda disputa por el control-dominio de la humanidad, de los bienes naturales, los recursos estratégicos, y en cuyo marco la reproducción de la vida como tal, en sus distintas dimensiones, se encuentra amenazada. La capacidad destructiva del capital, que florece en base a la pauperización de las masas, la mercantilización de todas las formas de vida, el despojo ampliado y continuado, así como las distintas modalidades de guerra, se expande y se desnuda.
La extrema vulnerabilidad en que se encuentra la clase trabajadora en la mayoría de los países del mundo ante la crisis, desatada por la pandemia, solo puede comprenderse a partir de la brutal ofensiva que ha enfrentado el trabajo por parte del capital durante las últimas cuatro décadas. El incremento del desempleo estructural, el subempleo, trabajo precario y autoempleo, el debilitamiento de los sistemas estatales de protección social, la pérdida de derechos conquistados por parte de los trabajadores/as han contribuido al crecimiento de la desigualdad, empobrecimiento, la indefensión ante situaciones de crisis, migraciones masivas y desplazamientos forzosos, y el que un número cada vez más elevado de personas no logran satisfacer sus necesidades básicas, padecen de hambre o se encuentran en situación de vivir en la calle, que ya existían previo a Covid19, se agudizarán dramáticamente.
El mundo del trabajo está enfrentando una crisis sin precedentes, tal como lo revelan los datos de la OIT. El 81% de la fuerza de trabajo mundial, fue impactada por el cierre parcial o total de las actividades económicas (OIT, 2020c; OIT 2020 a) y se registró una pérdida de 305 mi-llones de empleos durante el segundo trimestre de este año. 1250 millones de trabajadores, esto es, el 38 por ciento de la población activa mundial, están empleados en sectores que hoy afrontan una grave caída de la producción y un alto riesgo de desplazamiento de la fuerza de trabajo. De los 2,000 millones que se desempeñan en la economía informal, 1600 millones enfrentan amenazas directas a su subsistencia diaria, registrándose una contracción del 60% del ingreso promedio durante el primer mes de la pandemia. (tabla No. 1)
En particular situación de indefensión se quedaron los trabajadores migrantes; atrapados en-tre fronteras, encerrados en centros de detención o campamientos de trabajo, en cuarentena obligatoria, sin permiso para poder salir para su hogar o país de origen, enfrentando la xenofobia y la estigmatización, muchos de los cuales se quedaron sin trabajo, sin recursos econó-micos y carecen de protección social o apoyos necesarios, con altos riesgos de contagio. -
Tabla No.1
Los trabajadores en situación de riesgo, la informalidad y la protección social
|
% empleo en
situ- |
Tasa de
informalidad en |
Protección |
|
ación de
riesgo |
actividades
no agrícolas |
social |
Mundo |
37.5 |
50.5 |
45.2 |
África |
26.4 |
71.9 |
17.8 |
Américas |
43.2 |
36.1 |
67.6 |
Estados
Árabes |
33.2 |
63.9 |
SD |
Asia y
el Pacífico |
37.9 |
59.2 |
38.9 |
Europa
y Asia Central |
42.1 |
20.9 |
84.1 |
Fuente: OIT 2020d, pag. 5
Un panorama dramático
El mundo laboral enfrenta un panorama dramático, sumando a millones en la pobreza y ex-trema pobreza, con significativas pérdidas de ingresos, patrimonios familiares, teniendo que enfrentar deudas impagables, y pocas expectativas de poder emplearse a corto plazo. En diferentes países del mundo, incluyendo Estados Unidos, millones de personas se han visto obligadas a hacer colas para recibir donaciones de alimentos y así evitar morirse de hambre. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advierte que Covid19 duplicará el número de perso-nas que sufren hambre, llegando a 50 millones para finales del 2020, lo que califica como una “catástrofe humanitaria”.
Si bien algunos sectores de la economía recuperarán lentamente sus actividades productivas en la medida que se logre controlar la pandemia, existe una gran incertidumbre sobre cuántas fuentes de trabajo se perderán definitivamente y por ende, qué porcentaje de la clase traba-jadora global quedará excluida permanentemente del mercado laboral formal.
La densa, compleja y oscura estructura de poderes globales que se configuró a raíz de la globalización neoliberal, moviliza sus fuerzas en la actual coyuntura para blindar al sistema, mediante medidas económicas, que buscan evitar el colapso de la economía mundial y poder reestructurar intencionalmente mediante una implosión controlada, aquellos aspectos cau-santes de la crisis estructural del sistema capitalista global. Solo así se puede entender la similitud de las políticas socio-económicas de “emergencia” que se aplican en los diferentes continentes, el beligerante resurgir de las desacreditadas IFI (BM, FMI, etc.), la imposición de una narrativa explicativa que invisibiliza las causas de la crisis, legitima a los centros hegemó-nicos de poder y justifica las profundas afectaciones generadas sobre el mundo del trabajo.
Las secuelas de la actual crisis sobre la clase trabajadora serán profundas y duraderas. La crisis permitirá a las elites globales robustecer su dominación clasista, y reconfigurar el mundo del trabajo en función de las nuevas modalidades de acumulación, acelerando las transformaciones derivadas de la cuarta revolución tecnológica que ya se venían implementando globalmente.
Según proyecciones del Foro Económico Mundial (2019), el 65% de los niños que hoy entran a la primaria, terminarán trabajando en tipos de empleos que aún no se han creado. La in-corporación de la inteligencia artificial, la robótica, la big data en los procesos productivos desplazará a millones de trabajadoras del mercado laboral, en tanto que la competencia por puestos de trabajo en el mundo digital, vía teletrabajos cada vez más especializados, se intensificará globalmente.
McKinsey publicó un estudio en el 2017, en que se preveía que “el 55% de los empleos japo-neses, el 46% de los estadounidenses y el 46% de los de las cinco mayores economías europeas desaparecerán debido a la informatización del trabajo para 2030” (Mckinsey Global Institute (2017). El más reciente y conservador es el publicado por la OCDE en abril de 2019, en el que la informatización y la robotización harían desaparecer el 14% de los empleos en un plazo de 20 años (OECD, 2019). Los principales sectores de empleo con una probabilidad del 50 al 70% de ser automatizados son los que la OCDE define como “medianamente cualificados”, “cuya naturaleza rutinaria hace que sea relativamente fácil codificarlos en un conjunto de instruc-ciones que una máquina puede realizar”. En otras palabras, los trabajadores calificados, operadores de máquinas, trabajadores de líneas de montaje o empleados que realizan tareas administrativas rutinarias. (Chesnais, 2020)
Accionar coordinado
El mundo del trabajo en sus distintas dimensiones está siendo sacudido estructuralmente, lo que repercutirá sobre las posibilidades de ascenso social, identidades, tendencias migratorias, prácticas socio-políticas, formatos organizacionales, debates ideológicos y métodos de lucha.
La clase trabajadora, las fuerzas democráticas, populares y de izquierda globales enfrentarán enormes desafíos en los tiempos venideros, que exigen un accionar coordinado en el ámbito global, regional, nacional y local, no solamente en la defensa de los derechos conquistados, sino en dirección de forjar consensos que permitan construir sinergias para potenciar la des-conexión individual y colectiva de los mecanismos reproductores de este sistema, sean en el ámbito ideológico, político, económico o socio-cultural, subvirtiendo la hegemonía dominante en un permanente proceso de de-construcción de lo existente y re-construcción en dirección de las alternativas sistémicas.
Hoy, más que nunca, son necesarias las transformaciones radicales sistémicas, lo que implica confrontar críticamente al reformismo burgués que una y otra vez, ha permitido que las clases dominantes reconfiguren y actualicen su sistema de dominación. Para el mundo del trabajo, salir de la lógica y del dominio del capital, constituye una necesidad histórica.
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Bibliografía
Chesnais, Francois, (2020) Situación de la Economía mundial al principio de la gran recesión Covid 19:referencias históricas,análisis y gráficos. https://bit.ly/3egcgay
Mckinsey Global Institute (2017) https://mck.co/2CmpVyF OECD, (2019) The future of work, abril https://bit.ly/313xqoC
OIT (2020a) La Covid19 y el Mundo del Trabajo, Nota conceptual para la Cumbre global 1.3 y 7.9 julio 2020; https://bit.ly/3fP9WrD
OIT (2020b) Observatorio de la OIT: El Covid19 y el Mundo del Trabajo; cuarta edición, 27 mayo 2020, https:// www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/documents/briefingnote/wcms_745965.pdf 26
OIT (2020c) Observatorio de la OIT: El Covid19 y el Mundo del Trabajo; tercera edición, 29 de abril 2020, https:// bit.ly/37LLXXr
OIT (2020d) El COVID-19 y el mundo del trabajo. Segunda edición https://bit.ly/3ewKCpK
World Economic Forum (2019) Strategies for the New Economy Skills as the Currency of the Labour Market, https://www.weforum.org/whitepapers/strategies-for-the-new-economy-skills-as-the-currency-of-the-labour-market
World Food Programme (2020) Covid19 will double number of people facing food crisis unless swift action is taken: https://www.wfp.org/news/covid-19-will-double-number-people-facing-food-crises-unless-swift-action-taken
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Simona Violetta Yagenova es profesora-Investigadora FLACSO Guatemala. Autora de diferentes publica-ciones sobre movimientos sociales, el mundo del trabajo y la democracia.
Fuente:
alem_549