SALARIO MÍNIMO Y AUMENTO DE LA JORNADA DE TRABAJO
¿Qué vamos hacer?, subirán los servicios públicos, el arriendo, la gasolina y el salario mínimo solo subirá 50 mil pesos, que no alcanzan para nada.
Esta es la pregunta que se hizo Lucía, una guarda de seguridad en Medellín, que trabaja con una empresa temporal y sobrevivirá con un sueldo de $877.802 el próximo año.
El salario es el pago por el tiempo de trabajo socialmente necesario para la manutención del obrero y su familia y con el aumento del 6% decretado por Iván Duque para el 2020, se presentará una reducción de la cantidad de mercancías o servicios que se pueden intercambiar y por ende los trabajadores se verán obligados a extender el tiempo de trabajo para lograr su subsistencia; buscando horas extras u otros trabajos, lo cual los puede llevar a accidentes o que se deteriore su salud, mientras los ricos como clase, obtienen un pedazo más grande gracias al tiempo de trabajo explotado a su favor.
La otra opción para el obrero, es comprimir su capacidad de adquirir artículos de primera necesidad, lo que significa privaciones en sus condiciones de vida, que se manifiestan en restricciones para comprar unos zapatos de calidad, tener recreación con su familia, almorzar en un restaurante, etc., situación que irá generalizando -aún más- las condiciones de superexplotación y miseria.
El salario es una relación social y en Colombia hay 9 millones de trabajadores que venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario mínimo, detrás de esta decisión, se encuentra la imposición de estrangular las condiciones de vida de los trabajadores por parte de los representantes del sistema financiero, los dueños de las grandes extensiones de tierra, los industriales y los comerciantes, quienes en esto se han puesto de acuerdo.
Un paro nacional indefinido es la respuesta que Lucía intuye, pues efectivamente es la única forma de conseguir un aumento de salarios real, que generará un mayor dinamismo económico, pues se amplía el bienestar de la clase obrera para que pueda consumir más mercancías y por ende se crearán nuevos puestos de trabajo.
La extensión de la jornada de trabajo es un campo de batalla entre los obreros y los patronos; los trabajadores deben oponer resistencia aprendiendo las lecciones del paro del 21 de noviembre, en donde se paralizó parcialmente la producción. Hay que hacerse sentir de nuevo como clase, parando todos, parando todo de tal forma que el Gobierno mafioso de Duque se vea obligado a escuchar y a retroceder en todas las medidas impuestas contra el pueblo trabajador.
A todos los obreros como Lucía, la invitación es unirse al Paro, tocar el bolsillo de los ricos y conquistar como una sola clase, mejores condiciones de vida; esta es la tarea inmediata que coadyuva a preparar las fuerzas, para las nuevas luchas que el proletariado debe librar, ya no solo por salarios, ya no solo por trabajo, sino por el control político y económico de toda la sociedad.