Geraldina Colotti
Luego de algunos meses de silencio, los medios mainstream han vuelto a ocuparse de Venezuela. El tono es siempre el mismo usado durante las violencias de la oposición que han provocado más de 100 muertos y miles de heridos: el gobierno bolivariano es una dictadura, y el socialismo que pretende construir ha fracasado en toda la línea. El Estado estaría ya en default. Por eso, el único camino sería el de regresar a los años de la IV República, aquellos precedentes a la victoria de Hugo Chávez en 1998. Años durante los que actuaban gobiernos prestos a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y quienes pagaban eran siempre los mismos sectores populares que continúan ahora sufriendo en Italia y en Europa.
Para imponer la horca a Venezuela que en cambio apuesta al Socialismo del siglo XXI, los poderes fuertes están intentando de todo: desde las violencias internas organizadas con financiamiento millonario del Departamento de Estado de los Estados Unidos y de sus aliados, a las sanciones que apuntan a estrangular al país con un bloqueo económico-financiero similar al vigente en Cuba. Bloqueando los pagos, se impide que los cargamentos de medicinas y de alimentos lleguen a Venezuela donde serían distribuidos a la población a precios regulados. El objetivo es siempre el de impulsar a la población a rebelarse contra el gobierno.
Mientras tanto, las grandes empresas agudizan la guerra económica con el acaparamiento de los productos y el mercado negro, sea de los alimentos como de la gasolina y el dólar. La diferencia con lo que ocurrió en el Chile de Allende, que fue derrocado con un golpe militar guiado por la CIA es que en Venezuela las Fuerzas Armadas están de la parte del pueblo, organizadas en la “unión cívico-militar”. Y más de una vez han expresado fidelidad a la constitución y al proyecto socialista.
Sin embargo, desde hace tiempo, aquí en Italia los escuálidos y sus aliados en los medios y en el gobierno quieren hacer creer que las cosas son diferentes. Sostienen tener mucho apoyo en las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas (FANB). Quien escribe recibe varios mensajes de insultos y amenazas y este tema de las FANB es un tema muy de moda. También la ex Fiscal General manda comunicados delirantes usando el logo del Ministerio Público para decir a los funcionarios que pronto estará de regreso para barrer la “dictadura”.
Pero si están tan convencidos de lograrlo, ¿por qué su compinche Ledesma no se ha quedado en el país a dirigir las presuntas tropas? ¿Por qué el señor Guevara ha huido a refugiarse en la Embajada Chilena dejando a sus jóvenes “resistentes” a llorar fuera del portón? La coherencia y el valor, se sabe, no abundan entre las filas de las derechas venezolanas.
Desde España a Italia, los responsables de los gobiernos recitan una secuela de mentiras, sirviéndose de Venezuela para uso político interno. Y así, aquellos personajes de las derechas, desacreditados en su patria, encuentran en Europa su momento de gloria. Al leer las noticias de los medios mainstream serían ellos quienes dictan la agenda política: “La oposición anuncia, la oposición exige”, escriben los medios de guerra presentando cada estornudo de la MUD como una gran victoria sobre la “dictadura”.
De este modo sabemos que “todo está listo para el diálogo del viernes en Santo Domingo”; que “finalmente el gobierno ha aceptado la presencia de los ministros de relaciones exteriores de Chile, México y Paraguay” (como si fuera noticia fresca); que “la primera prioridad será la apertura de un canal humanitario hacia el país, para compensar la escasez de alimentos y medicinas”, y que luego – ¡escuchen, escuchen! - se darán las “condiciones para permitir a los venezolanos obtener el cambio de gobierno al que aspiran con el voto democrático” en las presidenciales del 2018.
Julio Borges, presidente del Parlamento en desacato, había pronosticado un “plebiscito” contra el socialismo en las elecciones del 15 de octubre... Pero ¿por qué, si hasta ahora nadie ha impedido a las derechas de candidatizarse? Venezuela ciertamente no es Honduras donde la oposición de izquierda debe defender el proprio voto con las uñas y con los dientes. Venezuela no es México, o Colombia donde, si no estás en alguna mafia de gobierno, debes ir a votar con el chaleco salvavidas.
Sin embargo, en Roma el ex premier Matteo Renzi, Secretario del Partido Democrático (PD), también ha entrado al juego para decir que “Venezuela no es una esperanza, sino una dictadura”. Una pena para él (y también para nosotros) que, en 10 años, la edad de jubilación para las mujeres en Italia haya pasado de 55 a 67 años gracias a las políticas neoliberales a las que abre de par en par las puertas, mientras en Venezuela las mujeres se jubilan a 55 años. Una pena para él (y también para nosotros) que Italia es “una república basada en el trabajo” solamente sobre el papel, porque se encuentra trabajo solamente si es precario o...gratuito. En Venezuela, en cambio, la desocupación es de alrededor del 6%.
La petición de la apertura de un “canal humanitario” ha sido lanzada durante el fin de semana pasado y también por la Iglesia venezolana, a través de un comunicado de la famosa Conferencia Episcopal. Y bien ha hecho el Ministro de la Comunicación, Jorge Rodríguez, en responder en este modo a los obispos: “El único canal humanitario que ustedes podrían abrir sería el de cerrar la boca y terminar con la hipocresía”.
Sí la hipocresía. Las belicosas escuálidas ítalo-venezolanas han logrado infiltrarse en las manifestaciones feministas del Movimiento Non Una di Meno (Ni una menos), desfilando contra “los feminicidios del régimen que hace morir de hambre a las mujeres”. La hipocresía del gobierno italiano: de una parte emite sanciones siguiendo las huellas de Trump, pero, por otra parte, habla de “diálogo”. Por una parte dice que las empresas escapan de Venezuela, pero por otra hace negocios a través de Eni.
La hipocresía de Europa: por una parte, habla de “canal humanitario”, pero por otra bloquea el pago a Venezuela y hace maniobras especulativas a través de la gran firma financiera Euroclear, para declarar insolvente al gobierno bolivariano. Fundada en Bélgica, hace 49 años, por el banco de inversiones norteamericano JP Morgan, Euroclear tiene sedes en Asia, Medio Oriente y América, y se la ha visto en acción en Ecuador tanto como en Argentina. Euroclear – ha denunciado Maduro - “está bloqueando 450 millones de dólares para la adquisición de medicinas, material de construcción, alimentos, y los tiene congelados desde hace seis semanas sólo para sancionar a Venezuela”.
¿Qué cosa puede hacer el proceso bolivariano frente a una ofensiva de estas proporciones y en un continente en el que los aliados verdaderos son siempre menos? ¿Qué cosa puede hacer si la burguesía -las grandes empresas y los grandes intereses- no cumplen con todos los compromisos hechos? ¿Tal vez ha llegado el momento de tomar al toro por los cuernos, asumiendo en pleno el peso, y las consecuencias del enfrentamiento de clase? “El guardia está cansado, apaguen las luces”, dice el marinero anárquico Zelezniakov por orden de Lenin. Y disolvió el Parlamento (la Duma), acelerando la revolución.
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Traducción Gabriela Pereira
Fuente: https://www.alainet.org/es/articulo/189500