Científicos encuentran una respuesta a la 'inmaculada concepción'… entre lagartijas
En 1958, el biólogo ruso Iliá Darevski observó y clasificó una comunidad de lagartijas compuesta únicamente por hembras. El hallazgo marcó una revolución en los estudios sobre la reproducción. Ahora, un grupo de investigadores rusos se ha propuesto descubrir cómo pudieron surgir estos particulares grupos sin machos y cómo se reproducen.
La partenogénesis es una forma de reproducción basada en el desarrollo de células sexuales femeninas no fecundadas, típica en algunos peces e insectos. No obstante, hasta el descubrimiento de Darevski, a nadie se le habría ocurrido que algunas especies de vertebrados también pudiesen reproducirse exitosamente sin necesidad de parejas masculinas.
La reproducción sexual habitual se da mediante la fusión de cromosomas masculinos y femeninos. Por muy curioso que parezca, la partenogénesis también es considerada por los científicos como un tipo de reproducción sexual, ya que el espécimen resultante se desarrolla a partir de las células de su antecesor.
El principal problema al que en teoría debería enfrentarse esta estrategia reproductiva es la acumulación de mutaciones destructivas con cada nueva generación. Incluso entre parientes cercanos, el incesto provoca el deterioro de las características fenotípicas de su descendencia, producto de la duplicación de cuadros genéticos muy similares. Entonces, ¿cómo es posible que estas especies se reproduzcan básicamente consigo mismas generación tras generación?
La lagartija Darevskia rostombekowi, natural del Cáucaso y capaz de aparearse sin recurrir a los machos, lleva el nombre de su descubridor, el biólogo ruso Iliá Darevski (1924-2009).
Los científicos del Instituto de Biología Génica de Rusia hicieron un mapa completo de los genomas de las lagartijas unisexuales y las de sus parientes con varios sexos más cercanos. Marcaron por separado los cromosomas hereditarios paternos y maternos de los reptiles usuales para luego compararlos con los partenogenéticos. Fue así como descubrieron la época en la que las comunidades se separaron.
Como resultado de la reproducción convencional entre dos ejemplares, hace 10.000 años apareció una hembra con peculiares mutaciones en su ADN. Esto le permitió no solo reproducirse sin la necesidad de aparearse con el sexo opuesto, sino también garantizar a su descendencia un conjunto de cromosomas único, capaz de brindarles la posibilidad de sobrevivir sin machos.
"Existen géneros enteros de lagartijas y serpientes que se clonan a sí mismas durante milenios. Tal clonación natural sugiere que en cierta etapa apareció una hembra con alteraciones genéticas, que se volvió unisexual como resultado de transformaciones complejas. Esas hembras en realidad son descendientes de especies con dos sexos", explica el jefe del Laboratorio del genoma de la Academia de Ciencias de Rusia, el doctor Alexéi Riskov.
Aun así, durante milenios de reproducción unisexual, los genes de esas lagartijas han acumulado ciertas mutaciones en comparación con sus 'padres ancestrales'. Es por eso que sigue sin respuesta la pregunta de cuán eficiente es este tipo de reproducción y si tiene 'fecha de caducidad' para estas comunidades.
Las hembras de algunos pulgones son capaces de decidir si procrear apareándose con un macho o partenogenéticamente.
Fuente: https://mundo.sputniknews.com/ciencia/201711041073740077-ciencia-biologia-inreible-/