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POLÍTICA SALARIAL EN COLOMBIA Y LOS TLC

Informe: 
La política salarial en Colombia y los TLC


Este documento forma parte de una serie de estudios acerca de los impactos de los TLC sobre los trabajadores y trabajadoras. Realizado con colaboracion de la FNV
Cedetrabajo

Resumen ejecutivo:

El mercado laboral de Colombia presenta altas tasas de desempleo e informalidad, superiores al promedio regional. Los últimos estudios del BID y la OCDE, consideran que los salarios son muy elevados. Bajo ese diagnóstico justifican disminuir el salario (comenzando con la eliminación del mínimo) para cumplir con la premisa de “bajar salarios para crear empleo”.

La aplicación de esta política ha tenido resultados que no coinciden con la realidad. Prueba de ello es la caída en la participación del trabajo en el producto nacional, causado por una represión salarial, las reformas tributarias, la flexibilización laboral, el deterioro en la distribución del ingreso, entre otras. Las acciones de los agentes económicos consisten en absorber, a favor del capital, el diferencial entre los ingresos del trabajo y la productividad laboral.

¿Qué relación tiene esta política de “bajar salarios para crear empleo” con la apertura económica y en particular los TLC? ¿Los TLC tienen consecuencias sobre la reducción salarial en los países subdesarrollados ?

La literatura económica que ha estudiado esta relación (entre los salarios y la globalización), ha llegado a importantes conclusiones. Se destacan 4 de ellas, analizadas en un interesante documento de la OIT sobre el los efectos del comercio en el empleo:

a. Con las aperturas comerciales, los salarios en los países desarrollados y subdesarrollados se modificaron heterogéneamente. Los salarios de los países subdesarrollados y en vía de desarrollo decrecieron en términos reales, mientras en las naciones desarrolladas los salarios crecieron a tasas importantes.

b. Específicamente en las remuneraciones del sector industrial, se encuentra que el libre comercio aumenta significativamente los salarios reales en economías desarrolladas, mientras en el resto depende de la participación del sector industrial en el PIB y si dentro de este existen o no maquilas.

c. El libre comercio ha aumentado las brechas entre las remuneraciones de los trabajadores calificados y no calificados, generando “salarios de inequidad” que refuerzan las diferencias en las productividades entre los países.

d. A su vez, el libre comercio promueve las brechas salariales entre hombres y mujeres, adultos y jóvenes y nacionales y emigrantes.

La razón fundamental se encuentra en las relaciones comerciales, en especial las determinadas por la apertura y los TLC. Estas no son un intercambio de productos de ventaja comparativa en que todos ganan. Se trata, más bien, de una abierta confrontación entre bajar salarios y aumentar productividad, en que ganan los países que pueden hacerlo. La ampliación del comercio está condicionada por la disminución del salario en los países atrasados. En Colombia esta fenómeno se evidencia claramente. Al analizar las principales variables industriales y comerciales entre 2011 y 2014, se encuentra que los salarios disminuyeron 16%, el empleo se mantuvo constante 0.4%, pero disminuyó en 6 de 14 sectores. En la mayoría de sectores coincide la pérdida de empleo y la disminución del salario con el aumento de las importaciones, lo que podría demostrar la asociación entre los resultados económicos de los TLC y sus efectos en los trabajadores.

1. Política salarial en Colombia: “bajar salarios para crear empleo”

El mercado laboral en Colombia presenta unas tasas de desempleo e informalidad superiores al promedio de América Latina y los países de la OCDE, las cuales se han mantenido relativamente constantes durante las últimas 2 décadas. En el último reporte sobre el empleo presentado por el DANE, muestra que para el trimestre de septiembre a noviembre de 2015, el desempleo llego a 8.9% y la informalidad a 48%, cifra que se mantiene desde el 2011, año en que se firma el TLC con EEUU.

En los últimos estudios del BID y la OCDE sobre la situación laboral de Colombia, consideran que los salarios son muy elevados y que, a su vez, las remuneraciones superan la productividad. Bajo este diagnóstico se ha justificado la represión salarial y la presentación de reformas tributarias que elevan los gravámenes al trabajo y los disminuye al capital. Se considera que la disminución de los salarios (comenzando por la eliminación del mínimo), generará mayores puestos de trabajo y reducirá la informalidad.

La realidad y los hechos demuestran lo contrario. La caída de la participación de los ingresos del trabajo (ver gráfico 1) en el Producto Interno Bruto devela, en primer lugar, que la remuneración de los asalariados crece menos que la variación porcentual del PIB y que las ganancias del capital crecen por encima de su productividad, generando mayor inequidad y concentración de la riqueza. Las acciones de los agentes económicos consisten en mantener ese diferencial (entre los ingresos del trabajo y el retorno del capital) a favor de los propietarios del capital (fundamentalmente trasnacionales y grandes monopolios) utilizando diversos instrumentos, como la represión salarial. Por eso, durante más de medio siglo las ganancias del capital se mantuvieron por encima del crecimiento del producto nacional.

Algunos ejemplos de estas acciones son: la definición del salario mínimo en el Consejo de Concertación (durante 10 años se ha anclado cerca de la inflación), la ley 789, conocida como ley de ‘Flexibilización laboral’, las reformas tributarias (en especial la del 2012 que eliminó los parafiscales y elevó las cargas a los trabajadores), entre otros.

La disminución de la participación del trabajo en el producto nacional, tiene una característica adicional, relacionada con la distribución del ingreso. Como se observa en el gráfico 3, según la Encuesta de Ingreso de 2007 (última disponible en el DANE), cerca del 60% de los asalariados recibieron menos de 2 salarios mínimos, un 15% entre 2 y 3 SMLV y una porción muy reducida de la sociedad, devengó salarios superiores a 7 SMLV.

Las sucesivas normas y decisiones políticas de represión laboral, han llevado a Colombia a tener uno de los 20 peores salarios del mundo1 y uno de los más bajos de América Latina2.

Por ejemplo, entre el año 2014 y 2015, el salario real de Colombia decreció con respecto a la mayoría de los países de la región, lo que significa que se dio una pérdida del poder adquisitivo. Para el 2016 el incremento del 7% del SMMLV apenas compensó la inflación causada en el año 2015 (6.9%) y se espera que sea inferior a la inflación (proyectada) del año en curso.

¿Qué relación tiene esta política de “bajar salarios para crear empleo” con la apertura económica y en particular los TLC? ¿Los TLC tienen consecuencias sobre la reducción salarial en los países subdesarrollados?


2. Los TLC y los salarios en la globalización

La relación entre los Tratados de Libre Comercio y la apertura económica por un lado y el empleo y los salarios por el otro, ha sido un tema ampliamente estudiado en la literatura económica reciente, principalmente por los países que no han tenido buenos resultados comerciales, económicos y sociales con los acuerdos multilaterales como México, Chile, Guatemala, países africanos, entre otros.

La relación entre los Tratados de Libre Comercio y la apertura económica por un lado y el empleo y los salarios por el otro, ha sido un tema ampliamente estudiado en la literatura económica reciente, principalmente por los países que no han tenido buenos resultados comerciales, económicos y sociales con los acuerdos multilaterales como México, Chile, Guatemala, países africanos, entre otros.

Para citar un ejemplo, en un estudio de caso sobre Guatemala, Matute y Linares (2013), resaltan que: “… está el supuesto que el incremento en el comercio impactará positivamente sobre las empresas y los trabajadores. Sin embargo investigaciones recientes demuestran que, especialmente en el caso de países en desarrollo, el aumento en el comercio tiene efectos muy dispares sobre el mercado laboral en términos de creación y destrucción de empleos, salarios y derechos de los trabajadores”.

Describen como la apertura comercial del país centroamericano tuvo efectos dispares sobre la industria, dado que reconfiguró las actividades manufactureras tradicionales hacia la industria maquiladora y una expansión considerable en el empleo en ese sector “emergente”. (Matute y Linares, 2013).

Este es un tema recurrente en los países de América Latina, los cuales mantienen una heterogeneidad estructural, es decir sectores con productividades relativas muy superiores al promedio del resto de sectores de la economía. En América Latina es prevalente la participación en la producción por parte de la fuerza laboral a través de empleos de baja productividad, los cuales brindan niveles de remuneración marcadamente inferiores a los trabajos en los sectores más productivos de la economía. En este sentido hay una “condición especialmente desventajosa de inserción de mujeres y jóvenes que lesiona la igualdad y la productividad agregada” Una manera de medir el grado de heterogeneidad estructural es determinando el porcentaje de ocupados de baja productividad en el empleo total

Para el caso de Colombia, Isaza y Rojas (2015), agruparon los sectores por productividades y la ocupación de trabajadores según el sector. En el gráficos 3, se muestra que los sectores de mayor productividad fueron Minería, Servicios Públicos Domiciliarios y Transporte y Comunicaciones. Los sectores transables y estratégicos como la industria (productividad media) y la agricultura (productividad baja), muestran un retroceso o estancamiento en niveles entre 3 y 8 veces inferiores a los de la minería. En el gráfico 4, se muestra la evolución de la estructura del empleo por sectores de productividad. Se muestra que los sectores de menor productividad concentraron entre el 70 y el 80% de la fuerza laboral, configurando a Colombia como un país con una alta heterogeneidad estructural.

En el estudio citado de Matute y Linares (2013), también se hace relación a los sectores vinculados a las exportaciones. Se observa que durante su periodo de análisis los salarios de éstos lograron ser significativamente superiores al resto de la economía aun cuando también existe pérdida de empleo por las importaciones. También advierten que en ocasiones se subcontratan empresas con salarios más bajos para los empleos menos calificados.


En un interesante documento de la OIT, Jasen, Peteres y Salazar-Xirinach (2011), realizan un exhaustivo análisis sobre el vínculo entre el comercio y el empleo. Con el objetivo de simplificar y resumir el completo informe, se destacan 4 conclusiones sobre los efectos del libre comercio sobre los salarios.

a. Con las aperturas comerciales, los salarios en los países desarrollados y subdesarrollados se modificaron heterogéneamente. Los autores encuentran que, en general los salarios de los países subdesarrollados y en vía de desarrollo decrecieron en términos reales, mientras en las naciones desarrolladas los salarios crecieron a tasas importantes. (ver gráfico 5)

b. Específicamente en las remuneraciones del sector industrial, se encuentra que el libre comercio aumenta significativamente los salarios reales en economías desarrolladas, mientras en el resto depende de la participación del sector industrial en el PIB y si dentro de este existen o no maquilas.

c. El libre comercio ha aumentado las brechas entre las remuneraciones de los trabajadores calificados y no calificados, generando “salarios de inequidad” que refuerzan las diferencias en las productividades entre los países.

d. A su vez, el libre comercio promueve las brechas salariales entre hombres y mujeres, adultos y jóvenes y nacionales y emigrantes.


¿Cuál es la razón de fondo que explica la disminución de los salarios reales en los países subdesarrollados? Eduardo Sarmiento (2014), demuestra que el libre comercio, basado en la teoría de ventajas comparativas, no es un juego de suma cero, es decir, que todos ganan. Para los países con restricciones externas en sus productos, como Colombia, no se cumple esta premisa.

En este contexto, los salarios no se determinan en las actividades de ventaja comparativa, sino en la competencia para producir los mismos productos y buscar aumentar la producción y el empleo para aumentar el superávit comercial y equilibrar la balanza de pagos.

Es decir, dependen más de las ventajas absolutas que las relativas. Los países que logran poner el salario real por debajo de la productividad en la mayoría de sus actividades, podrán incrementar sus productos y su volumen exportado. Es decir, el libre comercio induce a una confrontación que reduce los ingresos laborales y en mayor grado de los empleados menos calificados, porque los bienes que más utilizan están sobre ofrecidos en el mercado internacional.

En los países subdesarrollados la situación es más compleja y dramática. En estos países, el salario se determina por el sector de menor productividad (por ejemplo comercio o servicios, donde se pagan salarios por debajo del mínimo) y resultaría inferior a la productividad promedio. Dicho de otra manera, los salarios más bajos son un “referente” para otros sectores que empujan sus salarios al mínimo posible, ampliando las desigualdades y reduciendo la participación del trabajo en el producto nacional.

En un mundo globalizado, donde los países compiten con productos similares y bienes comunes, el aumento de productividad de un país (desarrollado) ocasiona una reducción de los precios relativos que afecta los términos de intercambio y los salarios de los otros países. Así, el aumento de productividad de una economía avanzada redunda en un deterioro del salario de la economía atrasada. En otras palabras, los avances tecnológicos o productivos de un país, le permiten colocar sus productos a un menor precio relativo, lo que le impone a un país atrasado reducir sus salarios para no salir de la competencia en el corto plazo.

Este efecto se agranda con los TLC. En el caso de Colombia era evidente que los resultados serían negativos para los trabajadores: la productividad industrial de EEUU es cinco veces mayor que en Colombia y en las últimas dos décadas aumentó la diferencia en 40%, muestras en el mismo periodo (1995-2014), el tipo de cambio real se revaluó 40%. Los precios de los bienes colombianos eran 50% superiores, lo que desencadenó una desindustrialización prematura, una crisis estructural del agro, destrucción de empleo calificado y un déficit en cuenta corriente cercano al 7%.

En conclusión, las relaciones comerciales, en especial las determinadas por la apertura y los TLC, no son un intercambio de productos de ventaja comparativa en que todos ganan. Se trata, más bien, de una abierta confrontación entre bajar salarios y aumentar productividad, en que ganan los países que pueden hacerlo. La ampliación del comercio está condicionada por la disminución del salario.

3. Evidencia para Colombia

La disminución de los salarios de los trabajadores en los países subdesarrollados que compiten con naciones desarrolladas en el marco de tratados bilaterales o multilaterales, se evidencia claramente en Colombia. En la tabla 1, se realizó un análisis para el sector industrial entre el año 2011 y 2014. Se compararon las variaciones porcentuales de las principales variables industriales y el crecimiento de las importaciones en los mismos años.

Los resultados se podrían resumir en los siguientes puntos:

a. El número de establecimientos industriales disminuyó 9% en el periodo analizado, lo que podría implicar una concentración en menos empresas.

b. En 6 de los 14 grupos industriales disminuyó el empleo total. Sobresalen textiles y confecciones (-2%), calzado y cuero (-2%), madera (-9%), papel y edición (-25%), refinación (-14%) y fabricación de motores y electrodomésticos (-16%).

c. La constante en la industria es un crecimiento de los empleados temporales sobre los permanentes, lo que podría significar nuevas formas de contratación (tercerización, contratos por prestación de servicios, etc.).

d. Los salarios per cápita mensuales disminuyeron en todos los sectores industriales (-16%). Las razones pueden estar asociadas a causas estructurales (desindustrialización, baja productividad y competitividad, etc.), como también a causas coyunturales que tuvieron generaron una profunda afectación a la industria (revaluación del tipo de cambio durante 10 años, por ejemplo). En todo caso, es evidente que la situación de la industria en Colombia tiene un impacto negativo en la capacidad adquisitiva de los trabajadores, ya que perdieron en términos reales un porcentaje elevado de sus ingresos salariales.

e. La producción bruta y el valor agregado aumentaron en los 4 años analizados, mientras la cantidad de empleados disminuyó en el mismo periodo. Si se tiene en cuenta que la productividad laboral es equivalente al valor agregado sobre el número de trabajadores, es evidente que la productividad laboral aumentó significativamente en el cuatrienio.

f. Las importaciones industriales aumentaron 17% en el periodo de 2011 a 2014, a pesar de la enorme devaluación del peso durante los últimos 20 meses. Sólo en un sector disminuyeron las importaciones (automotores y autopartes), en especial durante el último año.

A manera de balance final, se presenta un esquema de análisis sencillo que consiste en comparar las variables principales del estudio (empleados totales, salarios e importaciones). El criterio para definir si los TLC tienen efectos directos sobre un sector industrial y sus trabajadores (número de empleados y salarios), es determinar si las importaciones industriales aumentaron significativamente y alguna de las dos variables laborales se redujeron (color oscuro). Si las importaciones no aumentaron, pero los salarios o los empleados disminuyeron (color claro), se podría considerar que los resultados no se asocian directamente con los TLC3.

En conclusión, la política salarial en Colombia de “reducir salarios para crear empleo” no se cumple en la realidad. Las políticas de flexibilización laboral, reformas tributarias, pensionales y la definición del salario mínimo por la Comisión de Concertación, han deprimido el salario confrontar el aumento de la productividad de las naciones más desarrolladas, sin resultados favorables para los trabajadores. Los salarios en los TLC y la globalización tienden a reducirse significativamente en los países atrasados, poniéndose por debajo de la productividad laboral y está por debajo de la remuneración al capital, lo que disminuye la participación del trabajo en el PIB, acrecienta la inequidad y amplia las brechas de la desigualdad.

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1. http://www.portafolio.co/finanzas-personales/colombia-los-20-paises-peores-salarios-del-mundo

2, http://www.portafolio.co/especiales/salario-minimo-colombia-2016/salario-minimo-colombia-frente-latinoamericanos

3. Vale aclarar que por disponibilidad de información, no fue posible separar el efecto de comercial de China en las importaciones. Sin embargo, se considera por tratarse de un mundo globalizado y en competencia, este también es un hecho válido en el análisis.

Bibliografía:

Isaza, J., Rojas, N., Cubillos, R., Farné, S. (2015). “Macroeconomía y empleo en Colombia”. OIT Colombia. Recurso disponible en: http:// www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—américas/—ro-lima/—sro-lima/documents/publication/wcms_444919.pdf
Jansen, M., Peters, R. y Salazar-Xirinachs, J. (2011). “Trade and employment. From myths to facts”. OIT, Geneva, Suiza. Recurso disponible en: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—ed_emp/documents/publication/wcms_162297.pdf
Matute, A., Palma, C., (2013). “Efectos del comercio en el empleo. Informe Guatemala”. Documento de la OIT y la Comunidad Europea. Recurso disponible en: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/–ed_emp/documents/publication/wcms_218875.pdf
OIT (2010). “Informe Mundial sobre salarios 2010/2011. Políticas salariales en tiempo de crisis”. Santiago de Chile. Recurso disponible en: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@ dcomm/@publ/documents/publication/wcms_146710.pdf
OIT (2015) “Informe Mundial sobre salarios 2014/2015. Salarios y desigualdad de ingresos”. Santiago de Chile. Recurso Disponible en: http://ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/ documents/publication/wcms_343034.pdf
OIT (2016). “Panorama laboral de América Latina. 2015”. Lima. Recurso disponible en: http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/–americas/—ro-lima/documents/publication/wcms_435169.pdf
Sarmiento, Eduardo (2014). “Crecimiento y distribución si es posible”. Editorial Escuela Colombiana de Ingeniería.

http://cedetrabajo.org/la-politica-salarial-en-colombia-y-los-tlc/

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