¿QUIÉNES SON LOS REBELDES HOY?
MOVIMIENTOS Y FORMAS NUEVAS DE RESISTENCIA
Marina Oybin,
Si lo primero es la protesta, lo segundo es el pensamiento. ¿Qué está pasando estos años en la segunda década del siglo XXI?” se pregunta Luis Diego Fernández en Los nuevos rebeldes. Artífices de sus propias formas de vida (Debate). En este libro, Fernández reflexiona sobre las formas de resistencia y de políticas actuales. Aborda las distintas experiencias de quienes deciden vivir en libertad, a veces oponiéndose a las formas legitimadas por el sistema. El autor menciona diferentes movimientos que salieron a las calle tras la crisis de 2008: la primavera árabe, los Indignados de España y Grecia, Occupy Wall Street, las manifestaciones de los estudiantes en Chile, los cacerolazos en Argentina o las masivas movilizaciones en Estambul y Río de Janeiro. “Esta nueva forma de activismo, diferente de la militancia orgánica o partidaria tradicional, incorpora diferentes estilos y mecánicas que atraviesan el happening político, la estetización, el nudismo o la teatralización. Son acciones que critican las estructuras obsoletas y parecen demandar otra forma de la política”, escribe Luis Diego Fernández.
–¿Cuáles son las formas de resistencia política más eficaces en la actualidad?
–Estos movimientos en general hacen una crítica al poder centralizado, una crítica a la autoridad, a la forma de representación tradicional clásica de los partidos políticos. Hay también una crítica al concepto de jerarquía. Creo –esta es la tesis del libro– que estos movimientos emergen porque hay un malestar. Porque en un esquema clásico de política como el que hoy tenemos es evidente que no hay respuestas para lo que piden, si no tendrían cierta canalización en los partidos políticos. En definitiva, creo que el tema fundamental es este concepto de malestar casi existencial.
–¿Qué grado de independencia con el mercado se puede lograr?
–Creo que uno siempre está negociando: la independencia totalmente radicalizada es un poco naïf y utópica. Hay ciertas determinaciones sociales, pero creo que la construcción de un espacio de libertad –lo que yo llamo espacio de microrresistencia, que es un concepto de Deleuze que retoma Onfray– es posible. De hecho vi experiencias de gente que vive en comunidad, tiene emprendimientos propios, viaja sin dinero. Es verdad que no es un cambio macro, un cambio totalizador, sino que está vinculado con la forma de vida: eso sí creo que es más viable que antes.
–¿Qué prácticas son las más frecuentes entre los que participan de las ideas libertarias?
–Uno puede pensar en clave ética, en clave política, en clave erótica y en clave económica. En clave política libertaria, algunos forman partidos políticos que, si bien no son anarquistas en un sentido estricto, toman ciertas ideas. En cuanto a la vida sexual, hay gente que practica el concepto de poliamor, que rompe con la idea de la pareja monogámica. Noto también que hay una crítica de ciertas visiones que yo llamo monosexuales para incursionar en la bisexualidad. En clave más económica, se puede ver gente que practica la autogestión. Un caso interesante es el del bitcoin, una moneda totalmente virtual, que se usa y que está al margen del control estatal. Hoy cotiza mil dólares cada unidad. Esto es increíble: cada vínculo se hace entre laptop o entre pc. Yo vendo un servicio y vos me das 5 bitcoin, con eso yo pago otra cosa. Eso es muy interesante, es algo que esta surgiendo y creo que de acá a unos años va a ser muy fuerte. En lo que tiene que ver con la ética, con el modo de vida, uno puede ver ahí muchos cambios: gente que vive en comunidad, gente que vive sola, en trío, que se desmarca de la estructura clásica familiar.
–En el libro registra la distinción que hace el filósofo francés Michel Onfray entre liberalismo liberal y liberalismo libertario, ¿cuáles son según su criterio las principales diferencias de esta diferencia?
–Hay una libertad que es liberal que es la libertad de comprar, vender, la libertad del mercado, es la libertad del estatus, los cargos: es la libertad a la que estamos acostumbrados casi todos. Uno en general se mueve con ese tipo de reconocimiento de dinero, de puestos, de cargos, de ascenso social, esa es un poco la libertad que Michel Onfray llama liberal. Hay otra libertad que es la libertaria que trata de romper con ese tipo de reconocimientos. Critica la jerarquía, no está en contra del libre mercado en un sentido estricto, pero trata de salirse de un mercado estandarizado, normalizado. Lo que uno puede ver es que todavía hay una forma de vida más normalizada –esa es una palabra que usa Foucault–, una forma de vida que suele ser más aceptada y que tiene que ver con ciertos valores que son de la mayoría. Una libertad en clave libertaria plantea valores que no están muy legitimados por la mayoría, que salen del consumismo, que salen del reconocimiento del estatus social, que tiene que ver efectivamente con la construcción de la propia forma de vida.
Marina Oybin, RevistaClarín.com
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/protesta-happening-rebeldes_0_1110488957.html