Informe de la ONU y Amnistía Internacional deja mal parado al gobierno de Uribe
Omaira Morales
Como un baldado de agua fría le cayó el informe de la ONU y Amnistía Internacional, al gobierno del presidente Álvaro Uribe, quienes lo califican como directo responsable de las ejecuciones extra judiciales.
Lo que la oposición ha denunciado insistentemente sobre la constante violación a los derechos humanos, o lo que el informe de la ONU y amnistía internacional ratifica y llama como ejecuciones extrajudiciales son patrones establecidos, que señalan al estado, como ejecutor de estás y otras acciones oscuras. El gobierno se ha visto involucrado en casos tan degradantes como los falsos positivos, el de las chuzadas y el desplazamiento forzado.
Ratifica lo que hemos afirmado, manifiesta Iván Cepeda, estos no son hechos aislados y que correspondan simplemente a unidades individuales del ejército, sino como lo indica el informe son un patrón, lo anterior quiere decir que ha funcionado la lógica y las formas de actuación de la criminalidad en masa propia, como los crímenes de lesa humanidad, esto ni mas ni menos significa que pueden ser juzgados en cortes internacionales y que las investigaciones que se deben establecer y desarrollar, tienen que llegar a máximos responsables de empresas criminales y aparatos armados, esta definición del relator abre la posibilidad de que en Colombia o en el exterior, incluso figuras del gobierno sean juzgadas.
Según el informe de amnistía internacional, Colombia en los últimos 8 años ha creado nuevas formas y técnicas para violar los derechos humanos, como la implementación de técnicas de tortura impensables en un país que grita ser demócrata. Hoy las victimas claman justicia desde afuera, porqué en el país impera la impunidad.
La fiscalía de la corte penal internacional observa a Colombia en varios procesos que se están llevando acabo, el fiscal Moreno Campo esta observando los juicios del sistema de justicia y paz, y por otra parte los juicios de la llamada parapolítica. Recientemente dijo que observaría todos los procesos de ejecuciones masivas, llamadas falsos positivos, comenta Cepeda.
Como sucedió en el Perú con Alberto Fujimori, la justicia se demora pero llega, así los colombianos de bien esperan que las cortes internacionales pongan sus manos sobre quienes violaron los sueños y las ilusiones de un país, de hombres, mujeres y niños que pagaron la soberbia y la sed de poder de unos pocos, que se escudan en la impunidad nacional para realizar sus fechorías.