La apertura económica indiscriminada, significó la quiebra de la industria nacional, la dependencia absoluta de la importación de alimentos, el incremento del desempleo y la disminución de los ingresos de los trabajadores.
Todos los estudios muestran que desde esa época hasta la fecha, la participación de los salarios en el P.I.B. ha disminuido, en otras palabras, que las ganancias de los empresarios han aumentado.
Pese a esto que se refleja en que más de 20 millones de colombianos están en la pobreza y más de nueve millones en la indigencia, empresarios con el apoyo velado del Gobierno Nacional, han pretendido acabar con el salario mínimo y que sean las fuerzas del mercado las que determinen el valor de la fuerza de trabajo.Hay hoy más de dos millones 400 mil desempleados y más de nueve millones de trabajadores en el rebusque, muchos de ellos estarían dispuestos a laborar por menos de 515 mil pesos mensuales; es decir, el salario ínfimo se disminuiría y como éste es un referente, arrastraría los otros salarios hacia abajo.
La persistencia del movimiento sindical ha impedido que se acabe con el salario mínimo. Recientemente el Director del Planeación Nacional, doctor Esteban Piedrahita, ha planteado establecer un salario mínimo diferente en cada región del país, para generar empleo. Este salario sería determinado por la productividad que se dé en cada lugar.
Al respecto es necesario precisar que los mayores niveles de productividad se dan en los llamados centros urbanos, por tal razón esta propuesta aceleraría la migración del campo y de las regiones con mayor atraso a las grandes ciudades.
Así mismo, es claro que no generaría nuevos puestos de trabajo. Pero es posible que en algunos departamentos con escasa industria, donde es poca la productividad, el salario podría ser por debajo de los 515.000 pesos de hoy.
En los países que han ensayado esta fórmula, al contrario le establecen salarios más altos en las zonas deprimidas.
Flaco favor hace el señor Piedrahita a los empresarios con esta propuesta poco práctica, que aumentaría la ya alta oferta laboral en algunas zonas, disminuiría los salarios e incrementaría la informalidad.
En próximos días el DANE certificará lo que todos ya sabemos, que hay más de dos millones 400 mil desempleados, que la informalidad en el empleo aumentó al 58.5% y el Presidente Uribe tan locuaz en varios temas, sobre esto no dice ni mu.