ESTADO Y ORFANDAD

El Estado Patriarcal.- la Orfandad Política.

Ulises Casas Jerez
Crítica Política Numero: 177.

El ser humano, siendo un animal social, necesita de protección permanente tanto material como psicológicamente. el Estado se convierte, para la mayoría, en el sustituto paterno o materno.

Fecha: 25 de Abril de 2009.

La edad de la razón no ha llegado aún para la sociedad humana. Al ser humano, como individualidad, la razón, o lo que se entiende por tal teniendo en cuenta principalmente la edad y el conocimiento, puede haber llegado el estado racional; para el conjunto no ha llegado y tardará mucho tiempo en que ello suceda.

El ser humano, como cualquier otro animal, surge a la vida de una madre o genitora y a ella está sujeto durante el tiempo necesario a su capacidad de mantenerse por sí mismo. En la mayor parte de los animales ese tiempo es muy corto; en el humano puede prolongarse por mucho tiempo porque no solo se trata de la simple dependencia material sino que entra a jugar lo psicológico; en este sentido hay individuos que se convierten en dependientes permanentes de manera que siguen a la madre, principalmente, hasta cuando ésta muere; se forma un vínculo tan profundo que el uno depende del otro como una unidad indisoluble no importa la edad del hijo o hija, generalmente el primero. Aquí es lo biológico, lo genético y lo psicológico, lo que determina la conducta.

En lo que se refiere a la vida social, el fenómeno de la dependencia y la protección se manifiesta políticamente, es decir, respecto a la autoridad; la autoridad paterna o materna trasciende a la autoridad civil representada en lo político por el gobernante; lo político tiene que ver con la norma. Toda comunidad se halla organizada en un cuerpo de normas; son el conjunto de leyes civiles, penales, administrativas, de familia, etc., que regulan las relaciones sociales entre los miembros de la comunidad.

La autoridad política se convierte, para el individuo, en el sustituto de la autoridad paterna o materna ante el resto de asociados; en este sentido es que se reclaman los derechos y se cumple con los deberes sociales en toda sociedad o comunidad humana.

A diferencia de la autoridad paterna o materna, que es natural, biológica, la autoridad política es externa a la familia consanguínea, la familia biológica. Esa autoridad surge al margen de lo biológico. Obedece a condiciones históricas; aparece en las primeras comunidades en cabeza de los más ancianos en una especie de reemplazo del padre o la madre de la familia y se prolonga en el brujo de la tribu como representante de los dioses, los del mito y la leyenda; también puede aparecer el guerrero que salva a la comunidad de su dominación o posible liquidación por parte de otra tribu o comunidad en el devenir de la búsqueda de la subsistencia natural.

En la sociedad moderna subsiste la dependencia, individuo-autoridad, en la estructura del Estado representativo. Es éste el que sustituye la autoridad paterna o materna y es a él al que el individuo le pide protección en forma diferente pero bajo la misma necesidad: la subsistencia material y la protección de la vida y la integridad de ésta.

La mayor parte de los asociados obedece ciegamente a la autoridad política a la manera como obedece a la autoridad paterna o materna; pero a semejanza de la familia, en donde hay hijos o hijas que cuestionan la autoridad, también en la sociedad hay individuos que cuestionan la del Estado. Es como si la primera se trasladara al segundo. Hasta ahora, los rebeldes contra el Estado han sido los rebeldes de la familia convertidos en revolucionarios. El hecho real es que revolucionario alguno, hasta ahora, que haya llegado al poder político, ha podido cumplir con lo que proclamaba políticamente para apoderarse de la estructura del Estado. Más aún, una vez en posesión de esa estructura la aprovecha para reprimir a quienes considere sujetos de rebeldía como lo sufrió él mismo, ahora nuevo gobernante. Si observamos la vida de los grandes caudillos y líderes que han llegado al poder político, encontramos que la mayor parte tuvo una infancia y una familia en donde los problemas familiares fueron de naturaleza violenta. El ser humano, a diferencia del individuo de otra especie, no puede desligarse ni de su origen consanguíneo, ni de su pasado histórico individual. Es lo que lo lleva a sostener el carácter de su crianza y mantenimiento y, con ello, la posibilidad de activar la represión sufrida en dirección política y social contra aquellos que pretendan cuestionar su logrado poder político.

La razón, entendida por tal, la capacidad de comprender la esencia humana en toda su dimensión y significación tanto biológica como histórica, no lo consigue sino a una muy reducida minoría de la especie humana. No es sino observar la situación presente: guerras, caudillos civiles y militares, presidentes de grandes y pequeñas naciones, criminales de toda especie, líderes políticos y religiosos, todos ellos, en diferentes espacios de confrontaciones violentas, dominando en diferentes partes del planeta, con el dogma en la mano, la espada, el fusil o el cañón en manos de sus soldados y seguidores para reprimir a todo aquel que cuestione su autoridad o dominio.

La razón solo es posible en hombres y mujeres que puedan trascender la historia.

Este es un análisis en el espacio de la subjetividad; lo objetivo se encuentra en la estructura material sobre la que existe la sociedad y su componente sustancial el individuo y todo en una unidad material que obedece a leyes como todo fenómeno de ser universal.Lo que quiere decir que el individuo, tanto el que manda como el que obedece, responde, necesariamente a causas objetivas y reales. El determinismo es la necesidad,la ley en todo el universo; distinto al fatalismo de raíces místicas y religiosas.