Los Libertadores.- Tomás Cipriano Mosquera Arboleda.
La era de los caudillos se centra en las sociedades en las cuales el desarrollo de sus estructuras económicas es muy elemental aún, de muy bajo nivel material. Incluso, hoy, en países de bajo desarrollo capitalista y dependiente siguen vigentes los caudillos..
Autor: Ulises Casas Jerez [casasulises@hotmail.com].
Crítica Política Numero: 173.
Fecha: 20 de Diciembre de 2008.
Entre los Libertadores en América Latina existen personajes que ni siquiera son nombrados en la escolaridad oficial y privada y menos aún en la Academia, como ya lo hemos hecho notar muchas veces.
Uno de esos personajes, nacido el 26 de septiembre de 1798, es Tomás Cipriano Mosquera Arboleda. Se cumplen 210 años de su nacimiento. Descendiente de familias entroncadas en la historia española en su lucha contra los árabes invasores, Mosquera marcó una época en nuestra Historia que se oculta por lo que significa dentro del libre pensamiento y el anticlericalismo de los radicales del siglo XIX no solo en Colombia sino en todo el continente americano.
Los Mosquera son una familia aristocrática caucana ligada íntimamente con los conquistadores y luego terratenientes dueños de extensas haciendas cultivadas por sus esclavos. En consecuencia de lo anterior, es una familia política y partidistamente conservadora, enfrentada al partidismo liberal ya no caucano, en donde no tiene piso real un liberalismo de partido, sino de todo el continente.
Tomas Cipriano Mosquera es un personaje que sin salirse de su círculo familiar sí se sale de sus posiciones ideológicas y económicas. Irónicamente, Mosquera inicia su experiencia guerrera en medio de una lucha entre los guerrilleros realistas comandados por Agualongo y el movimiento independientista de los criollos contra España.
Vinculado estrechamente a las tropas de Bolívar, Mosquera es su más leal escudero tanto militar como político. Mosquera se integra ideológicamente con Bolívar a través de la masonería y esto es lo que genera una continuidad política del pensamiento bolivariano en Colombia. Lo que algunos escritores tergiversan o malinterpretan en su calidad de gobernante al considerarlo como arbitrario y autoritario, corresponde a un eclecticismo ideológico que no se compadece con la Historia. Mosquera, cuando se convierte en caudillo de las llamadas “guerras civiles” colombianas, representa los intereses económicos de un sector social de comerciantes y exportadores que generaban una ideología de librecambio con el resto de países del mundo y, en particular, con los Estados Unidos de Norteamérica; precisamente es de allí de donde Mosquera viene, luego de una corta estadía en ese país, como representante de negocios propios y de su familia, con un concepto avanzado en lo que se refiere al desarrollo económico de nuestros países.
Mosquera entiende que el país no puede avanzar sobre estructuras económicas de carácter feudal bajo la dirección de la Iglesia; todo el clero católico representaba fuerzas no solo reaccionarias en lo filosófico, ideológico y político, sino en la estructura económica sobre la cual ejercía un poder conservador. El clero habíase convertido en el mayor terrateniente del país gracias a las frecuentes donaciones de individuos dueños de extensas propiedades en la perspectiva de ganar “indulgencias” en la consecución de privilegios en la “otra vida”. Con esto los curas y los conventos poseían no solo las mejores tierras sino las mayores haciendas que quedaban en un estado de quietud productiva y en manos de personas que no tenían interés alguno para ponerlas a producir. Mosquera entiende que su función es poner a producir la tierra y para ello, necesariamente, tiene que expropiarla. Así lo hace a través de un famoso decreto de “desarmotización de bienes en manos muertas”, del 9 de noviembre de 1861. Enseguida de haber asumido la Presidencia el 19 de julio ordenó una serie de medidas para desmontar el poder del clero y en particular el de los jesuitas a los cuales expulsó del país teniendo en cuenta “…que en la presente guerra civil han tomado parte los Padres jesuitas exhortando a los soldados del partido centralista a sostener el poder de los usurpadores, repartiéndoles medallas para persuadirlos que con ellas se salvarían defendiendo el Gobierno General, lo cual consta por la exposición de algunos prisioneros hechas en Chaguaní, Subachoque, y Usaquén, cuyas medallas presentaron…en consecuencia, el General Tomás C. de Mosquera, Presidente Provisorio de los Estados Unidos de la Nueva granada, Decreta:
“Artículo 2º Como medida de alta policía se les hará salir del país inmediatamente, extrañando a sus miembros como a infractores de la ley y enemigos del gobierno de los Estados Unidos…” (Tomás Cipriano de Mosquera- Diego Castrillón Arboleda- Editorial Planeta- 1994- Bogotá- Pag. 507). Inmediatamente expulsó al Delegado Apostólico, monseñor Miecislao Lodokowsky por haber protestado contra las medidas y desconoció a los diplomáticos acreditados ante el gobierno de Ospina Rodríguez.
Mosquera se rodea de los radicales librepensadores que expresaban los intereses económicos más avanzados del desarrollo nacional como José María Rojas Garrido a quien nombra Ministro de Relaciones Exteriores, Julián Trujillo en Hacienda y Andrés Cerón en Gobierno. Inmediatamente, a instancia de Salvador Camacho Roldán, convocó a una Asamblea Constituyente. Los diversos períodos de gobierno de Mosquera fueron de medidas progresistas en lo económico, lo social, lo político, lo educativo. Es dentro de sus gobiernos que se funda la Universidad Nacional y cuyo primer rector fue Ezequiel Rojas a quien sucedió Manuel Ancízar también perteneciente a las logias masónicas bajo la dirección de su máximo jefe, el General Presidente Tomás Cipriano Mosquera Arboleda.
Nosotros destacamos esta clase de acontecimientos históricos como parte de nuestra actividad ideológica cuyo objetivo es dar a conocer la Historia a fin de entender lo que proponemos como sociedad colectivista del presente y del futuro.
