Las transnacionales energéticas delinearon un sistema legal conforme a sus intereses y con la anuencia de los gobernantes de turno en el país suramericano
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Nathali Gómez
actualidad.rt.com/19 dic 2025
Las calles de Washington y Nueva York fueron cubiertas totalmente con el asfalto venezolano, arrancado por las ávidas empresas estadounidenses, que gozaron de privilegios y de condiciones más que ventajosas para la extracción de recursos durante finales del siglo XIX y todo el siglo XX.
Una de las historias del expolio que permitió a los estadounidenses desplazarse por vías hechas con recursos venezolanos se inició en 1883, cuando el Gobierno de Antonio Guzmán Blanco les otorgó a la empresa estadounidense New York & Bermudez Company, una "concesión exclusiva" para la explotación de asfalto por 25 años en el antiguo estado Bermúdez (actual estado Sucre), recoge Fundación Polar.
La firma estadounidense se situó cerca del lago Guanoco, considerado como el lago de asfalto más grande del mundo, cuya extensión es de 4km². Allí comenzó a construir instalaciones en 1886 y, dos años después, su concesión fue extendida por 99 años. A partir de 1891 se iniciaron las exportaciones a EE.UU.
Campo Oficina, estado Anzoátegui, Venezuela.Facebook / Ministerio del Poder Popular de PetróleoInjerencia política y petróleo
New York & Bermudez incumplió lo acordado con el Gobierno y entró en un largo conflicto legal por concesiones con otros contratistas, que buscaron "apoyo tanto en EE.UU. como en Venezuela, utilizando todos los medios disponibles, desde el recurso legal hasta el soborno", refiere la Fundación Polar.
Como los tribunales fallaron a favor de la estadounidense Warner-Quinlan y de la local Venezuelan Mine, la New York & Bermudez culpó al presidente de ese entonces, Cipriano Castro, de ordenar la decisión, por lo que financió su derrocamiento. Este tipo de injerencia sigue siendo una de las prácticas de las corporaciones para 'defender' sus intereses.
Tras la batalla legal, quedó al descubierto el apoyo de Washington a la New York & Bermudez. Este escándalo no impidió que esa empresa, cuyas acciones compró la estadounidense General Asphalt Company, siguiera operando en Venezuela hasta 1935.
Placa conmemorativa de Pozo Zumaque I, en Mene Grande, estado Zulia, Venezuela.Las concesiones de regalo
Cuando las concesiones se entregaban a venezolanos, estos las traspasaban a compañías extranjeras, que se valían de trampas legales para obtener cada vez más licencias de operación en el país. Aunque el llamado 'oro negro' aún no tenía la relevancia económica del asfalto en el siglo XIX, la historia cambió en la centuria siguiente.
El primer código nacional minero, según el libro "Petróleo en Venezuela. Una historia", se estableció el 15 de marzo de 1854. Allí "se dio por sentado que la nación conservaba el dominio de los depósitos del subsuelo", pero no estaba dicho expresamente, lo que fue corregido en 1855.
Hasta 1904 las concesiones de crudo se otorgaron bajo esos principios. Ese año, en el Gobierno de Castro se creó una ley minera que establecía que las empresas tendrían que pagar impuestos de 2 bolívares por hectárea de la superficie seleccionada (1 bolívar representaba por lo menos 3 dólares) para explotación y un canon de 4 bolívares por tonelada. Ya en ese tiempo se criticaba lo reducido de los gravámenes, la "generosidad" de los contratos, la falta de retribución por el derecho de exploración y la extensión de las concesiones.
Petroquímica José Antonio Anzoátegui, estado Anzoátegui, Venezuela.Stringer / Gettyimages.ruAdemás, existía una omisión de origen: no había una disposición que previera "la reserva de tierras para la nación como salvaguardia del futuro". Así, estas políticas liberales, que buscaban generar ingresos, aglutinaron a codiciosos inversionistas extranjeros que allanaron su camino a través de opacidad legal, chantaje, tráfico de influencias y presión a los gobiernos de turno.
Cifras demoledoras
En su texto fundamental "Hundiéndonos en el excremento del Diablo", el abogado y exministro venezolano Juan Pablo Pérez Alfonso ofrece un dato demoledor: entre 1917 —cuando se hicieron las primeras exportaciones considerables desde el pozo Zumaque I (Zulia)— y 1928, "la producción acumulada de 240 millones de barriles de petróleo y 26 millones más por equivalencia térmica del gas extraído con ese petróleo" solo generó una participación fiscal de 8 millones de dólares
Así, en casi 20 años de explotación del hidrocarburo (1917-1936), el país percibió 90 millones de dólares, solo 8 % de una producción de 1.148 millones de barriles de petróleo y de 153 millones de barriles de gas.
Con la llegada del dictador Marcos Pérez Jiménez, un gran defensor de los intereses de EE.UU., se "facilitó el expolio", según Pérez Alfonso, con la entrega descontrolada de licencias extranjeras y la reversión de las políticas de concesiones, como el llamado 50/50, impulsado por el derrocado presidente Isaías Medina Angarita.
Refinería de Amuay, estado Falcón, Venezuela.Google MapsEn el lapso que va desde 1917 hasta la nacionalización del petróleo, en 1975, se produjeron 38.664 millones de barriles, que generaron 104.167 millones de dólares. El Estado recibió 43.900 millones, que corresponden a 42 % de ese monto, que fueron aportados en su mayoría entre mediados de los 60 y principios de los 70.
Manos sobre la riqueza petrolera
Pérez Alfonso, padre de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), se refiere en su libro a la "presión de los intereses privilegiados, cómplices de las transnacionales", que "privó sobre gobiernos poco preparados" para administrar la inmensa riqueza generada por el hidrocarburo.
Por su parte, el escritor Orlando Araujo en "Venezuela violenta" habla sobre la subordinación de la economía nacional a las decisiones de los "capitales extranjeros, fundamentalmente norteamericanos".
Para el autor, el "destino" de su país era "una prolongación periférica de otra economía más poderosa", que solía presionar a las oligarquías locales para que estas coaccionaran a los gobiernos.
Campamento Mene Grande, estado Zulia
La primera petrolera de Venezuela que fue pionera en Latinoamérica
Seis emprendedores venezolanos consiguieron una concesión por 50 años y explotaron el recurso a pequeña escala ofreciendo servicio a las poblaciones vecinas.
Cabimas, Venezuela. Se observa un gato hidráulico de bombeo de petróleo al amanecer en un campo petrolero.Jose Bula Urrutia / UCG / Universal Images Group / Gettyimages.ru
Tras las polémicas declaraciones del presidente de EE.UU., Donald Trump, afirmando que en Venezuela "tomaron ilegalmente" petróleo estadounidense y ahora quieren recuperarlo, la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez recordó que la primera empresa petrolera de Venezuela se fundó con personal exclusivamente venezolano.
De hecho, la historia petrolera del país caribeño hunde sus raíces en los pueblos prehispánicos, que ya utilizaban esa materia prima para labores como la impermeabilización de barcos.
Sin embargo, el boom del petróleo y su aplicación a industrias modernas llegaría mucho después, en los albores del siglo XX, y cuenta en Venezuela con unos pioneros que se adelantaron décadas.
Cinco emprendedores venezolanos y un hito histórico
La primera empresa que comenzó a extraer, procesar y comercializar el petróleo en Venezuela fue la Compañía Nacional Minera Petrolia del Táchira hace 142 años, que se convirtió entonces en la primera empresa del sector en toda Latinoamérica.
De la mano de seis venezolanos, Manuel Antonio Pulido Pulido, José Antonio Baldó Pulido, Ramón María Maldonado, José Gregorio Villafañe (hijo), Pedro Rafael Rincones y Carlos González Bona, fue fundada el 3 de septiembre de 1878 y comenzó sus operaciones en la parroquia de Petrolia, en el municipio de Junín del estado de Táchira, con la extracción de los primeros barriles de petróleo del pozo Eureka.
Inicialmente pretendían explotar el petróleo descubierto en su hacienda La Alquitrana a través del pozo Eureka, lo que significó el primer y exitoso paso en la industria petrolera venezolana.
Tres décadas después, en 1909, llegaría la primera perforación exitosa del pozo Zumaque 1 y la empresa comenzó a dar servicio a poblaciones cercanas, que lo utilizaban durante los primeros años para alumbrado y otros quehaceres, como asfaltado.
Agregando valor a la materia prima
Esos socios fueron pioneros tanto en la explotación como en la refinación y distribución en la zona occidental del país, llegando también a buena parte del territorio colombiano.
Trabajadores perforan un pozo en un campo petrolero, Venezuela.Jose Bula Urrutia / UCG / Universal Images Group / Gettyimages.ruEn aquel entonces la materia prima no se exportaba, sino que se transformaba en Venezuela en productos refinados para después comercializarlos, lo que agregaba un valor añadido al producto.
Ya en la década de 1930 estaban consolidados los descubrimientos de los enormes yacimientos petrolíferos del estado de Zulia, mucho más fáciles de explotar que los primeros de La Petrolia. Entonces se comenzaba a vislumbrar el enorme tesoro natural bajo el subsuelo del país, que hoy en día se sabe que convierte a Venezuela en la nación con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, estimadas en más de 300.000 millones de barriles.
Tras 50 años de trabajos, el 8 de abril de 1934 venció la concesión otorgada por el Gobierno, que comunicó cuatro años después a la Compañía petrolera del Táchira que no había posibilidad de renovación, por lo que fue cesando sus operaciones paulatinamente hasta que echó el cierre en 1945.
Sin embargo, esta pequeña empresa posee el hito de ser la única compañía petrolera que ejerció esa actividad en Venezuela hasta 1907, como constata Edwin Lieuwen en 'Petróleo en Venezuela, una historia', y durante toda su vida pudo competir a pequeña escala en la zona andina con precios competitivos con las grandes compañías norteamericanas que ya operaban en la región.
Así, antes de 1900 se asentaron dos principios en la política petrolera de Caracas: por un lado, que los depósitos del subsuelo eran propiedad de la nación y no del dueño del terreno, y por otro, que la facultad de otorgar concesiones quedaba en manos del presidente.
Oro negro en pocas manos
Ya en 1920, EE.UU. se posicionó como "el primer socio comercial e inversionista extranjero de Venezuela" y, con la II Guerra Mundial, el país suramericano se convirtió en el "suplidor seguro y confiable", recoge Petroleum.
Las estadounidenses Standard Oil (actual ExxonMobil), cuya filial era Creole Petroleum Corporation, y Gulf Oil Corp (actual Chevron) y la británico-holandesa Royal Dutch Shell monopolizaron la producción de crudo y desarrollaron la infraestructura del país para la explotación en los pozos de la Faja Petrolífera del Orinoco, en Mene Grande (Zulia), en Anaco (Anzoátegui) y Jusepín, y de refinación en Cardón y Amuay (Falcón) y El Palito (Carabobo).
Estas transnacionales, según Carlos E. Lippo, operaron "bajo distintas legislaciones, elaboradas por ellas mismas o consensuadas ampliamente con ellas, hasta la promulgación de la Ley de Hidrocarburos de 2001", durante el Gobierno de Hugo Chávez, basada en la Constitución, y que dice: "Por razones de soberanía económica, política y de estrategia nacional, el Estado conservará la totalidad de las acciones de Petróleos de Venezuela, PDVSA, o del ente creado para el manejo de la industria petrolera".
A poco más de cuatro meses de la promulgación de esa ley, la derecha venezolana respaldada por EE.UU. perpetró un golpe de Estado contra Chávez, que fue revertido en pocos días por una rebelión popular.
Los monopolios extranjeros, sostiene Lippo, acordaron la nacionalización del petróleo, en 1975, con el Gobierno de Carlos Andrés Pérez y "promovieron golpes y crímenes de Estado cada vez que los sucesivos gobiernos formularon alguna reforma legal que intentase aumentar la participación fiscal del Estado en la explotación petrolera".
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