Esta planta de 400 millones de años produce agua con una composición casi alienígena en la Tierra, según nuevo hallazgo científico
Una investigación científica acaba de demostrar que una planta común puede producir agua con una composición tan extraña que se habría confundido con material llegado del espacio.
Científicos descubren que una planta común genera agua con una firma química casi alienígena. Representación con IA. Fuente: Sora / Edgary Rodríguez R.
Edgary Rodríguez R.
Periodista científica y cultural
muyinteresante.okdiario.com Creado: 24.12.2025
A simple vista, los equisetos —unas plantas altas, huecas y sin flores— no parecen gran cosa. Pero al mirarlos desde la geoquímica, se transforman en auténticas rarezas de la naturaleza. Un nuevo estudio muestra que, mientras el agua asciende por su tallo, sufre un proceso tan intenso que acaba con una composición isotópica que roza lo impensable: valores que hasta ahora se asociaban más a meteoritos que a organismos vivos de la Tierra.
El secreto está en la estructura del tallo. No hay hojas que concentren la transpiración, como ocurre en la mayoría de las plantas. En su lugar, el agua se pierde de forma continua a lo largo de todo el cilindro vegetal, lleno de diminutos poros perfectamente distribuidos. El resultado es un sistema natural de evaporación extrema que actúa como una torre de destilación biológica, imposible de reproducir en laboratorio.
A medida que el agua sube, los isótopos ligeros se pierden con mayor facilidad y los más pesados se concentran. En la parte superior del tallo, las proporciones de oxígeno alcanzan valores tan extremos que durante años se habrían descartado como errores analíticos o muestras “no terrestres”. Ahora se sabe que no solo son reales, sino que amplían de forma drástica los límites conocidos del fraccionamiento isotópico en la Tierra.
Equisetum ramosissimum. Wikimedia Commons.Cuando el agua deja de parecer terrestre
Para estudiar este fenómeno, el equipo científico midió los isótopos de oxígeno presentes en el agua del interior del tallo. Los isótopos son versiones ligeramente distintas de un mismo elemento, y su proporción funciona como una huella química. En el equiseto, esa huella cambia de forma radical a medida que el agua sube.
En la base de la planta, los valores son normales y similares a los de otras especies. Pero en la parte superior, los registros alcanzan cifras tan extremas que superan cualquier medición previa en materiales terrestres. Los valores obtenidos amplían por cinco el rango conocido de estos isótopos en la Tierra.
Durante años, mediciones similares habrían sido descartadas por parecer errores o contaminación extraterrestre. Sin embargo, este estudio demuestra que son reales y que pueden generarse de forma natural. Una planta viva está produciendo firmas químicas comparables a las de algunos meteoritos.
Una clave para entender los desiertos
Este comportamiento extremo ayuda a resolver un problema que llevaba décadas desconcertando a los científicos. En plantas y animales de zonas áridas, los isótopos de oxígeno a veces mostraban valores difíciles de explicar con los modelos clásicos. El equiseto demuestra que la evaporación intensa puede llevar esos valores mucho más lejos de lo esperado.
Al incorporar estos nuevos datos, los modelos que describen cómo se comporta el agua en ambientes secos se vuelven más precisos. Ya no es necesario asumir procesos extraños o desconocidos para explicar ciertas mediciones.
El agua puede cambiar de forma extrema simplemente por cómo se mueve y se evapora.
Esto tiene implicaciones directas para el estudio del clima actual y pasado. Comprender cómo se modifica el agua en condiciones secas ayuda a interpretar señales químicas en plantas, animales y suelos. El equiseto actúa como un laboratorio natural para estudiar la sequía.
Equisetum telmateia. Wikimedia Commons.Lo que cuentan las plantas fósiles
La investigación también analizó pequeñas partículas de sílice llamadas fitolitos, que las plantas producen y que pueden conservarse durante millones de años en el suelo. Estos fragmentos contienen información química del momento en que se formaron. Son una de las pocas pistas directas que quedan de plantas antiguas. El estudio mostró que los fitolitos no siempre reflejan fielmente el agua que circulaba por la planta en ese momento. Su composición depende de cuándo y cómo se depositó la sílice durante el crecimiento. Esto obliga a ser más cuidadosos al usarlos para reconstruir climas del pasado.
Aun así, bien interpretados, los fitolitos siguen siendo valiosos. Permiten estimar niveles de humedad en épocas remotas, incluso cuando no hay restos visibles de vegetación. Son pequeños archivos químicos del clima antiguo.
Una lección inesperada de una planta antigua
El equiseto existe desde antes de los dinosaurios y ha sobrevivido a cambios climáticos extremos. Que hoy ayude a entender el funcionamiento del agua en la Tierra no es una casualidad. Las plantas más antiguas aún tienen mucho que enseñarnos.
Este estudio no solo amplía los límites de la geoquímica, sino que recuerda que los procesos naturales pueden ser más extremos de lo que imaginamos. A veces, la clave no está en tecnologías complejas, sino en observar con atención lo que ya existe.
En un contexto de cambio climático y expansión de zonas áridas, comprender cómo se comporta el agua es crucial. El equiseto, silencioso y común, se ha convertido en una pieza clave para ese conocimiento.

Equisetum braunii. Wikimedia Commons.
Referencias
Sharp, Z., Wostbrock, J., Gargano, A., Hare, V., Johnson, J., Cerling, T., ... & Ehleringer, J. (2025). Extreme triple oxygen isotope fractionation in Equisetum. Proceedings of the National Academy of Sciences, 122(44), e2507455122. doi: 10.1073/pnas.2507455122
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