La memoria perdura cuando una red de temporizadores moleculares fortalece las experiencias clave a lo largo del tiempo.
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sciencedaily.com/30 de noviembre de 2025
Fuente: Universidad Rockefeller
Resumen: Los científicos han descubierto un sistema gradual que guía la forma en que el cerebro clasifica y estabiliza los recuerdos duraderos. Al rastrear la actividad cerebral durante tareas de aprendizaje en realidad virtual, los investigadores identificaron moléculas que influyen en la duración de la memoria. Cada molécula opera en una escala de tiempo diferente, formando un patrón coordinado de mantenimiento de la memoria. Los descubrimientos redefinen la comprensión científica sobre la formación de la memoria.Compartir:
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La memoria a largo plazo se forma mediante una serie de programas moleculares en capas que fortalecen gradualmente las experiencias importantes, mientras que otras se desvanecen. Este proceso depende de la actividad coordinada del tálamo, la corteza y los reguladores genéticos asociados. Crédito: Shutterstock
Cada día, el cerebro transforma impresiones pasajeras, chispazos creativos y experiencias emocionales en recuerdos duraderos que moldean nuestra identidad y guían nuestras decisiones. Una pregunta central en neurociencia ha sido cómo el cerebro determina qué información vale la pena almacenar y cuánto tiempo deben perdurar esos recuerdos.
Hallazgos recientes demuestran que la memoria a largo plazo se forma mediante una secuencia de mecanismos de sincronización molecular que se activan en diferentes partes del cerebro. Mediante un sistema de comportamiento de realidad virtual en ratones, los científicos identificaron factores reguladores que ayudan a que la memoria alcance estados cada vez más estables o a que se desvanezca por completo.
Un estudio publicado en Nature destaca cómo varias regiones del cerebro trabajan juntas para reorganizar los recuerdos a lo largo del tiempo, con puntos de control que ayudan a evaluar qué tan significativo es cada recuerdo y qué tan duradero debería ser.
"Esta es una revelación clave porque explica cómo ajustamos la durabilidad de los recuerdos", afirma Priya Rajasethupathy, directora del Laboratorio de Dinámica Neural y Cognición de la Familia Skoler Horbach. "Lo que elegimos recordar es un proceso en constante evolución, no un simple cambio de una sola vez".
Más allá del modelo clásico de memoria
Durante muchos años, los investigadores se centraron en dos centros principales de la memoria: el hipocampo, que sustenta la memoria a corto plazo, y la corteza cerebral, que se creía que almacenaba los recuerdos a largo plazo. Se creía que estos recuerdos a largo plazo se encontraban detrás de interruptores biológicos de activación y desactivación.
"Los modelos existentes de memoria en el cerebro involucraban moléculas de memoria similares a transistores que actúan como interruptores de encendido y apagado", dice Rajasethupathy.
Esta perspectiva más antigua sugería que, una vez que un recuerdo se marcaba para su almacenamiento a largo plazo, persistía indefinidamente. Si bien este marco aportaba información útil, no explicaba por qué algunos recuerdos a largo plazo perduran semanas mientras que otros permanecen vívidos durante décadas.
Una vía clave que vincula la memoria a corto y largo plazo
En 2023, Rajasethupathy y sus colegas describieron un circuito cerebral que conecta los sistemas de memoria a corto y largo plazo. Un elemento central de esta vía es el tálamo, que ayuda a determinar qué recuerdos deben conservarse y los dirige a la corteza para su estabilización a largo plazo.
Estos descubrimientos abrieron la puerta a preguntas más profundas: ¿qué sucede con los recuerdos una vez que salen del hipocampo y qué procesos moleculares deciden si un recuerdo se vuelve duradero o desaparece?
Experimentos de realidad virtual revelan la persistencia de la memoria
Para investigar estos mecanismos, el equipo construyó un sistema de realidad virtual que permitió a los ratones formar recuerdos específicos. «Andrea Terceros, investigadora posdoctoral en mi laboratorio, creó un elegante modelo de comportamiento que nos permitió abordar este problema de una manera nueva», afirma Rajasethupathy. «Al variar la frecuencia con la que se repetían ciertas experiencias, logramos que los ratones recordaran algunas cosas mejor que otras y, posteriormente, analizamos el cerebro para ver qué mecanismos se correlacionaban con la persistencia de la memoria».
La correlación por sí sola no pudo responder las preguntas clave, por lo que la codirectora Celine Chen creó una plataforma de cribado basada en CRISPR para alterar la actividad genética en el tálamo y la corteza. Este enfoque demostró que la eliminación de ciertas moléculas modificaba la duración de los recuerdos, y cada molécula operaba en su propia escala de tiempo.
Guía de programas temporizados Estabilidad de la memoria
Los resultados indican que la memoria a largo plazo no depende de un único interruptor de encendido y apagado, sino de una secuencia de programas de regulación genética que se despliegan como temporizadores moleculares a lo largo del cerebro.
Los primeros momentos se activan rápidamente, pero se desvanecen con rapidez, lo que permite que los recuerdos desaparezcan. Los segundos momentos se activan de forma más gradual, brindando a las experiencias importantes el soporte estructural necesario para persistir. En este estudio, la repetición sirvió como indicador de importancia, permitiendo a los investigadores comparar contextos que se repiten con frecuencia con aquellos que se observan solo ocasionalmente.
El equipo identificó tres reguladores transcripcionales esenciales para el mantenimiento de la memoria: Camta1 y Tcf4 en el tálamo, y Ash1l en la corteza cingulada anterior. Estas moléculas no son necesarias para la formación del recuerdo inicial, pero son cruciales para su conservación. La alteración de Camta1 y Tcf4 debilitó las conexiones entre el tálamo y la corteza y provocó pérdida de memoria.
Según el modelo, la formación de la memoria comienza en el hipocampo. Camta1 y sus dianas posteriores ayudan a mantener intacta esa memoria temprana. Con el tiempo, Tcf4 y sus dianas se activan para fortalecer la adhesión celular y el soporte estructural. Finalmente, Ash1l promueve programas de remodelación de la cromatina que refuerzan la estabilidad de la memoria.
"A menos que promuevas recuerdos en estos temporizadores, creemos que estás preparado para olvidarlos rápidamente", dice Rajasethupathy.
Mecanismos de memoria compartida en la biología
Ash1l forma parte de una familia de proteínas conocida como histonas metiltransferasas, que ayudan a mantener funciones similares a la memoria en otros sistemas. «En el sistema inmunitario, estas moléculas ayudan al cuerpo a recordar infecciones pasadas; durante el desarrollo, estas mismas moléculas ayudan a las células a recordar que se han convertido en neuronas o músculos y a mantener esa identidad a largo plazo», afirma Rajasethupathy. «El cerebro podría estar reutilizando estas formas ubicuas de memoria celular para apoyar la memoria cognitiva».
Estos descubrimientos podrían ayudar a los investigadores a abordar las enfermedades relacionadas con la memoria. Rajasethupathy sugiere que, al comprender los programas genéticos que preservan la memoria, los científicos podrían redirigir las vías de la memoria alrededor de las regiones cerebrales dañadas en afecciones como el Alzheimer. "Si conocemos las áreas segunda y tercera, importantes para la consolidación de la memoria, y tenemos neuronas muriendo en la primera, quizás podamos evitar la región dañada y dejar que las partes sanas del cerebro tomen el control", afirma.
Próximos pasos: decodificación del sistema de temporizador de memoria
El equipo de Rajasethupathy ahora busca descubrir cómo se activan estos temporizadores moleculares y qué determina su duración. Esto incluye investigar cómo el cerebro evalúa la importancia de un recuerdo y decide su duración. Su trabajo continúa señalando al tálamo como un eje central en este proceso de toma de decisiones.
"Nos interesa comprender la vida de un recuerdo más allá de su formación inicial en el hipocampo", afirma Rajasethupathy. "Creemos que el tálamo y sus canales de comunicación paralelos con la corteza cerebral son fundamentales en este proceso".
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Fuente de la historia:
Materiales proporcionados por la Universidad Rockefeller . Nota: El contenido puede ser editado por motivos de estilo y extensión.
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Multimedia relacionada: Modelo de comportamiento basado en realidad virtual para la memoria
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Referencia de la revista:
Andrea Terceros, Celine Chen, Yujin Harada, Tim Eilers, Millennium Gebremedhin, Pierre-Jacques Hamard, Richard Koche, Roshan Sharma, Priya Rajasethupathy. Las puertas transcripcionales talamocorticales coordinan la estabilización de la memoria . Nature , 2025; DOI: 10.1038/s41586-025-09774-6
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Universidad Rockefeller. «Por qué algunos recuerdos perduran toda la vida mientras que otros se desvanecen rápidamente». ScienceDaily. ScienceDaily, 30 de noviembre de 2025. < www.sciencedaily.com/releases/2025/11/251130050712.htm >

