La ciencia sigue desentrañando las complejas conexiones entre el cerebro, el cuerpo y el comportamiento
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Por Eric W. Dolan
psypost.org/ 12 de noviembre de 2025
Desde nuevos conocimientos sobre la salud mental y el envejecimiento hasta descubrimientos sobre cómo el movimiento, el trauma y la creatividad influyen en el cerebro, las investigaciones recientes ofrecen una comprensión más profunda de lo que nos moldea, a veces hasta el nivel molecular.
A continuación, presentamos 11 estudios recientes que arrojan luz sobre estos procesos. Haga clic en cualquier subtítulo para obtener más información sobre cada hallazgo y cómo podría cambiar nuestra concepción de la mente.
1. Los beneficios del ejercicio para el cerebro pueden transmitirse a través de la sangre.
El ejercicio físico se ha asociado desde hace tiempo con beneficios cognitivos y emocionales, en particular por su influencia en el hipocampo, una región importante para el aprendizaje y la memoria. Un nuevo estudio sugiere que parte de este beneficio se debe a unas diminutas partículas en la sangre conocidas como vesículas extracelulares. Los investigadores descubrieron que, al extraer estas vesículas de ratones que hacían ejercicio e inyectarlas en ratones sedentarios, los ratones receptores mostraron un aumento del 50 % en el número de neuronas nuevas en el hipocampo.
Estas vesículas parecen transportar una mezcla de proteínas y material genético que puede atravesar la barrera hematoencefálica y promover la neurogénesis. Este descubrimiento no solo respalda la idea de que el ejercicio tiene efectos sistémicos, sino que también identifica una posible vía para brindar algunos de sus beneficios cognitivos mediante terapia dirigida. Si bien las vesículas no replicaron por completo todos los beneficios del ejercicio, su capacidad para estimular el crecimiento de nuevas células destaca una dirección prometedora para comprender cómo el cuerpo se comunica con el cerebro durante la actividad física.
2. Caminar puede agudizar tu audición en tiempo real
Una nueva investigación revela que caminar no solo mueve el cuerpo, sino que también modifica la forma en que el cerebro procesa el sonido. En un estudio que registró la actividad cerebral mientras los participantes caminaban dibujando un ocho, los investigadores descubrieron que las señales auditivas se volvían más nítidas durante el movimiento. El seguimiento cerebral de los sonidos rítmicos era más preciso al caminar que al estar de pie, lo que sugiere que el procesamiento auditivo se vuelve más sensible durante la navegación intencionada.
Esta mayor sensibilidad auditiva también variaba según la dirección en la que giraban los participantes. Al caminar hacia la derecha, el cerebro priorizaba los sonidos del oído derecho, y viceversa. Este ajuste dinámico podría ayudar a las personas a mantenerse atentas a su entorno, especialmente durante el movimiento. En un experimento posterior, los ruidos repentinos resultaron más disruptivos para los ritmos cerebrales durante la marcha, pero solo cuando provenían de un lado. Estos hallazgos sugieren que el movimiento activa el cerebro para que agudice la percepción de los sonidos periféricos, posiblemente para favorecer la conciencia espacial y la seguridad.
3. Las huellas de un trauma infantil de la madre pueden aparecer en su leche materna.
Un estudio sobre la leche materna ha revelado diferencias moleculares que parecen reflejar las experiencias de la madre durante su infancia. En concreto, las madres que declararon haber sufrido dos o más experiencias adversas en la niñez presentaban niveles más elevados de ciertos microARN y niveles más bajos de determinados ácidos grasos en su leche. Estos patrones moleculares también se asociaron con aspectos del temperamento de sus bebés durante el primer año de vida.
Los microARN ayudan a regular la expresión genética, y su presencia en la leche materna puede influir en el desarrollo infantil. Los investigadores hallaron vínculos entre estas marcas moleculares y comportamientos infantiles como la reactividad emocional y la capacidad de calmarse. Si bien los hallazgos no implican ningún daño derivado de la lactancia materna, sugieren que los traumas de la primera infancia pueden influir en la biología de maneras sutiles que se extienden a la siguiente generación. El estudio abre la puerta a futuras investigaciones sobre cómo las experiencias previas a la paternidad pueden dejar marcadores biológicos duraderos con potencial relevancia para el desarrollo.
4. La timidez podría estar relacionada con la actividad cerebral en el cerebelo.
La timidez se ha estudiado tradicionalmente en relación con regiones cerebrales implicadas en la emoción, como la amígdala y la corteza prefrontal. Sin embargo, un nuevo estudio señala al cerebelo —una región frecuentemente asociada al control motor— como un factor clave en este rasgo de personalidad. Los investigadores descubrieron que las personas con mayores niveles de timidez autodeclarada presentaban menores niveles de actividad cerebral sincronizada en el cerebelo posterior derecho durante el reposo.
Es importante destacar que esta relación se explica en parte por la sensibilidad de los individuos a las posibles amenazas, conocida como sistema de inhibición conductual. Esto sugiere que las personas tímidas pueden experimentar una mayor cautela social, que se refleja en la actividad cerebelosa espontánea. Estos hallazgos amplían la comprensión de la timidez al demostrar que sus raíces neuronales pueden involucrar regiones cerebrales tradicionalmente ignoradas en los estudios de personalidad.
5. La sincronización de la respuesta cerebral predice la habilidad lectora en los niños.
Un estudio liderado por científicos de la Universidad de Stanford ha identificado un marcador neuronal preciso que predice la capacidad lectora de los niños. Mediante electroencefalografía para medir la sincronización de las ondas cerebrales, el equipo descubrió que un procesamiento neuronal más rápido de las formas visuales de las palabras se asociaba fuertemente con una mayor fluidez y comprensión lectora. La medida clave, denominada latencia cortical, registró la rapidez con la que el cerebro respondía a los estímulos visuales a nivel de milisegundos.
Esta velocidad de respuesta se mantuvo constante con diferentes tipos de estímulos visuales, incluyendo palabras reales y símbolos sin significado, lo que sugiere que refleja una capacidad de procesamiento fundamental. Los niños con una mayor rapidez de procesamiento neuronal tendían a tener una lectura de palabras aisladas más eficiente, lo que a su vez favorecía una mejor comprensión lectora. Este método podría permitir monitorizar el desarrollo de las habilidades lectoras a lo largo del tiempo y podría ayudar a orientar estrategias educativas o intervenciones para lectores con dificultades.
6. Los delfines muestran cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer tras la exposición a floraciones de algas.
La exposición repetida a floraciones de algas nocivas parece alterar el cerebro de los delfines de forma similar a los primeros marcadores de la enfermedad de Alzheimer. Un estudio realizado con delfines varados en la costa de Florida reveló que aquellos que murieron durante la temporada de floración presentaban niveles mucho más elevados de una toxina algal llamada 2,4-DAB. Estos delfines también mostraron cambios en la expresión genética relacionados con la inflamación cerebral, el metabolismo y el envejecimiento, así como la presencia de proteínas amiloide y tau, características distintivas del Alzheimer.
Los delfines que habían experimentado varias temporadas de floración algal mostraron aumentos progresivos en genes vinculados a la enfermedad, lo que sugiere un efecto acumulativo. Dado que los delfines comparten algunos patrones de envejecimiento con los humanos y viven en entornos similares a las comunidades costeras, podrían ofrecer información valiosa sobre cómo las toxinas ambientales afectan la salud cerebral. Estos hallazgos plantean interrogantes importantes sobre cómo los eventos ecológicos recurrentes pueden contribuir a afecciones neurológicas tanto en la vida marina como, posiblemente, en los seres humanos.
7. Siete días de práctica mente-cuerpo pueden transformar el cerebro y la biología.
En un estudio sobre un retiro inmersivo de mente y cuerpo, los investigadores observaron cambios notables tanto en la función cerebral como en la química sanguínea tras solo una semana de meditación, reflexión guiada y rituales con placebo. Los participantes mostraron una menor actividad en regiones cerebrales relacionadas con la autoconciencia y la monitorización emocional, junto con una mayor eficiencia general de la red neuronal. Estos cambios se asemejaban a patrones observados en estudios sobre compuestos psicodélicos, a pesar de que no se utilizaron sustancias psicodélicas.
Las muestras de sangre tomadas antes y después del retiro revelaron cambios en moléculas relacionadas con la inflamación, el metabolismo energético, la regulación del estrés y la neuroplasticidad. Por ejemplo, aumentaron los marcadores del sistema opioide endógeno del cerebro, lo que sugiere una mejor regulación del estado de ánimo y del dolor. Si bien el estudio no incluyó un grupo de control, la amplitud de los cambios indica que incluso las intervenciones no farmacológicas a corto plazo pueden tener efectos mensurables en el cerebro y el cuerpo.
8. Se ha descubierto que las células cerebrales en la esquizofrenia son más pequeñas y tienen una forma diferente.
Mediante técnicas avanzadas de imagen 3D, investigadores descubrieron que ciertas neuronas en el cerebro de personas con esquizofrenia son físicamente más pequeñas y presentan mayores deformaciones que las de personas sin esta afección. El estudio se centró en las neuronas piramidales de la corteza cingulada anterior, una región implicada en la cognición y la emoción. Estas células eran más cortas y estrechas en individuos con esquizofrenia, y el grado de reducción se correlacionó con la gravedad de las alucinaciones.
Si bien estudios anteriores habían identificado reducciones generales en el volumen cerebral, esta nueva investigación ofrece una posible explicación celular para dichos cambios. Los hallazgos respaldan la idea de que la esquizofrenia se asocia con alteraciones específicas en la estructura cerebral que pueden contribuir a los síntomas. Aunque se basan en una muestra pequeña, los resultados destacan el potencial para desarrollar tratamientos dirigidos a las propiedades físicas de las neuronas.
9. Partes del cerebro se duermen en diferentes momentos.
Nuevas investigaciones con imágenes cerebrales muestran que el sueño no es un proceso uniforme en todo el cerebro. En cambio, distintas regiones entran en sueño a ritmos diferentes y con cambios específicos en el consumo de energía y el flujo sanguíneo. Mientras que centros cognitivos como la red neuronal por defecto experimentan reducciones rápidas en el metabolismo de la glucosa, las áreas sensoriales y motoras permanecen más activas y receptivas durante más tiempo en el proceso de sueño.
Esta transición irregular podría explicar cómo las personas pueden seguir respondiendo a estímulos importantes, como alarmas o el llanto de un bebé, incluso mientras duermen. También arroja luz sobre las estrategias del cerebro para conservar energía manteniendo cierto grado de percepción del entorno. El estudio utilizó registros simultáneos del metabolismo, el flujo sanguíneo y la actividad cerebral, lo que ofrece una visión más completa de cómo se coordinan los diferentes sistemas durante el sueño.
10. La estimulación creativa puede ayudar al cerebro a mantenerse joven.
Según un amplio estudio realizado en 13 países, las personas que participan regularmente en actividades creativas como la música, el baile, el dibujo o los juegos de estrategia tienden a tener cerebros que aparentan ser más jóvenes. Los investigadores utilizaron "relojes" cerebrales construidos a partir de datos de EEG y MEG para estimar la edad biológica del cerebro y descubrieron que los expertos en creatividad presentaban patrones cerebrales que parecían entre cinco y siete años más jóvenes de lo esperado.
Este efecto fue consistente en diferentes tipos de creatividad y más pronunciado en personas con una participación prolongada. Incluso un entrenamiento breve en un juego de estrategia produjo reducciones modestas en la edad cerebral. Estos hallazgos sugieren que la creatividad podría ayudar a proteger las redes neuronales vulnerables al envejecimiento al mejorar su eficiencia y conectividad. Si bien la investigación no puede confirmar la causalidad, refuerza la idea de que la creatividad es un factor importante del estilo de vida para la salud cerebral.
11. El cerebro ensambla la realidad a partir de múltiples predicciones.
Un nuevo estudio arroja luz sobre cómo el cerebro construye nuestra percepción continua de la realidad. Los investigadores descubrieron que distintas regiones de la corteza prefrontal se especializan en predecir aspectos específicos del mundo: el contexto general, las perspectivas de otras personas y las posibles acciones futuras. Estas predicciones, que se presentan de forma independiente, se integran en una región central llamada precúneo, la cual parece crear una experiencia unificada a partir de modelos mentales fragmentados.
Esta integración fue más activa cuando los espectadores de una película de suspense experimentaron momentos de gran intensidad emocional, lo que sugiere que la implicación subjetiva surge cuando las predicciones coinciden y se vuelven coherentes. Las personas cuyos cerebros mostraron una mayor integración también tuvieron experiencias de visionado más similares. Los hallazgos respaldan la idea de que la consciencia se configura no solo por la información sensorial, sino también por las predicciones internas continuas, que se integran en un flujo continuo de experiencia.
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