La innovación japonesa podría marcar el inicio de una nueva era en la gestión de residuos y la protección de los océanos
El material con la resistencia del plástico se desintegra completamente en agua salada en una hora, sin dejar microplásticos ni residuos tóxicos
cambio16.com
08-06-2025
Cada año, millones de toneladas de residuos plásticos terminan en ríos y océanos. Afectan la biodiversidad marina, contaminan la cadena alimentaria y comprometen la salud humana. Las proyecciones del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierten que la cantidad de desechos plásticos vertidos en los mares podría triplicarse para 2040, hasta alcanzar cifras que oscilan entre 23 millones y 37 millones de toneladas métricas anuales.
Un equipo de científicos japoneses del RIKEN Center for Emergent Matter Science y la Universidad de Tokio encontró una manera de mitigar la crisis con un material que promete revolucionar la gestión de residuos plásticos.
La sustancia, a simple vista, imita las propiedades del plástico convencional y es resistente, versátil y adaptable a múltiples usos industriales.
Su principal virtud radica en que se desintegra completamente en agua salada en apenas una hora, sin dejar rastros contaminantes ni microplásticos. Un giro que abre la puerta a una nueva era de materiales ecológicos.
La seguridad ambiental del material ha sido la prioridad. No es tóxico, no es inflamable y su descomposición no genera dióxido de carbono. Los científicos continúan perfeccionándolo para garantizar su estabilidad fuera del entorno marino.
Aunque el material aún no ha llegado al mercado, el sector industrial del embalaje ha mostrado especial interés y gran expectativa ante el impacto que podría tener en la reducción de la contaminación plástica a escala global.
Crisis global: el plástico como amenaza planetaria

/ urgente24.com
La acumulación de plásticos en los océanos ha alcanzado proporciones alarmantes. Se calcula que más de 8 millones de toneladas de plástico terminan en los mares cada año, afectan a más de 700 especies marinas y contaminan hasta los lugares más remotos del planeta.
Los plásticos convencionales, fabricados a partir de derivados del petróleo, pueden tardar siglos en degradarse, fragmentándose en microplásticos y nanoplásticos que se infiltran en la cadena alimentaria y llegan hasta los seres humanos.
El impacto ambiental y sanitario de la contaminación es devastador. Aves, peces y mamíferos marinos confunden fragmentos plásticos con alimento, lo que provoca obstrucciones intestinales, desnutrición y muerte.
Además, los microplásticos actúan como vectores de contaminantes químicos y agravan los riesgos para la salud de la fauna y las personas. La magnitud del problema ha impulsado a gobiernos, empresas y científicos a buscar alternativas que minimicen la dependencia de los plásticos tradicionales y sus efectos nocivos.
Las soluciones propuestas hasta ahora, como el reciclaje y los plásticos biodegradables, son insuficientes frente a la escala del desafío. El reciclaje global de plásticos sigue siendo muy bajo. Además, muchos materiales biodegradables requieren condiciones específicas para descomponerse y limitan su efectividad en el entorno natural.
El desarrollo de materiales que puedan desaparecer sin dejar residuos en condiciones reales representa un avance importante en la lucha contra la contaminación plástica.

El uso del nuevo material plástico evitaría que se sigan acumulando residuos de microplásticos / tiempo.com
Desaparece sin dejar huella
A diferencia de los plásticos biodegradables, que pueden tardar meses o años en descomponerse, la propuesta japonesa se disuelve al entrar en contacto con la sal, regresando a sus componentes originales. Los residuos son luego degradados de forma natural por bacterias presentes en el entorno, con lo que se elimina cualquier posibilidad de acumulación de microplásticos o nanoplásticos.
La clave del avance radica en el uso de plásticos supramoleculares, materiales cuyas estructuras se mantienen unidas por interacciones reversibles. Al combinar dos monómeros iónicos que forman puentes salinos, se logra un plástico robusto y flexible que solo se descompone cuando entra en contacto con electrolitos presentes en el agua de mar.
La reacción química que permite la descomposición acelerada se activa solo en presencia de sal, lo que garantiza la estabilidad del material en ambientes secos o de agua dulce. La característica lo hace adecuado para aplicaciones en productos de un solo uso y embalajes que tienen alta probabilidad de terminar en el mar. Además, refuerza su perfil ecológico, que el material no es tóxico, resistente al fuego y no emite gases de efecto invernadero durante su degradación.

La degradación del material plásticos es total en el agua salada sin dejar residuos / tiempo.com
En un laboratorio de Wako, los investigadores mostraron cómo un fragmento del material desaparecía al agitarlo con agua de mar durante una hora. Se presenta como una oportunidad para transformar la gestión de residuos plásticos y reducir el impacto ambiental de los plásticos de un solo uso..
Aplicaciones versátiles
Concebido para combatir la contaminación marina, su utilidad se extiende a entornos terrestres. La presencia de sal en suelos húmedos también activa el proceso de desintegración. Permite que el material se degrade en unas 200 horas cuando se encuentra en condiciones de humedad. Además, aporta nutrientes como fósforo y nitrógeno al suelo. Una propiedad que amplía su potencial de uso agrícola en envases y aplicaciones.
El equipo científico trabaja arduamente en el desarrollo de recubrimientos que permitan utilizar el material en productos convencionales sin perder su capacidad de degradación rápida en ambientes salinos. De lograrlo facilitaría su incorporación en una amplia gama de productos de consumo, desde bolsas y envases hasta componentes industriales.
El material sería una alternativa sostenible para reemplazar plásticos de un solo uso. Al desaparecer sin dejar residuos reduciría la huella ambiental de sectores clave de la economía.

/ ecoosfera.com
Retos de comercialización
La comercialización del material aún enfrenta desafíos técnicos y económicos. El costo de producción y la viabilidad económica serán factores determinantes para su adopción a gran escala. Dependerá de la capacidad para producir el material a precios competitivos y de su integración en las cadenas de suministro existentes.
El equipo liderado por Takuzo Aida reconoce que les quedan por resolver desafíos técnicos y económicos. El costo de producción, la escalabilidad y la compatibilidad con las cadenas de suministro existentes serán clave. Permitirán determinar si el material puede competir con los plásticos convencionales.
Su consolidación como una alternativa real y asequible en la lucha contra la contaminación plástica dependerá tanto de la viabilidad técnica como de la aceptación social y la voluntad política para impulsar su adopción.
La innovación japonesa marca un punto de inflexión en la búsqueda de materiales que combinen rendimiento, sostenibilidad y seguridad ambiental. La posibilidad de utilizar el material en aplicaciones cotidianas, sin comprometer la funcionalidad ni la seguridad, representa un avance significativo frente a los plásticos biodegradables existentes.
Otros materiales japoneses
Bio-PET (polietileno de origen vegetal): empresas como Toray Industries han desarrollado variantes de PET fabricadas a partir de caña de azúcar y otros recursos renovables. El material mantiene las propiedades del PET tradicional, pero reduce la dependencia del petróleo y las emisiones de carbono.
Plásticos a base de PLA (ácido poliláctico): varias firmas han impulsado el uso de PLA, un polímero derivado del almidón de maíz o de tapioca. Se utiliza en envases, cubiertos y bolsas, y es compostable en condiciones industriales.
Papel impermeabilizado con recubrimientos biodegradables: Nippon Paper Industries ha creado papeles resistentes al agua y al aceite, aptos para envases alimentarios, que pueden sustituir a los plásticos laminados convencionales y se degradan rápidamente tras su uso.
Plásticos a base de algas marinas: Startups han lanzado materiales plásticos hechos a partir de algas cultivadas localmente. Los bioplásticos se degradan en ambientes naturales y no generan microplásticos.
Polihidroxialcanoatos (PHA): empresas como Kaneka han desarrollado plásticos PHA, producidos por bacterias a partir de azúcares vegetales. Los PHA se degradan en el mar y en tierra, y ya se utilizan en envases y productos de un solo uso.
Celulosa microfibrilada: diversos proyectos han avanzado en la producción de materiales plásticos a partir de fibras de celulosa vegetal. Lograron alternativas ligeras y resistentes para automóviles, embalajes y dispositivos electrónicos.
Resinas biodegradables para impresión 3D: filamentos y resinas para impresión 3D que se degradan en el entorno natural. Facilitan la fabricación sostenible de prototipos y piezas industriales.
Limex: material innovador a base de piedra caliza y resinas. Producido por TBM Co, sustituye tanto al plástico como al papel en tarjetas, envases y bolsas, con bajo consumo de agua y alta reciclabilidad.
Compromiso generacional y perspectivas de futuro
El nvestigador Takuzo Aida está comprometido con las generaciones futuro. “Los niños no pueden elegir el planeta en el que vivirán. Nuestra responsabilidad es asegurar que les dejamos el mejor entorno posible”, subrayó para sintetizar el espíritu detrás de la urgencia de soluciones sostenibles.

/ reducereutilizarecicla.org
El avance científico representa una esperanza tangible en la batalla contra la contaminación plástica. Pero la adopción de materiales sostenibles requiere cambios en los hábitos de consumo, en las políticas públicas y en la inversión en tecnologías limpias.
La innovación japonesa podría marcar el inicio de una nueva era en la gestión de residuos y la protección de los océanos. El desafío es enorme, pero la oportunidad de transformar la relación de la humanidad con los plásticos nunca ha sido tan real.
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