HOMENAJE
Del 21 de noviembre de 2019 al 28 de abril de 2021: una Reforma a la Policía, a las FFMM y a la Justicia, que a 2025, el Cambio aún no cambia
A la memoria de Dilan (Bogotá, 2019), Santiago (Ibagué, 2021) y miles de detenidos, violados, desfigurados, desaparecidos y asesinados que marcharon y aún están sin justicia y sin verdad
Colectivo Perrotrespatas
28 abril, 2025
Dilan Cruz y Santiago Murillo, asesinados por el Estado colombiano en Bogotá en 2019 y en Ibagué en 2021, respectivamente. Su crimen del terrorismo de estado sigue impune, lo mismo que miles de encarcelados, mutilados, desaparecidos y asesinados por levantarse pacíficamente contra la injusticia desde noviembre 21 de 2019 hasta el actual gobierno.
Aunque el actual gobierno nacional – no es claro porqué razón – solo motiva la celebración del 28 de abril de 2021, la realidad es que el levantamiento popular del 21 de noviembre de 2019 es la real fecha que debe recordarse, a través de todos los medios públicos, como la fecha inicial para exigir las Reformas, que no es lo mismo que un Cambio que aún no se dá, pues ese día la sociedad civil colombiana enfrentó no solo a su clase política al poder (uribistas, liberales, conservadores, verdes, MOIR, de la U, cambio radical, algunas izquierdas, entre otras) sino al establecimiento de facto inmerso y coyuntural al interior de las FFMM, de la Policía Nacional y del CTI, como facción visible del Poder Judicial.
El estado profundo, que realmente gobierna a Colombia, a pesar de la presidencia de Gustavo Petro.
Ni se diga de enfrentar al poder hegemónico de los medios de comunicación corporativos y propiedad de la misma clase política.
Aún está impune ante la justicia, aquel terrorismo mediático y xenófobo de Caracol Noticias TV, trasmitido en vivo y en directo a nivel nacional, cuando falsamente en imágenes y en hechos, alertaba de «hordas» de venezolanos con armas y palos tratando de entrar a los conjuntos residenciales en Bogotá, sembrando el pánico social y justificando el terrorismo de estado que desapareció, mutiló, encarceló y asesinó a miles de ciudadanos.
En Ibagué y el Tolima, bajo la alcaldía y la gobernación de, por entonces, dos indiciados ante la justicia por sus crímenes aún sin castigo, Andres Hurtado y Ricardo Orozco, rapidamente atendían la orden de la desafortunada presidencia del infanticida y ladrón, Iván Duque, de militarizar toda la vida civil y junto con la policía regional, reprimir con balas recalzadas y venom (y talvez desaparecer o asesinar ibaguereños y tolimenses, eso se sabrá con el tiempo) a decenas de miles de ciudadanos indefensos que protestaban pacíficamente, aquel 21 de noviembre de 2019.
Fue la ciudadanía la que libre y espontáneamente protestó en las calles, barrios y plazas de ciudades y veredas, ese 19 de noviembre de 2019, contra las reformas laboral y de la salud uribistas y paramilitares que buscaban eliminar las pensiones y terminar de privatizar la salud junto a la política estatal de hacer trizas la Paz y no cumplir con lo pactado entre el Estado y las Farc-EP en 2016; fue este levantamiento popular, sólo comparable al paro nacional del 14 y 15 de septiembre de 1977, que inició la semilla de la revolución ciudadana y de un Socialismo a la colombiana, que aún no se da.
Por ahora.
Después vinieron las protestas de septiembre de 2020 y el paro nacional de abril 28 de 2021.
En ese lapso de tres años, la represión militar, policial y del CTI, con su evidente terrorismo, salió a luz en medios internacionales.
La violencia y el terrorismo de Estado, empleado por miembros de esas instituciones en contra de ciudadanos tan jóvenes como menores a los 15 años (ver el Informe CAJAR), no tiene registro ni siquiera en el paro de 1977 (ver especial Señal Memoria, RTVC) .
Los medios hegemónicos y un buen sector del Poder Judicial, entonces como hoy, tomaron partida a favor de la represión contra el levantamiento popular de noviembre 21 de 2019.
Su sustento moral y doctrinal, es la tesis militar del «enemigo interno», impuesta desde los años 60 a través del injerencismo e infiltración de esas entidades por la Escuela de las Américas, organismo militar del Departamento de Defensa de los EEUU, al que debían asistir a ese país, a entrenamiento psicológico para militares, policias, miembros de la inteligencia, congresistas, magistrados, jueces y fiscales, entonces jueces de instrucción criminal.
Seis años después, la impunidad contra las víctimas del levantamiento popular de aquel 21 de noviembre de 2019 y de las que le sucedieron en 2020 y 2021, aún permanece.
De ocurrir en las próximas elecciones presidenciales, lo que aconteció en fraude en las elecciones en el Ecuador (bajo la supervisión y dirección del Departamento de Estado y de Defensa de los EEUU), será la exclúsiva responsabilidad de un gobierno que le tuvo miedo a radicales Reformas en la doctrina y la estrategia militar policial, amén de acobardarse en la reforma judicial prometida.
Lo que sucedió en Colombia como en Chile, es la frustración de una ciudadanía que lo dio todo, hasta su vida, por una reforma política e institucional tan radical prinicpalmente en sus FFMM, Policía Nacional y Poder Judicial, que hiciera colapsar al «estado profundo» que gobierna a ambos países, desde Arlington, Virginia, EEUU.
No obstante, no todo está perdido.
La esencia de revolucionar al pais, aún está vigente y no depende de un discurso oficial que, tristemente, pretende sembrar la matriz de revolucionarios buenos y de revolucionarios malos.
La izquierda lo sabe y sin embargo por alguna extraña razón, no le pone el cascabel al gato.
El Departamento de Estado de los EEUU, activa y proactivamente en este gobierno, ajusta sus mecanismos mediáticos y paramilitares para vender electoreramente «el regreso» de la ultraderecha al poder en Colombia, esta vez en cuerpo de mujer.
La ultraderecha nunca se fue, Incluso hizo y hace parte de este gobierno.
De ahí, que la tesis militar adoctrinada del «enemigo interno», aún permanece.
Peor aún, los lazos comerciales y políticos (resta saber cuál otro) que el gobierno del Cambio, viene adelantando en secreto con las jeques y reyes de las tiranías árabes monarquícas de Catar, Emiratos Arabes Unidos y la misma Arabia Saudita, siembra un panorama nada bueno ni alentador.
¿Por que no con la Federación Rusa o la República Popular de la China?
Los futuros y seguros levantamientos populares sabrán decirlo, y habrán aprendido la lección que en una revolución social, el hábito no hace al monje.
Aniversario en homenaje a la memoria de Dilan Cruz y Santiago Murillo, y a los miles de encarcelados, mutilados, desaparecidos y asesinados por el Estado colombiano con la pistola y el sicario con sueldo y cargo como policía, militar o CTI.
(*): Editorial del Director del Magazine Colectivo Perrotrespatas, Luis Orlando Avila Hernandez, abril 28 de 2025
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