Unos científicos demuestran que es posible revivir el cerebro de una persona fallecida: "Es un cambio de paradigma de qué es la vida y qué es la muerte”
Las implicaciones de esta investigación podrían redefinir la frontera entre la vida y la muerte, ayudar a las personas que están al borde de la muerte y contribuir al tratamiento de enfermedades neurológicas.
Por Manasee Wagh
22/01/2025
Getty Images
Hace unos cinco años, el neurocientífico Zvonimir Vrselja, de la Facultad de Medicina de Yale, y sus colegas sorprendieron a la comunidad médica con un experimento innovador. Extrajeron el cerebro de un cerdo de matadero y lo privaron de oxígeno a temperatura ambiente durante cuatro horas. Después, lo conectaron a su máquina de reanimación y lo revivieron hasta cierto punto.
La vasculatura de un cerebro vivo, o red de vasos sanguíneos, transporta sangre oxigenada y rica en nutrientes al cerebro a través de arterias y capilares. Así que los investigadores utilizaron su máquina, llamada BrainEx, para bombear una mezcla de agentes conservantes y fármacos en el cerebro muerto del cerdo, dirigida a las vías que suelen dañarse por la pérdida de oxígeno. La mezcla contenía un sustituto de la sangre compuesto por moléculas que equilibran los niveles de pH celular, fármacos que evitan una respuesta inmunitaria excesiva y antibióticos.
Ocurrieron varias cosas sorprendentes: la corteza gris se sonrojó. Las células cerebrales reanudaron la producción de proteínas. Las neuronas empezaron a mostrar signos de actividad metabólica al igual que las células vivas. El cerebro volvía a realizar funciones celulares básicas, pero no era consciente -los investigadores no esperaban algo tan extremo- y no podía llamarse “vivo”.
Tras probarlo en cerdos, Vrselja y sus colegas estudian ahora cerebros humanos donados con su máquina, BrainEx. Es una operación más delicada que los experimentos con cerdos y plantea graves consecuencias éticas. Para la versión porcina del experimento, los investigadores se aseguraron de que no se produjera ninguna actividad cerebral relacionada con la percepción. Incluyeron sedantes en su fórmula que impedían la actividad eléctrica y pusieron fin al experimento al cabo de seis horas, según su artículo de 2019 publicado en Nature. “Tuvimos que desarrollar nuevos métodos para asegurarnos de que no se produce ninguna actividad eléctrica de forma organizada que pudiera reflejar algún tipo de conciencia”, dijo Vrselja a New Scientist.
Cuando se trata de un cerebro humano, evitar la percepción requeriría aún más cuidado. Si el cerebro de una persona avanzara hacia la consciencia en un experimento de este tipo, las consecuencias serían espinosas, según Hank Greely, experto en derecho biomédico de la Universidad de Stanford (California). “Es muy delicado desde el punto de vista ético, legal y científico”, declaró a New Scientist.
Vrselja declaró a la publicación que él y sus colegas “no tienen intención de enchufar a nadie a punto de morir a su máquina BrainEx”. Pero lo que han conseguido hasta ahora es un paso importante para demostrar que la muerte cerebral puede no ser tan definitiva como creíamos, lo que despierta nuevas esperanzas de que aún se pueda salvar a los pacientes que se debaten entre la vida y la muerte.
Mientras tanto, los investigadores han conseguido mantener el cerebro “celularmente activo hasta 24 horas” para poder probar tratamientos contra enfermedades neurológicas. Esperan poder ayudar a pacientes con enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson.
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Manasee Wagh, Editor de servicios
Antes de unirse a Popular Mechanics, Manasee Wagh trabajó como reportera de un periódico, periodista científico, escritora de tecnología e ingeniera informática. Siempre está buscando maneras de combinar las tres mayores alegrías de su vida: la ciencia, los viajes y la comida.
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