La resonancia magnética revela la actividad cerebral escondida detrás de la exaltación deportiva o política
Fanáticos del fútbol en Dresde (Alemania). / Z. M. en Pixabay
Redacción T21
La actividad cerebral que se desarrolla en episodios de fanatismo, ya sea deportivo o político, disminuye la capacidad cognitiva y aumenta la probabilidad de caer en conductas disruptivas o violentas.
Los fanáticos del fútbol exhiben diferentes patrones de activación cerebral mientras miran un partido que pueden desencadenar emociones y comportamientos positivos y negativos, según una investigación que se presentará la próxima semana en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA).
Para obtener una idea de los mecanismos cerebrales que están detrás del comportamiento de los fanáticos, Francisco Zamorano Mendieta, investigador del Departamento de Imagenología en Clínica Alemana de Santiago, y profesor asociado de la Facultad de Ciencias para el Cuidado de la Salud de la Universidad San Sebastián, en Santiago de Chile, y sus colegas, reclutaron a 43 voluntarios varones sanos que apoyan a los equipos de fútbol chilenos.
El estudio involucró a fanáticos de los dos equipos de fútbol chilenos más populares, considerados archirrivales. Los participantes se dividieron en dos grupos, 22 seguidores de un equipo y 21 seguidores del equipo rival. Los participantes completaron una encuesta para determinar su nivel de fanatismo por el fútbol y se sometieron a evaluaciones psicológicas.
Imágenes cerebrales reveladoras
A todos los participantes se les presentó una recopilación de partidos que contenía 63 goles. Mientras los participantes veían la compilación de partidos, su actividad cerebral se midió mediante fMRI, una técnica de imágenes no invasiva que detecta cambios en el flujo sanguíneo del cerebro.
Los resultados de la resonancia magnética funcional mostraron que la actividad cerebral cambiaba cuando el equipo del aficionado tenía éxito o fracasaba.
Cuando se produce una victoria del equipo favorito, se activa el sistema de recompensa en el cerebro de sus seguidores, ha constatado esta investigación. Este sistema neuronal permite experimentar sensaciones gratificantes como respuesta a determinados estímulos electroquímicos.
Encajando goles
Sin embargo, cuando pierde un equipo, se activa en los cerebros de sus seguidores la así llamada red mentalizante (MN), un conjunto de regiones cerebrales coordinadas que respaldan la capacidad de pensar y puede llevar al seguidor decepcionado a un estado introspectivo que mitiga parte del dolor de la pérdida, según explican los investigadores.
Sin embargo, lo más relevante, en el caso de que el equipo favorito pierda, es que provoca en sus seguidores la inhibición del centro cerebral que conecta el sistema límbico con las cortezas frontales, lo que dificulta el mecanismo que regula el control cognitivo y aumenta la probabilidad de caer en conductas disruptivas o violentas.
Los autores de esta investigación consideran que estos hallazgos pueden arrojar luz sobre la dinámica social en diferentes ámbitos de la vida.
Perder los papeles
El fanatismo es un fenómeno psicológico que se caracteriza por una adhesión incondicional y excesiva a una causa, una idea, una persona o un grupo, sin respetar ni tolerar otras opiniones o creencias. Puede manifestarse en diversos ámbitos, como el religioso, el político, el deportivo o el artístico, y puede tener consecuencias negativas tanto para el individuo como para la sociedad.
Un estudio publicado en 2016 y realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), liderado por el profesor Jonas Kaplan, utilizó también la resonancia magnética para investigar los sistemas neuronales implicados en el fanatismo sobre creencias políticas.
Y comprobó que los desafíos a las creencias políticas producen cambios cerebrales que llevan a las personas a “perder los papeles” en términos de inhibición y razonamiento, tal como ocurre también con los fanáticos del fútbol cuando pierden un partido.
Comprendiéndonos mejor
Los resultados de ambas investigaciones destacan el papel de la emoción en cualquier forma de fanatismo y confirma la conveniencia de estar atentos a los procesos cerebrales implicados, tanto en los debates políticos como en los encuentros deportivos, para comprender mejor no solo lo que nos está pasando cuando estamos apasionados por algo, sino también cuando hay que mediar o intervenir en episodios de fanatismo.
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