“Si bien sabemos lo que se debe hacer para proteger a los niños de la guerra, el mundo no está haciendo lo suficiente”
Niños ante un auto destruido en Sanaa, la capital de Yemen, durante uno de los combates en la guerra civil que padece ese país de la península arábiga desde 2015. Unicef ha documentado que cientos de miles de niños, en 30 guerras durante 18 años, han sido asesinados, mutilados, secuestrados o violados. Imagen: Jonathan Dumont / PMA
La asombrosa cifra de 315 000 violaciones graves contra niños y niñas durante 18 años de conflictos armados, incluidos asesinatos y mutilaciones, pudo registrar el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), según un reporte que divulgó este lunes.
Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, dijo que “cualquier guerra es, en última instancia, una guerra contra los niños. La exposición al conflicto tiene efectos catastróficos que cambian sus vidas”.
“Si bien sabemos lo que se debe hacer para proteger a los niños de la guerra, el mundo no está haciendo lo suficiente”, agregó Russel, al presentar el dramático recuento sobre niños y niñas víctimas de conflictos entre 2005 y 2022.
El informe fue presentado en la Conferencia de Oslo sobre la Protección de los Niños en los Conflictos Armados, auspiciado por Unicef, el gobierno de Noruega, la organización Save the Children y el Comité Internacional de la Cruz Roja, en asociación con la Unión Africana y otras entidades.
Los 315 000 incidentes verificados por el estudio de Unicef se registraron en más de 30 situaciones de conflicto armado en África, Asia, Medio Oriente y América Latina.
El recuento incluye más de 120 000 niños asesinados o mutilados, al menos 105 000 reclutados o utilizados por fuerzas armadas o grupos armados, más de 3500 niños secuestrados, y más de 16 000 sometidos a violencia sexual.
“Cualquier guerra es, en última instancia, una guerra contra los niños. La exposición al conflicto tiene efectos catastróficos que cambian sus vidas”: Catherine Russell.
La ONU también ha verificado más de 16 000 ataques a escuelas y hospitales, y más de 22 000 casos en los que se ha denegado el acceso humanitario a los niños.
Es probable que el número real sea mucho mayor, enfatizó Unicef, y además muchos millones de niños más han sido desplazados de sus hogares y comunidades, perdido amigos o familiares, o han sido separados de sus padres o cuidadores.
“Año tras año la ONU documenta las formas viscerales, trágicas y demasiado predecibles en que se destrozan las vidas de los niños”, dijo Russell.
Planteó que “corresponde a todos en la comunidad internacional garantizar que los niños no paguen el precio de las guerras de los adultos, y tomar las medidas audaces y concretas necesarias para mejorar la protección de algunos de los niños más vulnerables del mundo”.
El Fondo ha apoyado el cuidado y la protección de millones de niños afectados en situaciones de conflicto, incluso a través de la provisión de apoyo psicosocial y de salud mental, gestión de casos de protección, localización y reunificación familiar, y servicios para niños sobrevivientes de violencia de género.
Por ejemplo, el año pasado Unicef llegó a casi 12 500 ex niños soldados, con apoyo para la reintegración u otro tipo de protección, y a más de nueve millones de niños con información diseñada para ayudarlos a evitar los restos explosivos de guerra, como las minas terrestres.
Sin embargo, la agencia dijo que la escala de los riesgos de protección está superando ampliamente los fondos disponibles.
Según sus cálculos, para 2024 el sector de protección infantil requerirá 1050 millones de dólares, y 1370 millones para 2026, para abordar las necesidades de protección de los niños en los conflictos armados.
Si continúa el ritmo actual de financiación humanitaria, el déficit previsto sería de 835 millones de dólares en 2024 y aumentaría a 941 millones para 2026.
Esta brecha podría dejar a los niños afectados por conflictos expuestos a los impactos inmediatos y duraderos de la guerra, el trabajo infantil, el tráfico y la violencia.
En paralelo, Unicef aboga por defender y hacer operativas leyes y normas internacionales vigentes para proteger a los niños en la guerra, así como de ataques a las escuelas, hospitales o instalaciones de agua y saneamiento.
Igualmente, para detener el reclutamiento y uso de niños por parte de grupos y fuerzas armadas, así como el uso de armas explosivas en zonas pobladas.
También se demanda que rindan cuentas ante la justicia los perpetradores de violaciones graves de los derechos de los niños durante conflictos.
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