En la nueva visión geopolítica de la OTAN, la confrontación con Rusia, país al que califica directamente como “amenaza”, se amplía a China
Autor/a: Juan Antonio Sanz
El logo de la OTAN (NATO, en sus siglas en inglés) y las banderas de los países miembros de la alianza, en el exterior de su sede en Bruselas. — Pascal Rossignol / REUTERS
Los intereses estratégicos estadounidenses marcan el paso de la OTAN en Asia, con Japón convertido en cabeza de puente de la Alianza ante China, rival de Estados Unidos en la región y principal garante de Rusia en el mundo.
La OTAN prepara la apertura de una oficina de enlace en Japón, un paso inédito destinado a impulsar al máximo nivel la cooperación con los países aliados de Estados Unidos en Asia. Este movimiento de Bruselas subordina, de facto, los intereses del organismo defensivo nacido en Europa a la estrategia global de Washington.
En la nueva visión geopolítica de la OTAN, la confrontación con Rusia, país al que califica directamente como “amenaza”, se amplía a China, a la que define como “desafío sistémico” global para la Alianza.
Así lo asumió la OTAN en su cumbre de junio de 2022 en Madrid, dentro de su nuevo concepto estratégico, que será confirmado en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza Atlántica en Vilna, Lituania, el próximo mes de julio.
Ese nuevo concepto estratégico, tras la invasión de Ucrania por Rusia y con la tensión desatada con China en el este de Asia, no entiende de fronteras.
Para la OTAN es “cooperación”. Para China, la Guerra Fría exportada a Asia
El año pasado, cuando comenzaron a sonar los rumores sobre la apertura de esa oficina después de la Cumbre de Madrid de la OTAN, uno de los portavoces del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, fue contundente: “La OTAN ha extendido sus tentáculos a la región de Asia Pacífico y busca exportar la mentalidad de la Guerra Fría y replicar la confrontación de bloques”.
Ya lo había adelantado el diario japonés Nikkei, pero fue el propio ministro de Asuntos Exteriores, Yoshimasa Hayashi, quien, en una entrevista con la cadena CNN, confirmó esta semana que Japón prepara con la OTAN la apertura de una oficina de enlace de la Alianza Atlántica en este país asiático. “Ya estamos en conversaciones, pero aún no se han cerrado los detalles”, dijo el ministro.
El jefe de la diplomacia japonesa fue claro a la hora de definir una de las principales razones que llevan a este paso de gigante en el reforzamiento de la relación con la OTAN en materia de defensa y seguridad.
“La razón por la que estamos discutiendo sobre esto es que, desde la agresión de Rusia a Ucrania, el mundo se ha vuelto más inestable”, indicó.
La guerra de Ucrania afecta al Pacífico
“Lo que sucede en Europa del Este no se limita solo a ser un problema de Europa del Este, sino que afecta directamente la situación aquí en el Pacífico. Es por eso la cooperación entre nosotros, en el Este de Asia, y la OTAN se está volviendo más importante”, según Hayashi.
Nikkei había señalado, citando fuentes del Gobierno de Japón y de Bruselas, que la apertura de la oficina será en 2024, aunque antes se estudiará en la cumbre de Vilna. Uno de sus objetivos sería fortalecer la coordinación en materia del ciberespacio, la lucha contra la desinformación y los asuntos aeroespaciales.
La OTAN tiene oficinas de enlace en Ucrania, Georgia, Bosnia, Moldavia o Kuwait, además de Nueva York y Viena. Si tal mecanismo se implanta en Japón permitirá a la Alianza Atlántica coordinar sus acciones con aliados de EEUU en la zona, como Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, en esos asuntos de seguridad en los que China es el contrincante principal.
El concepto estratégico de la OTAN acusa a China de acometer “ciberoperaciones y operaciones híbridas maliciosas”, además de “permanecer opaca sobre su estrategia, intenciones y acumulación de pertrechos militares”, justo los temas a tratar por esa oficina de enlace.
Japón se rearma ante la amenaza china
El año 2024 es clave, además, para la remodelación del sistema de seguridad de Japón, con la implantación de un Estado mayor conjunto que aúne los mandos de sus llamadas Fuerzas de Autodefensa, un eufemístico nombre con el que los japoneses enmascaran institucionalmente a un ejército prohibido por la Constitución pacifista.
Además, ya estará en marcha el programa de rearme japonés anunciado el pasado mes de diciembre por el primer ministro nipón, Fumio Kishida, que incluye la duplicación del gasto militar en cinco años, empezando por el año en curso, y la reorientación de su estrategia de seguridad, con China y Corea del Norte como retos principales.
Para cubrir esos gastos, el presupuesto de defensa japonés se incrementará hasta alcanzar el 2% del PIB para el año 2027, con un aumento de hasta 300.000 millones de euros.
Cuando se hizo este anuncio, China acusó a Japón de tratar de recuperar el potencial militar que llevó al país del sol naciente a invadir gran parte de Asia Oriental durante la Segunda Guerra Mundial.
Tokio, por su parte, ha señalado que son las circunstancias, entre ellas el propio rearme chino, con la puesta en marcha de la mayor flota naval del Pacífico y la continuada fabricación de armas atómicas, las que obligan a Japón a reforzar su seguridad y buscar el apoyo de sus aliados, especialmente Estados Unidos.
Taiwán en la zona de fricción con China
Hayashi insistió en que la apertura de una oficina de enlace de la OTAN en Japón no pretendía amenazar a ningún país, pero no quiso obviar que la situación es cada vez más tensa con los movimientos militares chinos y la obsesión de Pekín con Taiwán.
China reclama la soberanía sobre esta isla, la antigua Formosa, que se independizó de facto en 1949. Estados Unidos ha prometido defender Taiwán por las armas de un eventual intento de invasión chino, aunque Washington no reconozca a Taipéi oficialmente.
Pero Hayashi no quiso dejar duda alguna. China, con su militarismo y sus prácticas comerciales agresivas, supone “un gran desafío” para Japón. El canciller nipón estaba repitiendo la terminología del concepto estratégico de la OTAN establecido en Madrid el año pasado.
La idea de una oficina de la OTAN en el este de Asia no gusta en China, que ya ha subrayado el impacto que puede tener en la seguridad regional. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning, calificó tal eventualidad como parte de la “continua expansión hacia el este de la OTAN”.
Esa expansión y la intromisión de la OTAN en los asuntos regionales asiáticos socavarán de forma inevitable la paz y estabilidad en Asia, explicó la portavoz china. La apertura de la oficina de la Alianza en Japón contribuirá a llevar a Asia “la confrontación entre bloques” existente en Europa, agregó Mao Ning.
Stoltenberg llama a la calma
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha querido calmar los nervios ante este anuncio y ha resaltado que la Alianza Atlántica no pretende extender su actuación a todo el planeta.
“La OTAN seguirá siendo una alianza de Norteamérica y Europa, y no se convertirá en una alianza global que incluya a miembros de Asia. Nuestras garantías de seguridad incluirán el territorio de la OTAN”, según dijo Stoltenberg en una entrevista con The Washington Post.
Sin embargo, las palabras de conciliación de Stoltenberg no se atienen mucho a la realidad. El radio de actuación de la OTAN siempre ha sido difuso y ahí están sus operaciones militares a gran escala en Libia o Afganistán, requeridas por Estados Unidos como principal interesado.
En todo caso, el propio Stoltenberg ya había indicado en diversas ocasiones, por ejemplo en enero, cuando se reunió con Kishida en Tokio, la importancia que tiene Japón para la OTAN. “Ningún socio de la OTAN está más cerca o es más capaz que Japón”, dijo entonces el secretario general de la Alianza.
Una portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, explicó esta semana al diario británico The Guardian que los acuerdos de cooperación con países amigos son revisados regularmente “a fin de asegurar que puedan servir a las necesidades tanto de la OTAN como de sus socios”.
Lungescu citó a su jefe: “Entre los socios de la OTAN, ninguno es más cercano y tiene mayor capacidad que Japón”, por eso, “nuestra asociación es cada vez mayor”.
Juan Antonio Sanz
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