Hoy se pone de manifiesto la gran importancia de las enseñanzas esenciales que dejó esta gesta histórica, aunque haya pasado 152 años, veremos la gran vigencia que tiene y sobre todo el papel tan decisivo que jugo la clase obrera
LA DIFERENCIA ESENCIAL ENTRE EL ESTADO BURGUÉS Y LA COMUNA
DE PARÍS
El 18 de marzo de 1871 los obreros de París se insurreccionaron y el 26 del mismo mes fue nombrada la Comuna, dos días después, el 28 de marzo, fue proclamada como el primer gobierno obrero, del cual este año se cumplen 152 años. París fue el escenario de la Comuna, la primera experiencia en la historia de un gobierno de la mayoría sobre la minoría, y aunque solo duró 2 meses largos, hizo miles de veces más en beneficio de los trabajadores que toda la existencia del capitalismo; y sobre todo, mostró en viva experiencia los aspectos principales y decisivos para que el pueblo encabezado por la clase obrera logre sus objetivos y lleve a la humanidad por el camino de la reedificación de la sociedad.
Si miramos la Comuna en relación con el hoy, con los acontecimientos que se están dando en varios países, y muy especialmente en el propio Francia, cuna de la Comuna, veremos cómo se ponen de manifiesto la gran importancia de las enseñanzas esenciales que dejó esta gesta histórica, aunque haya pasado 152 años, veremos la gran vigencia que tiene y sobre todo el papel tan decisivo que jugo la clase obrera que muy bien describió Lenin al decir que:
Sólo los obreros permanecieron fieles a la Comuna hasta el fin. Los burgueses republicanos y la pequeña burguesía se apartaron bien pronto de ella: unos se asustaron por el carácter socialista revolucionario del movimiento, por su carácter proletario; otros se apartaron de ella al ver que estaba condenada a una derrota inevitable. Sólo los proletarios franceses apoyaron a su gobierno, sin temor ni desmayos, sólo ellos lucharon y murieron por él, es decir, por la emancipación de la clase obrera, por un futuro mejor para los trabajadores.
¿Cuál es la diferencia esencial en el Estado tipo Comuna y el Estado burgués, llamado en Colombia Estado Social de Derecho?
Hasta el momento en que se presenta la iniciativa de los comuneros de Paris en 1871, el Estado había sido una máquina al servicio de una ínfima minoría parásita de la sociedad para garantizar sus privilegios, así como para aplastar a la inmensa mayoría y privarla de los procedimientos revolucionarios de lucha. El Estado se erige sobre el poder económico de los explotadores y las fuerzas militares constituyen el pilar central de esa máquina desde el esclavismo hasta la sociedad actual, donde, a pesar de que le llamen la más perfecta de las democracias a la República parlamentaria, en realidad es la dictadura de la minoría de burgueses y terratenientes que se apropian del trabajo social, contando para ello no solo con la máquina de burócratas privilegiados, de sus jueces y carceleros, sino además de las fuerzas militares y paramilitares.
La Comuna de París, por el contrario, se convirtió en la primera experiencia en que la mayoría de la sociedad, los trabajadores tomaron en sus manos la dirección de la sociedad. Sí, los rústicos obreros despreciados por la élite parásita, aunque no plenamente conscientes, descubrieron y crearon una nueva forma de Estado que ya no era propiamente un Estado, en la media en que se trataba imponer la voluntad de la mayoría trabajadora a minoría parásita.
Hasta ese momento Marx y Engels le habían planteado a la clase obrera que no bastaba con tomar el viejo aparato del Estado sino que ese poder aislado de las masas, esa máquina burocrático militar burguesa debía ser destruida, pero ellos no podía saber con qué sustituir esa vieja máquina. La Comuna, que fue el nombre que dieron los obreros parisinos a su nuevo Estado desbrozó el camino:
«La Comuna era, esencialmente, un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo». La guerra civil en Francia
La Comuna fue aplastada por la burguesía a sangre y fuego, y aunque tuvo una corta vida de tan solo 2 meses dejó sentados los cimientos para construir el nuevo Estado necesario para lograr la liberación definitiva de los trabajadores. El olvido de las lecciones de la Comuna han sido la causa más importante de la derrota del proletariado en Rusia y China.
La esencia de la Comuna puede resumirse en que:La abolición del viejo estado, mediante el poder político nacido de la iniciativa directa de las masas desde abajo y NO por decreto.
La fuente de su poder está en la iniciativa directa de las masas populares desde abajo.
Sustitución de la policía y del ejército como instituciones apartadas del pueblo y contrapuestas a él, por el armamento general del pueblo.
Sustitución de la burocracia del Estado por funcionarios asalariados elegibles y removibles por las masas en cualquier momento.
Así, sencillo, barato, compuesto de trabajadores, sin charlatanería parlamentaria, el gobierno de la Comuna legisló y ejecutó al mismo tiempo, medidas revolucionarias. Medidas que tuvieron un carácter marcadamente proletario debido al componente obrero de sus miembros.
Los decretos establecidos por la Comuna presentaban tres categorías: unos, fueron reformas que la burguesía republicana no se atrevía implantar por cobardía y porque servían de cimientos indispensables para la libre acción de la clase obrera; otros, salvaguardaban directamente los intereses inmediatos de la clase obrera por ejemplo el empleo, salario, jornada, etc., y otros tenían ya un tinte socialista que rompían con el viejo orden social como fue el funcionamiento mismo de la Comuna como un nuevo tipo de Estado y la abolición de ciertas formas de explotación capitalista. En la próxima entrega detallaremos las medidas y el tiempo en que se realizaron.
Con estas rápidas, ejecutivas y sencillas medidas los obreros parisinos, nos enseñaron que, ante la destrucción del podrido Estado burgués, debía instaurarse un Estado legislativo y ejecutivo a la vez, barato y al servicio realmente de los desposeídos, ese es el Estado tipo Comuna. Muy diferente a como funciona el Estado burgués
LA FORMA DEL NUEVO ESTADO TIPO COMUNA VS LA ANACRÓNICA FORMA DEL ESTADO BURGUÉS
La dictadura del proletariado, garantizaría la eliminación de la corrupción con las medidas sencillas que adoptaron los obreros en 1871, esas son la mejor vacuna contra la corrupción:
funcionarios elegibles y removibles en cualquier momento, salarios iguales al de un obreros común (es decir sin privilegio alguno) y que se imponga la autoridad del pueblo armado frente a los bandidos que quieran aprovechar de su posición es más que suficiente para que todos caminen derechito y no se tuerzan
La Comuna estableció un gobierno que era ejecutivo y legislativo a la vez. Sustituyó la burocracia del Estado por funcionarios asalariados elegibles y removibles por las masas en cualquier momento y salarios iguales al de un obrero común.
¿Cómo empezó a funcionar de forma ejecutiva La Comuna?
El 28 de marzo se proclama el gobierno del pueblo, el 29 de marzo se organiza el gobierno conformando nueve Comisiones de trabajo, de cinco miembros cada una (Finanzas, Guerra, Justicia, Seguridad Nacional, Subsistencias, Cambio y Trabajo, Relaciones Exteriores, Servicios Públicos y Enseñanza) cuyos delegados forman una Comisión Ejecutiva. Aquí desempeñaron un decisivo papel los miembros revolucionarios de la Comuna, algunos influidos por la Asociación Internacional de los Trabajadores.
En pocas horas se atendió la alimentación para 300.000 desempleados; en 48 horas desde la Federación de Sociedades Obreras, se reorganizó el correo con el apoyo de los trabajadores de esta rama; se aprobó de otro lado, el reglamento que fija la jornada laboral en diez horas para los talleres del Louvre.
Así mismo, La Comuna abolió el reclutamiento y el ejército permanente y declaró única fuerza armada a la Guardia Nacional, en la que debían enrolarse todos los ciudadanos capaces de empuñar las armas.
Condonó los pagos de alquiler de viviendas desde octubre de 1870 hasta abril de 1871, incluyendo en cuenta para futuros pagos de alquileres las cantidades ya abonadas, y suspendió la venta de objetos empeñados en el monte de piedad de la ciudad.
El 30 de marzo, fueron confirmados en sus cargos los extranjeros elegidos para la Comuna, teniendo en cuenta que «la bandera de la Comuna es la bandera de la República mundial».
El 1 de abril se acordó que el sueldo máximo que podría percibir un funcionario de la Comuna, debía ser igual al de cualquier obrero.
Al día siguiente, la Comuna decretó la separación de la Iglesia del Estado y la supresión de todas las partidas consignadas en el presupuesto del Estado para fines religiosos, declarando propiedad nacional todos los bienes de la Iglesia. Por lo tanto, el 8 de abril se ordenó eliminar de las escuelas todos los símbolos religiosos, imágenes, dogmas, oraciones.
El día 6, el 137 Batallón de la Guardia Nacional sacó a la calle la guillotina y la quemó públicamente, entre el entusiasmo popular. El 12, la Comuna acordó que la Columna Triunfal de la plaza Vendôme, fundida con el bronce de los cañones tomados por Napoleón después de la guerra de 1809, se demoliese, porque era un símbolo de chovinismo e incitación a los odios entre naciones. Esta disposición fue cumplida el 16 de mayo.
El 16 de abril, la Comuna ordenó que se abriese un registro estadístico de todas las fábricas clausuradas por los patronos y se planificara su reapertura con los obreros que antes trabajaban en ellas, organizándoles en sociedades cooperativas, y que se planease también la agrupación de todas estas cooperativas en una gran Unión.
El 20, la Comuna declaró abolido el trabajo nocturno de los panaderos y suprimió también las oficinas de empleo, que durante el Segundo Imperio eran un monopolio de ciertos sujetos designados por la policía.
El 30 de abril, la Comuna ordenó la clausura de las casas de empeño, basándose en que eran una forma de explotación privada de los obreros.
Y no pudo realizar más cosas, no porque no lo pudiera hacer, sino porque la burguesía la aplastó a sangre y fuego. ¡Qué lástima que haya durado tan poco!
El anacrónico Estado burgués
En la actualidad, y no es por irse lanza en ristre contra Petro como persona, se prometieron una serie de reformas, con las que el pueblo se esperanzó, o es que acaso no hemos sido víctimas de las asesinas EPS, o no hemos luchado por alza de salarios, contratación directa, derecho al empleo.
En el caso de la reforma a la salud, se prometió acabar con las EPS, mejorar las condiciones del personal médico, anteponer la medicina preventiva sobre la curativa, etc., etc., pero para nada serán aprobadas, porque el Estado no es Petro, no es el Pacto Histórico, es apenas el gobierno de turno que las mismas clases poseedoras pusieron en el poder y son ellas las que deciden, con sus fichas en el Congreso, en la justicia y con sus Fuerzas Militares, si se aprueban o no.
En el Estado tipo comuna, no se pasa por una serie de debates, ni necesita contar con la aprobación de la mayoría en el Congreso, donde en últimas transforman las reformas a su acomodo, favoreciendo a los dueños del capital; ese es hasta ahora el destino de la reforma a la salud, mochada por todos lados y en últimas qué se ha aprobado, qué se aprobará en beneficio del pueblo, seguramente nada o muy poco, la situación de la salud seguirá siendo igual, porque definitivamente, cuando la iniciativa no surge desde abajo, cuando el poder no lo tienen los obreros en alianza con los campesinos pobres y medios, no hay como establecer medidas en favor de las masas trabajadoras del campo y la ciudad.
Pero aparte de que el Estado de los ricos no es ejecutivo y no garantiza la resolución de los problemas del pueblo, es supremamente costoso para la sociedad sostenerlo. Miremos en el caso de las elecciones. Dicho por los mismos medios de comunicación burgueses, no más en la farsa electoral las cifras son exorbitantes. La Registraduría Nacional del Estado Civil informó que para las elecciones en 2022 se gastaron cerca de $1,2 billones para las de Congreso, consultas partidistas y Presidencia de la República. Presupuesto electoral que presuntamente debe ser invertido en aspectos tales como la contratación de personal, material electoral, capacitación de jurados de mesa, entre otros aspectos.
Ahora también es bien sabido que la campañas políticas en Colombia son muy costosas y que en algunas ocasiones los candidatos a congresistas invierten un presupuesto mayor a los topes aprobados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que son de 8 mil millones de pesos por partido, aun así, una campaña al Congreso de la República puede costar desde $375 millones en regiones pequeñas, hasta $2.100 millones en grandes ciudades.
Por otro lado, los aspirantes a presidencia gastan cerca de $27.000 millones de pesos. En el aplicativo Cuentas Claras, en el que aparecen los montos de los gastos en las más recientes campañas a la Presidencia y al Congreso, se evidencian gastos por $3 millones de pesos cada día en una campaña electoral para el Senado o la Cámara de Representantes y $70 millones diarios si lo que se busca es llegar a ser presidente. Básicamente con dos días de campaña presidencial un trabajador podría pagar su apartamento, y no tendría que negociar con el parásito sector financiero para diferir el pago a 15 o 20 años, para terminar, pagando el doble o el triple del valor real.
Nos debemos preguntar entonces, si todos los gobiernos dicen ayudar al pueblo, y el actual dice ser del pueblo, y si tanto se desviven por sus electores, para qué este derroche, no podrían destinarse estos dineros en inversión social, en hospitales, colegios, vías de acceso, redes eléctricas y de internet, subsidios, acueductos, es decir en lo que las masas populares exigieron durante el estallido social y que en últimas no han cumplido.
He ahí la diferencia con la democracia directa desde abajo, sin burocracias de ninguna índole, con elecciones directas, sin el circo que cuesta billones cada cuatro años, ese fue el ejemplo del Estado tipo comuna, y ese es el camino que debemos seguir, el pueblo no puede seguir manteniendo un Estado así de costoso que además ni legisla en favor de los desposeídos, ni los defiende, ni los cuida, ni les ofrece nada, solo garantiza la permanencia de un sistema económico decadente, que incluso riñe con el desarrollo de las fuerzas productivas.
Pero esperen, falta hablar del sueldo de los congresistas.
El salario de los congresistas que antes del gobierno del Pacto era de $35’316.133, luego de las promesas y alharacas de que debía bajarse el sueldo de estos sujetos, ahora con el actual gobierno, quedó en $37′880.084, luego de que el presidente de la República firmara el decreto 2405, con el aumento salarial para 2023.
Recordemos que todos estos fueron trucos de campañas de diferentes candidatos y aquí está la cruda realidad, un pobre congresista tiene que sobrevivir con más de 37 millones de pesos al mes, mientras que los quejumbrosos obreros tenemos que subsistir con algo más de 1 millón de pesos mensual.
Eso sin contar que los congresistas aparte de su salario, cuentan con gastos de representación, subsidios, primas, etc., etc., etc., solo con este ejemplo, podemos comparar lo que nos cuesta este podrido Estado, para que, en últimas, legislen en favor de los ricos y en el peor de los casos, vayan a dormir plácidamente en las sillas del Congreso; no hay lugar a dudas, al Estado burgués no hay que reformarlo, debemos destruirlo y luchar por instaurar y construir un Estado tipo Comuna.
Pero esperen falta más y ¿la corrupción qué?
La corrupción no se acabó con el hecho de que hayan subido al poder políticos que dicen ser honestos. La corrupción de los funcionarios del Estado burgués es inherente a la democracia burguesa.
Corrupción que es escandalosa y ha generado el repudio general del pueblo; por eso todos los politiqueros en campaña se desgañitan hablando de la corrupción, todos se presentan como los más puros y madrecitas de la cariad y en ser los primeros en la lucha contra la corrupción; sin embargo, todos están untados, porque son representantes o sirvientes del capital; desde las campañas que son financiadas por los capitalistas se tejen los hilos para imponer leyes, conseguir puestos en el Estado, tramitar contratos con el Estado y hasta robar descaradamente.
Si se preguntan por qué Roy Barreras se opone al proyecto de reforma a la salud e investigan un poco, van a encontrar que el señor es beneficiario de miles de millones en contratos con las EPS y el Estado. El mismo Gustavo Bolívar dijo sin empacho que el Congreso era un nido de ratas: en entrevista del 8 de enero a Vicky Dávila de la revista Semana dijo textualmente: «Mucha gente llega a la política a hacer negocios. Obviamente, los que no llegamos a hacer eso somos incómodos porque no nos prestamos ni para el coctel, ni para el lobby, ni “venga le presento a fulanito”, ni “si lleva a fulanito ante tal ministro le dan tanto”, que si votan por tal punto de la reforma tributaria le dan tanto, etc. Es un negocio horrible estar jugando con la salud y la vida de la gente. En el trámite de la reforma tributaria se me acercó una persona a decirme que pusiera los ceros que quisiera para favorecer un negocio ahí. Obviamente, lo saqué de una».
O miremos lo del propio hijo del presidente Petro, investigado por negocios turbios con organizaciones criminales en las pasadas elecciones. O acaso se puede creer en la castidad del ministro Prada y el escándalo de corrupción cuando fue director del Sena, o de la inocencia del ministro de transporte representante de los chanchulleros del partido Conservador en el Gobierno.
En cambio la Comuna, la dictadura del proletariado, garantizaría la eliminación de la corrupción con las medidas sencillas que adoptaron los obreros en 1871, esas son la mejor vacuna contra la corrupción: funcionarios elegibles y removibles en cualquier momento, salarios iguales al de un obreros común (es decir sin privilegio alguno) y que se imponga la autoridad del pueblo armado frente a los bandidos que quieran aprovechar de su posición es más que suficiente para que todos caminen derechito y no se tuerzan.
Por eso los comunistas no se cansarán de repetir:
¡Abajo el podrido Estado burgués, Viva el futuro Estado de obreros y campesinos!
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