La espuma cuántica es bastante real. Los físicos han logrado observarla cuando muden las propiedades magnéticas de partículas como los electrones.
Los físicos de partículas intentan comprender la ‘nada’ pero en el camino se han percatado de que todo está impregnado de una misteriosa espuma cuántica.
Ya sea que se le aborde desde una mirada filosófica o científica, la pregunta por la ‘nada’ parece ser un espiral sin salida, o al menos eso pensábamos hasta que la espuma cuántica hizo su aparición en la comprensión de la realidad.
Desde los antiguos griegos el humano se ha internado en tratar de determinar si la nada realmente existe y paradójicamente no se ha logrado llegar a un consenso. Pero la filosofía no es la única que ha intentado darle respuesta a la pregunta, la ciencia ha incursionado en el concepto y existen algunas definiciones, aunque la más impresionante es quizá la que dice que la ‘nada’ no es realmente nada; ¿cómo es esto posible?
¿Cómo podría llegarse a la nada?
Incluso si los científicos tomaran un recipiente y le quitaran todo el aire dentro, no estaría vacío del todo pues habría energía dentro de él. La energía es una constante en el Universo y nuestro planeta no es la excepción. La radiación que nos llega desde el Sol está presente en cada rincón y no es la única, millones de partículas atraviesan la Tierra a cada segundo provenientes de las explosiones cósmicas.
Entonces sólo quedaría una vía para intentar llegar a la nada dentro del recipiente hipotético; enfirarlo al cero absoluto. Sólo de esta forma el espacio contenido allí no irradiaría energía y podría decirse que contiene la nada, pero parece que tan sólo es el comienzo de la búsqueda.
Principio de Incertidumbre de Heisenberg
Las leyes de la física se complican a medida que acercamos más la vista hacia el mundo subatómico, lo que nuestros ojos ven es tan sólo una mínima porción de lo que compone la realidad, pero en la escala cuántica los fenómenos se vuelven confusos. La física cuántica predice que las partículas son una especie de ambivalencia que se comportan igualmente como partículas y ondas, y se pone todavía más confuso cuando aparece el Principio de Incertidumbre de Heisenberg.
Este dice que no se puede medir con exactitud la ubicación y el movimiento de una partícula subatómica al mismo tiempo. A esto se le agrega que no es posible medir la energía de la nada a la perfección, ya que el principio también sugiere que cuanto más corto es el tiempo de medición, más imprecisa se vuelve la medición. Es decir que si intenta realizar una medición en un tiempo cercano a cero, el resultado será infinitamente impreciso.
La Principio de Incertidumbre de Heisenberg tiene gran repercusión a la hora de tratar de medir la nada. Por ejemplo, si intenta medir la energía de un lugar dado en donde se espera que sea cero, simplemente no aparecerá una medición precisa y aunque parece más una cuestión de mediciones, es en realidad un destello de lo que es la realidad.
Los físicos se han percatado de que puede que la nada realmente no sea la ausencia del todo y más bien esté representada por intervalos intermitentes en donde aparecen partículas de materia y antimateria. La famosa ecuación de Einstein E=mc2, dice que la energía es materia y viceversa, pero si a esto se la agrega la teoría cuántica que dice que no es posible predecir con exactitud la ubicación y el movimiento de una partícula subatómica al mismo tiempo, entonce significa que la nada puede fluctuar brevemente a energías distintas a cero, y esa energía por lo tanto, puede generar partículas de materia (y antimateria).
Aparece la espuma cuántica
A la conclusión que han llegado los físicos es que en el mundo cuántico el espacio vacío no está realmente vacío y por lo tanto, el concepto de la nada está en duda. Resulta que la nada es un lugar vibrante con partículas apareciendo y desapareciendo en un proceso desenfrenado. Este comportamiento tiene un parecido superficial con el comportamiento efervescente de la espuma, burbujas que fluctuan y es por esto que se le ha llamado ‘espuma cuántica’.
Aunque puede parecer una cuestión meramente poética de la ciencia, la espuma cuántica es bastante real. Los físicos han logrado observarla cuando muden las propiedades magnéticas de partículas como los electrones.
Si la espuma cuántica no fuera real, los electrones deberían comportarse como imanes con una fuerza magnética determinada. No obstante, los experimentos han arrojado fuerzas magnéticas ligeramente mayores (un 0.1% mayor a lo esperado). Cuando se combinana las mediciones prácticas y la teoría, aparece de pronto que la espuma cuántica esta muy presente en la realidad y deja como conclusión que la nada no es precisamente la ausencia del todo.
Alejandra Martínez
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