En realidad no existen leyes que dicten con precisión y coherencia la realidad en la que vivimos
Las leyes físicas tal y como las entendemos en realidad podrían no existir
Un acreditado físico teórico pone el dedo en la llaga sobre las limitaciones del cerebro humano
EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE
Las leyes físicas son solo descripciones matemáticas que reflejan lo que sabemos, no necesariamente cómo es en realidad el mundo. Nuestro cerebro es limitado para comprender el universo, por lo que la pretendida Teoría del Todo pudiera ser un espejismo inalcanzable, al igual que la mecánica cuántica: un día podría ser sustituida por otra teoría, como pasó con las leyes de Newton que, aunque funcionan exactamente en nuestro mundo, no explican lo que ocurre a velocidades próximas a la de la luz.
Las leyes de la física en realidad no existen, sino que son solo un concepto conveniente para nosotros, asegura el físico teórico Sankar Das Sarma en un artículo publicado en NewScientist que ha suscitado gran interés.
Una afirmación de este calibre pasaría desapercibida como una opinión más si no procediera de Das Sarma, que figura entre los físicos más citados de este siglo.
Es coautor de más de 800 artículos en la serie Physical Review Journal de la American Physical Society, incluidas más de 150 publicaciones en Physical Review Letters.
Das Sarma es asimismo presidente de la Cátedra Richard E. Prange de Física, miembro del Joint Quantum Institute (JQI) y director del Centro de Teoría de la Materia Condensada, todos ellos de la Universidad de Maryland en College Park.
La tribuna que acaba de publicar no puede dejar indiferente no solo por la autoridad del autor, sino también por el análisis que hace de la física actual, sobre la que viene a decir que está en pañales respecto a lo que en realidad podemos descubrir acerca del universo, la materia y la energía.
MERAS DESCRIPCIONES MATEMÁTICAS
Plantea que lo que llamamos leyes físicas son en realidad meras descripciones matemáticas de cierta parte de la naturaleza, y que esta suposición se aplica tanto a las leyes del movimiento de Newton, como a la teoría de la relatividad de Einstein, a la ecuación de Dirac que describe las amplitudes de probabilidad para un electrón, así como a otros muchos campos de la física, según Sarma.
Para Sarma, esto significa que en realidad no existen leyes que dicten con precisión y coherencia la realidad en la que vivimos. Lo que más bien ocurre es que nuestras leyes y teorías describen la realidad tal como la percibimos y medimos. Esta es la mirada con la que debemos contemplar lo que sabemos sobre el funcionamiento del mundo, viene a decir Sarma.
"A medida que descubrimos más sobre la naturaleza, podemos perfeccionar nuestras descripciones de ella, pero esto es una tarea interminable", escribe. "Es como pelar una cebolla infinita, cuanto más pelamos, más hay que pelar".
CEREBRO INSUFICIENTE
Sarma también señala que hay alrededor de 86 mil millones de neuronas en el cerebro humano, menos que la cantidad de estrellas que existen en la Vía Láctea, que además es solo una pequeña parte del Universo conocido.
El universo parece casi infinito en comparación con la capacidad finita del cerebro humano, lo que nos deja tal vez pocas posibilidades de descubrir todo sobre su naturaleza y sus misterios, destaca Sarma.
Y esto le lleva a desvelar un matiz del antropocentrismo desde el que abordamos todavía el conocimiento científico: Sarma no entiende cómo es posible que podamos ser tan arrogantes para imaginar que las reglas aparentes que parecen gobernar nuestra realidad se aplicarían sin más en todos los posibles universos que pueden existir.
MECÁNICA CUÁNTICA RELATIVA
Incluso cuestiona una teoría tan sustancial como la mecánica cuántica, una disciplina que, paradójicamente, cuestiona a su vez que el mundo exista realmente.
Sarma describe la mecánica cuántica "más como un conjunto de reglas que usamos para expresar nuestras leyes, que como una ley última en sí misma".
Considera que quedan demasiados misterios y variables para considerar sacrosanta a la mecánica cuántica, que definimos ingenuamente como la teoría fundamental de la física.
"Es difícil imaginar que dentro de mil años los físicos seguirán utilizando la mecánica cuántica como la descripción fundamental de la naturaleza", afirma Sarma.
La mecánica cuántica será válida por un tiempo. /ARTTURI JALLI EN UNSPLASH.
YA PASÓ ALGO PARECIDO
"Algo diferente debería reemplazar a la mecánica cuántica en ese momento, al igual que la mecánica cuántica reemplazó a la mecánica newtoniana", añade al respecto.
Recuerda que la Teoría Especial de la Relatividad formulada por Einstein en 1905 cuestionó las leyes del movimiento señaladas por Newton en 1687, ya que, aunque funcionan exactamente en nuestro mundo, no pueden considerarse leyes como tales porque no se aplican a velocidades próximas a la de la luz.
Sin embargo, Sarma no especula con lo que puede sustituir en el futuro a la mecánica cuántica, aunque está convencido de que nuevos descubrimientos abrirán horizontes que hoy ni podemos imaginar.
LA TEORÍA DEL TODO NO EXISTIRÍA
Sarma advierte, no obstante, que no soñemos con una posible ley final de la física, ya que considera que esa pretendida descripción global de todo el universo, algo que los físicos llevan buscando desde hace un siglo, es algo que realmente no existe. Sería solo un espejismo.
Sarma explica al respecto que la mayoría de las leyes de la física que hemos descrito están directamente vinculadas a partes específicas de la naturaleza, pero que una visión de conjunto, como la que pretendía Einstein, es inalcanzable para el cerebro humano.
La comunidad científica está en gran parte de acuerdo en este punto. Es incluso una de las razones por las que las descripciones de la realidad descubiertas en la actualidad no se denominan "leyes", sino "teorías", concluye Sarma.
DERIVADA MATEMÁTICA
La propuesta de Sarma para la Física plantea implícitamente una derivada que lleva preocupando a las mejores mentes matemáticas desde hace siglos: ¿tienen las matemáticas una existencia real que nosotros descubrimos, o por el contrario son tan solo una construcción del cerebro humano, limitada por nuestra propia biología?
Muchos creen que las matemáticas existen fuera de nuestras mentes y que constituyen la estructura esencial del universo. Otros piensan que las matemáticas que conocemos están muy sesgadas por las limitaciones de nuestros cerebros.
Si Sarma tiene razón, deberemos asumir que las matemáticas serían también una especie de construcción de nuestras mentes con las que, paradójicamente, hemos construido unas leyes físicas que tampoco tendrían una ontología propia. Estaríamos en un laberinto parecido al que describe Borges en sus cuentos.
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