La región tiene un panorama económico complejo en 2022 y en los años próximos, según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022.
Alfredo Zaiat
Economista argentino
El último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) proyecta un crecimiento para 2022 de 2,7% promedio, en un contexto de fuertes restricciones macroeconómicas que están golpeando a la región.
Una secuencia de crisis ha llevado a un escenario de bajo crecimiento y aceleración inflacionaria de la economía global, lo que junto a la menor expansión del comercio, la apreciación del dólar y el endurecimiento de las condiciones financieras globales, afectarán en forma negativa a la región, dijo Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL, en una conferencia de prensa en Santiago de Chile.
“En un contexto de múltiples objetivos y crecientes restricciones se requiere una coordinación de políticas macroeconómicas que apoyen la aceleración del crecimiento, la inversión, la reducción de la pobreza y la desigualdad, a la vez que enfrenten la dinámica inflacionaria”, declaró Cimoli.
El impacto del conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia
La región tiene un panorama económico complejo en 2022 y en los años próximos, según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2022.
Al menor crecimiento económico se suman las fuertes presiones inflacionarias, el bajo dinamismo de la creación de empleo, caídas de la inversión y crecientes demandas sociales.
Esta situación se ha traducido en grandes desafíos para la política macroeconómica, que debe conciliar políticas que impulsen la reactivación con políticas dirigidas a controlar la inflación y dar sostenibilidad a las finanzas públicas.
A este complejo escenario interno se agrega uno internacional en donde el conflicto bélico en Ucrania y las sanciones a Rusia han provocado las siguientes consecuencias:
· Crecientes tensiones geopolíticas.
· Un menor dinamismo del crecimiento económico global.
· Una menor disponibilidad de alimentos.
· Aumentos del precio de la energía.
· Estos dos últimos factores han incrementado las presiones inflacionarias que venían de antes como resultado de los choques de oferta generados por la pandemia del COVID-19.
Durante este año habrá una caída de la demanda externa que enfrenta la región. Antes del conflicto bélico en Ucrania ya se estaba produciendo una desaceleración de la actividad económica y se pronosticaba que en 2022 el PIB mundial crecería un 4,4%, en comparación con uno del 6,1% en 2021. Pero ahora la proyección bajó a una suba de 3,1%.
En los EEUU se espera un alza del 1,7% muy por debajo del 4,0% que se estimaba antes del inicio del conflicto. También en la zona del euro la revisión a la baja fue considerable y se proyecta un crecimiento del 2,6%, 1,4 puntos porcentuales menor de antes de que comenzara esta crisis.
En tanto, en China la economía se ha desacelerado marcadamente tras el crecimiento de más del 8% en 2021 yseráde alrededor del 4% para 2022.
Los números de las proyecciones
Al igual que la dinámica del crecimiento, el comercio mundial se ha visto afectado por el conflicto bélico. La CEPAL estima que avanzará un 3,0% en términos de volumen, lo que representa una revisión menor al 4,7% que la Organización Mundial del Comercio (OMC) proyectaba antes del inicio del conflicto.
La CEPAL pronostica entonces que América del Sur crecerá un 2,6% (en comparación con un 6,9% en 2021), el grupo conformado por Centroamérica y México un 2,5% (en comparación con un 5,7% en 2021) y el Caribe -la única subregión que crecerá más que en 2021- un 4,7% sin incluir Guyana (en comparación con un 4,0% en el año anterior).
El Estudio Económico 2022 muestra también que el conflicto en Ucrania intensificó la dinámica al alza que los precios de productos básicos ya presentaban desde la segunda mitad de 2020, haciendo que algunos de estos alcancen niveles históricos. Para el promedio de la región, el efecto es mixto, y se proyecta una caída del 7% de los términos de intercambio de productos básicos.
Estudio económico de ALC 2022 (agosto 2022). © Foto : CEPAL
Qué pasa con la inflación
Si bien a finales de 2021 las estimaciones apuntaban a un descenso de la trayectoria de la inflación en el mundo y en la región, dado el comportamiento que se anticipaba en el precio de los bienes primarios, el conflicto bélico en Ucrania provocó un cambio en la dinámica de la inflación, que se tradujo tanto en un aumento de la tasa como en una revisión al alza de las proyecciones de la inflación.
El conflicto bélico no sólo ha impactado en el aumento de los precios de la energía y alimentos, sino que también ha agudizado los problemas en las cadenas de suministro global, que aún no se recuperan de los problemas originados durante la pandemia.
La dinámica futura de la inflación en la región está muy ligada a lo que ocurra con la inflación mundial, ya que sus determinantes son muy similares. Por ello, en caso de que persistan los efectos del conflicto bélico y las sanciones a Rusia en los precios de las materias primas, en particular energía y alimentos, la inflación se mantendrá elevada.
Por otro lado, de mantenerse los niveles actuales de volatilidad cambiaria y la tendencia a la apreciación del dólar en los mercados internacionales, el costo de los bienes e insumos importados seguirá creciendo y, en consecuencia, también la inflación.
De este modo, la tasa de inflación ha seguido aumentando, colocándose en un promedio regional de 8,4% a junio de 2022, que equivale a más del doble del valor promedio registrado en el período 2005-2019.
A nivel subregional, en junio de 2022, las economías de América del Sur presentaban en promedio el mayor nivel de inflación (8,8%), seguidas por las economías del grupo conformado por Centroamérica y México (7,5%) y las del Caribe de habla inglesa (7,3%).
Esto ha derivado en que los bancos centrales aumenten sus tasas de interés. Además la volatilidad cambiaria y la tendencia a la depreciación de las monedas en la mayoría de las economías de la región, ha derivado en más intervenciones oficiales en los mercados cambiarios y un mayor uso de las reservas internacionales para contener las presiones devaluatorias.
La debilidad del mercado laboral
La recuperación de la actividad económica, la vuelta a clases presenciales y la relativa normalización de las actividades cotidianas, en virtud del levantamiento de las restricciones a la movilidad aplicadas durante la etapa más dura de la pandemia, produjeron una recuperación del empleo en la región.
Sin embargo, la actual desaceleración de la actividad económica está restringiendo esa mejora, en especial para las mujeres.
Mientras la tasa de desocupación masculina pasó del 10,4% a fines del segundo trimestre de 2020 al 6,9% a fines del primer trimestre de 2022, presentando una reducción de 3,5 puntos porcentuales, la femenina registró una disminución de 2,1 puntos porcentuales en el mismo período, al pasar del 12,1% al 10,0%.
A fines del primer trimestre de 2022 la tasa de participación laboral femenina (51,4%) presenta un rezago mayor que la tasa de participación masculina (74,2%). Esto se debe a que la reincorporación de las mujeres en el mercado laboral está condicionado por el atraso en la recuperación de sectores económicos que concentran el empleo femenino y por el aumento de la necesidad de cuidados que se manifestó con fuerza tras el inicio de la pandemia.
Estancamiento secular de América Latina y el Caribe
En la región se ha instalado un cuadro global de estancamiento secular, que ocurre cuando en una economía no hay crecimiento sostenido o es insignificante durante un período prolongado.
El informe de la CEPAL apunta en ese sentido cuando recalca que más allá de la actual dinámica del ciclo económico, el bajo crecimiento de la inversión en las últimas tres décadas se ha transformado en una limitante estructural del desarrollo.
Aconseja entonces que reactivar la dinámica de inversión es central para un crecimiento sostenible e inclusivo, ya que la inversión es el puente entre el corto y mediano plazo.
La debilidad de la inversión en comparación con Asia
Entre 1951 y 1979 la formación bruta de capital fijo (inversión) en términos reales creció en promedio un 5,9% anual, mientras que entre 1990 y 2021 la tasa de crecimiento promedio de la inversión fue de sólo 2,9% anual.
La inversión pública en América Latina y el Caribe es baja, en términos relativos y absolutos, y se ha ubicado significativamente por debajo de los niveles que presentan las economías emergentes y en desarrollo de Asia en las últimas décadas, período en que los países asiáticos construyeron economías dinámicas y diversificadas.
Por ello, la CEPAL hace un llamado urgente a aumentar la inversión en América Latina y el Caribe, que se ubicó en los niveles más bajos a fines de 2021 en comparación con otras regiones.
Para lograr esto último recomienda una mayor coordinación entre la política fiscal, monetaria y cambiaria y aprovechar el conjunto de herramientas del que disponen las autoridades a fin de no subordinar el crecimiento y la inversión a la política antinflacionaria. Además, indica que los esfuerzos macroeconómicos deben ser complementados por políticas industriales, comerciales, sociales y la economía del cuidado.
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