DOSSIER:
1. Una simulación de la Universidad de Princeton permite ver lo que pasaría en cualquier ciudad si estallara una bomba atómica
2. Un centenar de premios Nobel pide poner fin a la guerra en Ucrania y evocan la amenaza nuclear
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Ciencia y armas
1. Una simulación de la Universidad de Princeton permite ver lo que pasaría en cualquier ciudad si estallara una bomba atómica
Eduardo Martínez de la FeMadrid
Una simulación de la Universidad de Princeton ha descrito lo que ocurriría en un hipotético conflicto nuclear entre Rusia, Estados Unidos y la OTAN. Las víctimas ascenderían a 90 millones de personas, desconociéndose qué pasaría si se sumaran al conflicto otros países con armas nucleares.
Una investigación desarrollada por el programa de Ciencia y Seguridad Global (SGS) de la Universidad de Princeton ha elaborado un escenario global que describe lo que ocurriría en el mundo en el caso de que se usaran armas nucleares en un hipotético conflicto bélico entre Estados Unidos y Rusia.
La simulación de SGS, desarrollada antes de la invasión de Ucrania, establece desde dónde se desplegarían las armas, los posibles objetivos y el posible número de víctimas resultado de la confrontación.
La investigación estima que más de 90 millones de personas morirían o resultarían heridas solo en las primeras horas del conflicto.
La investigación también estima qué armas van a qué objetivos, en qué orden y en qué fase de la guerra, mostrando la evolución de los ataques nucleares iniciales, así como las fases estratégicas y dirigidas a las ciudades.
DISPARO DE ADVERTENCIA NUCLEAR
Los investigadores de SGS consideran que, si se produjera una guerra nuclear total entre Rusia y las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN, comenzaría con un "disparo de advertencia nuclear": en este supuesto, se envía un solo misil nuclear para golpear una única base militar.
Una vez que se cruza ese umbral inicial, la escalada resulta inevitable. Según esta simulación, el siguiente paso sería un plan táctico, mediante el cual ambas potencias despliegan cientos de armas nucleares en sus respectivos territorios.
Rusia enviaría 300 ojivas a través de misiles de corto alcance y aviones para intentar atacar las bases de la OTAN en toda Europa. Entonces, la OTAN respondería con 180 de sus propios dispositivos nucleares.
Esta fase duraría solo tres horas, pero en ese tiempo causaría una devastación masiva, matando o hiriendo a 2,6 millones de personas.
ESCALADA PROGRESIVA
Una vez que Rusia haya debilitado las fuerzas militares de Europa, Estados Unidos lanzaría unas 600 ojivas contra Rusia, tanto por tierra como por mar.
Esta fase se desarrollaría solo en 45 minutos y dejaría un saldo de al menos 3,4 millones de personas muertas o mutiladas.
La hipotética escalada proseguiría: tanto la OTAN como Rusia lanzarían a continuación más ataques nucleares, destruyendo tantos recursos como fuera posible.
En esta fase, Rusia y los aliados de Estados Unidos y la OTAN apuntarían a las 30 ciudades más pobladas, utilizando entre 5 y 10 ojivas por cada ciudad.
En solo 45 minutos, el número de muertos aumentaría astronómicamente, dejando 85,3 millones de personas muertas o gravemente heridas.
Todavía quedarían operativas algunas ojivas nucleares, que finalmente elevarían la cifra de víctimas hasta un nivel muy superior a la estimada durante la segunda guerra mundial (entre 50 y 60 millones), con la gran diferencia que todo habría ocurrido en cuestión de horas y no de años.
MÁS CONTENDIENTES
El modelo desarrollado por SGS no incluye la participación de países que no sean Rusia, Estados Unidos y los miembros de la OTAN, por lo que la eventualidad de la guerra nuclear podría ser incluso mayor que la recogida en sus previsiones.
En la actualidad hay nueve países que han detonado con éxito armas nucleares. Cinco de ellos están considerados "Estados nuclearmente armados": Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China. Fuera de este club figuran India, Pakistán y Corea del Norte, y se sospecha que Israel también se ha dotado del arma nuclear con hasta 200 ojivas.
VER CÓMO QUEDARÍA UNA CIUDAD
En total se calcula que la humanidad ha almacenado un arsenal de 22.440 armas atómicas que están operativas en la actualidad. Nadie ha simulado lo que pasaría si todas ellas se vieran implicadas al mismo tiempo en una guerra nuclear global.
El simulador que ha diseñado este posible apocalipsis se basa en datos de NUKEMAP, un mapa interactivo que tiene una década de antigüedad, pero que ha vuelto resurgir ante las amenazas rusas de desencadenar una escalada nuclear si se complica la guerra en Ucrania.
Nukemap permite a cualquier usuario modelar la explosión de armas nucleares (contemporáneas, históricas o de cualquier rendimiento) en prácticamente cualquier objetivo de su elección. Los visitantes se han elevado hasta los 150.000 diarios después de la invasión rusa de Ucrania, según explica su creador, Alex Wellerstein, en la revista Atlantic.

Impacto hipotético de una bomba nuclear en Madrid. /NUKEMAP.
¿QUÉ PASARÍA EN MADRID?
Según esta simulación, una bomba nuclear de 100.000 kilotones, conocida como bomba del zar, responsable de la mayor explosión provocada hasta ahora por seres humanos, que cayera sobre Madrid por una ofensiva nuclear rusa, mataría instantáneamente a 3.860.930 personas y dejaría a 1.903.710 seriamente heridas.
El radio de la bola de fuego (en el centro), en cuyo interior todo se vaporiza, sería de 6,1 kilómetros, y el radio de destrucción física de edificios (siguiente círculo) sería de 32 kilómetros.
El radio de radiación térmica, que origina quemaduras de tercer grado, sería de 73,7 kilómetros, y el radio de destrucción leve (último círculo), que provoca rotura de cristales y daños a las personas, sería de 91,8 kilómetros.
Un arma nuclear es un explosivo de alto poder que utiliza la energía nuclear, derivada de las reacciones nucleares. Se encuentra entre las armas de mayor capacidad destructiva.
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Fuente:
2. Un centenar de premios Nobel pide poner fin a la guerra en Ucrania y evocan la amenaza nuclear
La Federación Europea de Academias de Ciencias ha suspendido a las instituciones de Rusia y Bielorrusia

Más de 100 premios Nobel de diversas disciplinas científicas han firmado una declaración haciendo un llamamiento a la paz frente a la guerra en Ucrania y evocando la amenaza nuclear.
Han pedido el fin la guerra en Ucrania evocando la amenaza nuclear, al mismo tiempo que la ciencia francesa y de los Países Bajos rompen con las instituciones científicas rusas. La Federación Europea de Academias de Ciencias ha suspendido a las instituciones de Rusia y Bielorrusia.
La declaración fue propuesta por la Sociedad Max Planck de Alemania y apoyada por las Reuniones de Premios Nobel que desde 1951 se reúne cada año en Lindau (Baviera).
Las Reuniones de Premios Nobel de Lindau proporcionan un foro reconocido mundialmente para el intercambio entre los Premios Nobel y los jóvenes científicos. Inspiran a generaciones científicas y construyen redes sostenibles de jóvenes científicos en todo el mundo.
Los 105 signatarios de la declaración se dirigen a los gobiernos y líderes empresariales para que utilicen el conocimiento científico y las tecnologías de manera responsable y sean conscientes de sus consecuencias a largo plazo.
Instan al presidente ruso, Vladimir Putin, a respetar los acuerdos legales internacionales, a retirar sus fuerzas, iniciar negociaciones y establecer la paz.
Las conferencia de Premios Nobel de Lindau y la Sociedad Max Planck están convencidas de que la ciencia debe continuar el diálogo, incluso si la política permanece en silencio o está luchando contra la invasión. La declaración señala su esperanza de que esta iniciativa, junto con muchas otras, conduzca a un regreso al intercambio pacífico entre las naciones, señala la declaración.
Los firmantes son premios nobel pertenecientes en su mayoría a Estados Unidos y algunos países occidentales, pero entre ellos no figura ninguno de los 40 ciudadanos rusos que en algún momento han sido galardonados con el premio nobel.
AMENAZA NUCLEAR
Aunque la declaración no hace ningún llamamiento a interrumpir la colaboración científica con Rusia, sí pone énfasis en la amenaza nuclear que representa la guerra en Ucrania, aunque sin referirse en ningún momento al estado de alerta nuclear decretado por el líder del Kremlin, ni a la inseguridad nuclear global generada por los impactos de misiles rusos que han recibido instalaciones de nucleares de Chernobil, Zaporiyia y Járkov.
La declaración especifica al respecto que el descubrimiento de la fisión nuclear creó la base para la construcción de armas nucleares de destrucción masiva.
Añade que el volumen actual de los arsenales tiene el potencial de hacer que la Tierra sea inhabitable para los seres vivos y acabar con la civilización humana. Por lo tanto, tales armas nunca deben usarse, sentencian los premios Nobel.
Significativamente, esta declaración evoca la primera Declaración de Mainau, firmada en 1955 por los Nobel de la conferencia de Lindau.
Esa declaración fue un llamamiento contra el uso de armas nucleares formulado meses después de la constitución del Pacto de Varsovia, del que formaban parte siete estados europeos, como respuesta a la creación de la OTAN en 1949.
LA CIENCIA FRANCESA ROMPE CON LA CIENCIA RUSA
Por su parte, el Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS) de Francia, que es la primera institución científica de Europa (por delante del Instituto Max Planck de Alemania y del CERN de Ginebra), así como la tercera del mundo, ha emitido un comunicado señalando que suspende todas las nuevas formas de colaboración científica con Rusia y cancela todos los futuros eventos científicos que involucren a Rusia.
Aunque añade que los investigadores rusos que trabajan en laboratorios franceses pueden continuar sus actividades, al mismo tiempo el CNRS condena en los términos más enérgicos la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Asimismo, asegura a Ucrania su pleno apoyo y plena solidaridad. "No es aceptable que en pleno siglo XXI pueda surgir un conflicto de este tipo, dentro de la propia Europa", sentencia el comunicado.
MÁS MEDIDAS DE AISLAMIENTO
Los Países Bajos han anunciado también que congelarán todos los lazos de investigación y educación con Rusia y Bielorrusia por el ataque dirigido por Rusia contra Ucrania.
En un comunicado, se informa que las instituciones de conocimiento en los Países Bajos (representadas por las Universidades de los Países Bajos, Vereniging Hogescholen, KNAW, NWO, Federación Holandesa de Centros Médicos Universitarios y De Jonge Akademie), congelan todas las asociaciones de investigación y educación con Rusia y Bielorrusia, y recomienda a todos los estudiantes, profesores o investigadores holandeses que estén en Rusia y Bielorrusia que regresen a los Países Bajos.
Añade que no se iniciarán nuevas colaboraciones, se cancelarán todos los eventos científicos conjuntos y no se invitará a ningún investigador afiliado a una institución rusa o bielorrusa a desempeñar un papel en la evaluación de las propuestas de investigación de las academias de los Países Bajos.
Alemania, Dinamarca y Lituania también se han pronunciado en el mismo sentido en los últimos días, mientras que la ministra de Ciencia e Innovación de España, Diana Morant, ha manifestado que está revisando la colaboración científica española con Rusia, en coordinación con el Ministerio de Asuntos Exteriores, como consecuencia de la invasión de Ucrania.
FEDERACIONES UNIVERSITARIAS
La Federación Europea de Academias de Ciencias y Humanidades (ALLEA), una alianza de más de 50 academias en Europa, anunció asimismo que suspende a los miembros rusos y bielorrusos que hasta ahora formaban parte de la Federación.
Las dos instituciones suspendidas son la Academia de Ciencias de Rusia, que incluye 1.008 instituciones en todo el país y emplea a unos 47.000 investigadores, y la Academia Nacional de Ciencias de Bielorrusia, que emplea a más de 6.000 investigadores en el país que ha colaborado con Rusia en la invasión de Ucrania.
Previamente, la Asociación Universitaria Europea (EUA), que representa a más de 850 universidades y conferencias nacionales de rectores en 48 países europeos, había interrumpido el contacto y la colaboración con cualquier agencia del gobierno central de la Federación Rusa o cualquier otro país que apoye activamente la invasión rusa de Ucrania.
Asimismo, las academias científicas del así llamado "Grupo de los siete", formado Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, y que incluyen la Royal Society del Reino Unido y a la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU., han condenado asimismo la invasión de3 Ucrania.
El potente Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), ha anunciado también la interrupción de su asociación, de 11 años de antigüedad, con el centro tecnológico de Rusia, Skolkovo, más conocido como el Silicon Valley ruso.
Por último, las sociedades matemáticas de varios países han anunciado que no participarán en el Congreso Internacional de Matemáticos, que estaba programado para San Petersburgo, Rusia, en julio, como respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
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