Tenemos la tecnología para evitar la colisión con un gran asteroide
Hemos cruzado el umbral tecnológico para evitar el mismo final que el de los dinosaurios
Pablo Javier Piacente
Investigadores estadounidenses sostienen que sería posible superar la amenaza de un asteroide de 10 kilómetros de diámetro en dirección directa hacia la Tierra: el impacto podría evitarse utilizando tecnología actualmente disponible, incluso con 6 meses de anticipación.
Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara, en Estados Unidos, concluye que la humanidad posee actualmente la tecnología necesaria para evitar la colisión de un gigantesco asteroide como el que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años: podría hacerse disponiendo solamente de 6 meses antes de la colisión con la Tierra, aunque se requiere del acoplamiento eficiente de la energía nuclear que se emplearía.
Según indicaron los investigadores Philip Lubin y Alex Cohen en su estudio, publicado recientemente en arXiv, las consecuencias del impacto real de un asteroide de 10 kilómetros de diámetro no se alejan demasiado de aquello que hemos podido ver en el cine de ciencia-ficción: la temperatura atmosférica aumentaría a 300 grados Celsius, destruyendo prácticamente toda la vida en la Tierra. No es casual que la investigación de los científicos tenga en su título una alusión directa a la película "No mires arriba" (2021), protagonizada por Leonardo DiCaprio.
ENORME POTENCIAL DESTRUCTIVO
Un asteroide de esas dimensiones que impacte contra la Tierra, a una velocidad final de 40 kilómetros por segundo, alcanzaría una energía de impacto de aproximadamente 300 teratones, una fuerza que superaría en alrededor de 40 mil veces el actual arsenal nuclear que existe en todo el planeta. La energía del impacto sería similar a la que soportó la Tierra durante el evento de extinción que provocó el final de los dinosaurios.
De acuerdo a un artículo publicado en Universe Today, los científicos analizaron diferentes posibilidades y concluyeron que la opción más viable y efectiva para hacer frente a un gran asteroide es el empleo de una serie de “penetradores”: dispositivos que se lanzarían hacia el asteroide para inyectar detonadores nucleares. Las explosiones resultantes dividirían al asteroide en fragmentos, permitiendo que no alcance a la Tierra por completo.
En el caso de un asteroide de gran tamaño, quedarían fragmentos radiactivos que golpearían a la Tierra, pero que según los especialistas no serían una gran preocupación. Si el asteroide es más pequeño, con menos de 1 kilómetro de ancho, la tecnología utilizada lo dividiría en trozos lo suficientemente diminutos como para quemarse en la atmósfera.
Esta solución estaría disponible con la tecnología actual, aunque sería necesario realizar pruebas que verifiquen la integración efectiva de los detonadores nucleares. Seguramente, la tarea no estaría exenta de controversias y discusiones éticas, frente a la prohibición que existe en la actualidad para pruebas de este tipo.
INTEGRACIÓN DE DISTINTAS TECNOLOGÍAS
Al mismo tiempo, los especialistas destacaron que es vital integrar estas tecnologías con iniciativas como el proyecto DART (Double Asteroid Redirection Test), de la NASA. En la primera misión de prueba de defensa planetaria, DART demostrará que una nave espacial puede navegar de forma autónoma y realizar un impacto cinético en un asteroide objetivo. Esto permitirá probar si la técnica es realmente viable para desviar un asteroide peligroso.
Aunque con este método no se lograría eliminar por completo al asteroide, algo prácticamente imposible en un cuerpo de grandes dimensiones, se lograría vaporizar parte de la superficie del mismo. Como consecuencia, se generaría un empuje explosivo y una variación en la velocidad. Finalmente, esto cambiaría la trayectoria del asteroide, evitando que impacte contra nuestro planeta.
Como conclusión final, los investigadores indicaron que los métodos de defensa planetaria deben encararse seriamente y con un aval científico concreto. Aunque el impacto de un asteroide de grandes dimensiones es un hecho extraordinario y ocurre aproximadamente una vez cada 100 millones de años, no es posible determinar cuándo ocurrirá.
Frente a esto, los especialistas piensan que la razón y el entendimiento serán más fuertes que las disputas políticas, en un hipotético escenario en el cual la Tierra afronte una amenaza real.
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REFERENCIA
Don't Forget To Look Up. Philip Lubin and Alexander N. Cohen. ArXiv (2022).
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