Colombia se encuentra en inseguridad alimentaria aguda y la situación se puede deteriorar más
Por Hedelberto López Blanch
De demoledor puede calificarse el informe realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) al señalar que Colombia se encuentra en inseguridad alimentaria aguda y la situación se puede deteriorar más.
El documento emitido el 27 de enero indicó que “este país se posiciona como el único en Sudamérica con este estatus de punto crítico de hambre. El debilitamiento de la moneda, el aumento de precios y la reducción del poder adquisitivo lo pone en riesgo de padecer una crisis de hambre en 2022.
Las otras naciones son: Afganistán, Myanmar, Haití Honduras, República Centroafricana, Nigeria, Burkina Faso, Chad, Malí, Mauritania, Níger, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Angola, Congo, Madagascar, Mozambique, Líbano, Sudán, Siria y Yemen.
El PMA y la FAO agregan que esos puntos fueron identificados a través de un análisis prospectivo, bajo los efectos de factores como la violencia y conflicto armado, crisis económicas (incluidos los impactos secundarios de la pandemia de covid-19), fenómenos meteorológicos extremos y variabilidad climática, además de plagas y enfermedades animales y vegetales.
Colombia, según esas organizaciones de Naciones Unidas, aparece en la lista como proclive de inseguridad alimentaria aguda debido a la violencia organizada o conflictos, principales promotores del deterioro.
Recordemos que en la nación sudamericana han sido asesinados más de 1 250 líderes sociales y cerca de 300 exguerrilleros desde que se firmaron los acuerdos de paz en 2016, mientras las masacres contra poblaciones civiles siguen en aumento con una docena registradas solo en lo que va de 2022.
Sin contrapelos el documento puntualiza: “Es probable que la inseguridad alimentaria se deteriore aún más en Colombia en los próximos meses debido a una combinación de inestabilidad política, desafíos económicos y el impacto continuo de la crisis migratoria regional amplificada por el desplazamiento interno”.
Los autores explican que los retrasos en la implementación del acuerdo de paz de 2016 han provocado oleadas de ataques violentos que han dejado 61 000 nuevos desplazados entre enero y septiembre de 2021, prácticamente tres veces superior a los que hubo en 2020.
PMA y FAO señalan que pese a la recuperación gradual de la economía desde el 2020, las oportunidades de empleo siguen siendo muy escasas y se presentan aumentos de los precios y disminución del poder adquisitivo que exacerban las pérdidas económicas causadas por la pandemia.
Veamos otros datos suministrados por el Banco Mundial. La tasa de desempleo es de 11 %; la inflación llega al 7,4 %; el 10 % de la población más rica tiene 11 veces más ganancias que el 10 % de los pobres; el 85 % de las tierras pertenecen al 15 % de la población.
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) detalló que la desigualdad por ingresos en Colombia se presenta como la más elevada dentro de esos países y es la segunda más alta dentro de la región de América Latina y el Caribe, solo superado por Brasil.
De todas formas, como el informe FAO-PMA no fue del agrado de Washington debido a que pone en situación de desprestigio total a su principal aliado en la región, las alertas se encendieron y a la palestra salió la vicepresidenta y canciller colombiana, María Lucía Ramírez para exigir que se retirara esa denuncia y que se incluyera a Venezuela en el mapa de inseguridad alimentaria.
Inmediatamente las justificaciones no se hicieron esperar y el representante de la FAO en esa nación, Alan Jorge Bojanic, alegó que el informe tenía como objetivo llamar la atención sobre la inseguridad alimentaria aguda de algunas poblaciones en el territorio, principalmente el de los emigrantes venezolanos, pero que su publicación había tenido vacíos.
Como el adagio “donde dije digo, dijo Diego”, Bojanic resaltó que lamentablemente el informe no refleja lo que queríamos revelar porque una cosa es tener un problema de seguridad alimentaria aguda en un grupo poblacional y otra cosa es pensar que el país esté afectado por una situación de deterioro por lo que ratificó confeccionarían un nuevo documento.
Todo esto ocurre a pocos meses de realizarse en la nación suramericana elecciones generales (29 de mayo) en las que el actual presidente Iván Duque tiene muy bajo por ciento de aprobación lo cual representa una amenaza para Estados Unidos pues podría perder el control sobre ese régimen y sobre las siete bases militares que posee en ese territorio.
Aunque la FAO-PMA cambie el primer informe, lo cierto es que ha quedado demostrado que la actual situación político-económico-social para los colombianos resulta sumamente desafortunada.
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