La anomalía magnética del Atlántico Sur desconcierta a los científicos
Los satélites de la ESA se proponen desentrañar el misterio
La intensidad del campo magnético terrestre disminuye entre África y América del Sur, al mismo tiempo que su extensión progresa hacia el oeste a 20 km por año. Los satélites de la ESA se proponen desentrañar la Anomalía del Atlántico Sur.
Los puntos blancos indican eventos magnéticos registrados por los satélites entre 2914 y 2019 en el interior de la Anomalía del Atlántico Sur. Los colores de fondo del planeta reflejan la variedad de la intensidad del campo magnético a 450 km de altura. ESA.
En un área que se extiende desde África hasta América del Sur, el campo magnético de la Tierra se debilita gradualmente debido a que el centro de este campo magnético está desviado 50 km respecto de su centro geográfico.
Este extraño comportamiento del campo magnético, conocido como Anomalía del Atlántico Sur (AAS), ha desconcertado a los geofísicos y está causando perturbaciones técnicas en los satélites que orbitan la Tierra.
El campo magnético es generado en gran parte por un océano de hierro líquido en espiral sobrecalentado que forma el núcleo externo de la Tierra, a unos 3.000 km debajo de nuestros pies.
Actuando como un conductor giratorio en una dinamo de bicicleta, el campo magnético crea corrientes eléctricas, que a su vez generan nuestro campo electromagnético en constante cambio.
Este campo electromagnético está lejos de ser estático y varía tanto en fuerza como en dirección: estudios recientes han demostrado al respecto que la posición del polo norte magnético está cambiando rápidamente.
Menos intensidad magnética
En los últimos 200 años, el campo magnético terrestre ha perdido globalmente alrededor del 9% de su fuerza. La reducción de la intensidad magnética ha sido más significativa entre África y América del Sur.
Entre 1970 a 2020, la intensidad del campo magnético en esta región del mundo se redujo de 24.000 a 22.000 nanoteslas, la unidad de inducción magnética.
En ese mismo periodo, la extensión de esta anomalía magnética creció en amplitud y además se desplazó hacia el oeste, a un ritmo de alrededor de 20 km por año.
Esta ampliación no acaba ahí: en los últimos cinco años, ha surgido un segundo centro de intensidad magnética mínima al suroeste de África, lo que indica que la AAS podría manifestarse en dos células separadas.
¿Inminente inversión de los polos magnéticos?
El campo magnético de la Tierra a menudo se visualiza como un poderoso imán de barra dipolar en el centro del planeta, inclinado alrededor de 11 ° con respecto al eje de rotación.
Sin embargo, el crecimiento de la AAS indica que los procesos involucrados en la generación del campo son mucho más complejos. Los modelos dipolares simples no pueden explicar el desarrollo reciente del segundo mínimo al suroeste de África.
Se ha especulado con que el debilitamiento actual del campo es una señal de que la Tierra se dirige a una inminente inversión de polos, en la que los polos magnéticos norte y sur cambian de lugar.
Tales eventos han ocurrido muchas veces a lo largo de la historia del planeta y, aunque estamos muy alejados de esa eventualidad por la tasa promedio a la que tienen lugar estas reversiones (aproximadamente cada 250.000 años), la disminución de la intensidad magnética en el Atlántico Sur puede anunciar eventuales cambios.
Alarma relativa
A nivel de la superficie, la AAS no presenta motivos de alarma. Sin embargo, es más probable que los satélites y otras naves espaciales que vuelan por el área experimenten fallos técnicos, ya que el campo magnético es más débil en esta región, por lo que las partículas cargadas pueden penetrar en las altitudes de los satélites en órbita terrestre baja.
El misterio del origen de la Anomalía del Atlántico Sur aún no se ha resuelto.
Por este motivo, los científicos están utilizando datos de la constelación de satélites Swarm de la ESA para mejorar nuestra comprensión de la AAS.
También en la altura
Hay que tener en cuenta que la AAS ocurre en una región del planeta en la que los cinturones de radiación de Van Allen se encuentran a unos cientos de kilómetros de la superficie terrestre.
Los cinturones de Van Allen concentran grandes cantidades de partículas cargadas de alta energía, que se mueven en espiral entre los polos magnéticos del planeta.
Todo ello influye en el campo magnético de la Tierra, que es básico para la vida en nuestro planeta. Es una fuerza compleja y dinámica que nos protege de la radiación cósmica y de las partículas cargadas del Sol.
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