1. ¿Por qué disminuyen el salario al mínimo?
Chavela Villamil
Cerca de 9 millones de colombianos devengan un salario mínimo, el que no alcanza a cubrir las necesidades básicas; aún así el Gobierno opta por aumentar impuestos y hacer un aumento salarial que no va a superar los 41.000 pesos.
El pasado 2 de diciembre inició la negociación del salario mínimo, los sindicatos presentaron una propuesta unificada de un alza del 8,1 por ciento que equivale a 67.000 pesos; mientras los gremios patronales proponen aumentarlo apenas un 5 por ciento, o sea 41.405 pesos.
A menor salario más ganancia para el patrón
Según el más reciente informe de la CEPAL, la economía de América Latina y el Caribe finalizará el 2019 con un decrecimiento 0,1 por ciento, comparado con el del año anterior que fue 1 por ciento [1]; esto representa una fuerte desaceleración de la economía.
La semana pasada el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), presentó las cifras que rigen la ecuación que define el salario mínimo; según la entidad en el 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) se ubicó en 3,2 por ciento, la Productividad se ubicó en 0,21 por ciento, mientras que la Inflación se ubicó en 3,88 por ciento; según el Ministerio de Hacienda, el 4,09 por ciento que resulta de sumar de la Inflación y la Productividad, constituyen la base para la negociación del salario mínimo.
Según la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) el reajuste en el salario de los trabajadores colombianos no debería superar el 4,5 por ciento [2]; teniendo en cuenta que el último aumento fue del 6,0 por ciento, cualquier cifra inferior a la del aumento del año inmediatamente anterior significaría un decremento del salario de los colombianos.
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2019 $ 828.116 $ 46.874 6,0 %
2018 $ 781.242 $ 43.525 5,9 %
2017 $ 737.717 $ 48.262 7,0 %
2016 $ 689.455 $ 45.105 7,0 %
2015 $ 644.350 $ 28.350 4,6 %
2014 $ 616.000 $ 26.500 4,5 %
2013 $ 589.500 $ 22.800 4,0 %
2012 $ 566.700 $ 31.100 5,8 %
2011 $ 535.600 $ 20.600 4,0 %
2010 $ 515.000 $ 18.100 3,6%
Fuente: Investigación periodística de la autora.
¿Quién se beneficia de los salarios bajos?
El salario mínimo en Colombia es el penúltimo más bajo de América Latina, lo que contrasta con los datos económicos de la CEPAL y del DANE, que muestran incrementos en la productividad y el PIB; lo cual genera interrogantes: ¿Si la economía esta en auge por qué no mejorar los salarios?, no podemos olvidar que según la teoría económica moderna, el aumento de flujo de capital es directamente proporcional al poder adquisitivo, y esto a su vez es un agente dinamizador de la economía.
Salario mínimo América Latina 2019
País Salario en USD
Uruguay $ 461
Chile $ 425
Ecuador $ 394
Paraguay $ 354
Argentina $ 301
Perú $ 279
Brasil $ 271
México $ 268
Colombia $ 265
Venezuela $ 20
Fuente: Investigación de la autora, tomando como fuentes agencias gubernamentales
Los gremios convenientemente nos han vendido la idea de que un aumento salarial atado a la productividad podría disparar el costo de vida; por tanto, todo lo que pueda afectarla debería evitarse. Nos venden la idea que el salario es inflacionario, para justificar su bajo incremento, cuando en verdad la ecuación es otra, si se disminuyen los costos de producción, y dentro de estos el salario -es el de más alto valor-, se incrementan las ganancias del patrón.
La última Gran Encuesta Pyme [3] reflejó que uno de los problemas de la industria, comercio y servicios es la falta de demanda; esto crea una perspectiva empresarial pesimista, que explica el casi nulo interés por contratar más personal.
Seguir diciendo que el salario es el responsable del desempleo y la inflación nos está impidiendo pensar en nuevos mercados y profundizar los existentes ; por consiguiente, es inaplazable un cambio de modelo económico y un cambio en la formula de nivelación salarial, solo así podremos dinamizar la economía del país.
Notas
[1] Colombia, la excepción en la desaceleración de América Latina: Cepal; Portafolio, 12-12-2019.
[2] ANIF propone que el aumento para el salario del 2020 sea del 4,5%. https://www.dinero.com/pais/
[3] Encuesta Pyme, 2019. http://anif.co/sites/default/
Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=263733&titular=%BFpor-qu%E9-disminuyen-el-salario-al-m%EDnimo?-
2. ¡Atrás la Farsa de la Negociación del Salario Mínimo!
Desde algunas organizaciones políticas, obreros de base y otros sectores, se le hicieron llamados y exigencias constantes a los directivos de las centrales sindicales, para que no insistieran en las mesas de concertación en la negociación del salario mínimo que devengan millones de trabajadores en Colombia. Sin embargo, insisten en este camino, excusándose en que la negociación del salario mínimo legal está estipulada en la Constitución de 1991 con la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, donde participan empresarios, los supuestos representantes de los trabajadores y el gobierno. ¡Qué juiciosos estos señores “representantes” de los obreros! apoyando y cumpliendo la ley burguesa, en contra de todo el pueblo trabajador.
En sus informes, afirman que no están yendo a negociar el salario ¿entonces a qué van? Van a legitimar la farsa y a engañar a las masas luchadoras que se mantienen en las calles andando por el camino correcto, para conquistar y defender sus derechos.
Para la farsa de este año se pusieron de acuerdo los jefes de las tres Centrales sindicales (CUT, CGT y CTC) y las dos Confederaciones de Pensionados (CPC y CDP), proponiendo un salario mínimo de un millón de pesos ($1.000.000) mensuales para el 2020, incluido el auxilio de transporte. Consideran que esto es “lo máximo”, que esa “formulación del millón es inamovible, no es para negociar, ni un peso siquiera”, y lo hicieron pensando solamente en “el efecto mediático en la población”. Es decir creyeron que un obrero se iba a deslumbrar al oír que tal vez recibiría un millón; pero lo cierto es que ningún asalariado sobrevive con eso, por ello familias enteras deben trabajar para garantizar lo mínimo que se necesita para sobrevivir: comida, techo, educación y vestuario.
Los dirigentes de las centrales sindicales siguen jugando con las necesidades y derechos del pueblo trabajador al participar de la farsa de negociación, sobre todo en estos momentos, donde la fuerza de los trabajadores y las masas populares ha estado en las calles y demostrado que sí hay con quién pelear el alza general de salarios; su actitud demuestra abiertamente que no confían en las masas y su fuerza, sino que prefieren hacerle el juego al Estado capitalista y a los explotadores sentándose en una mesa en donde nada se ha conseguido para la clase obrera; es una actitud traicionera, sobre todo en los momentos de álgida lucha como el actual.
Y para acabar de completar, estos directivos ven como un gran triunfo, el exigir al gobierno que se discuta en la tal Comisión Permanente una política sobre el congelamiento de los productos de la canasta familiar y lo que según ellos “han denominado Alza General de Salarios”; manoseando una reivindicación exigida por años por los obreros revolucionarios consecuentes y que ellos han desechado siempre, pero que ahora la toman como bandera demagógica por la presión de las bases.
Siguen confiando en el Estado, pero de antemano se lavan las manos pues cualquiera sea la decisión de los explotadores les irá bien: por un lado, si empresarios y gobierno aceptan el millón parecerá un gran triunfo que consiguieron los dirigentes de las centrales y, por el otro, si no aprueban el millón de pesos, dichas direcciones quedarán como luchadores por el alza de salarios. Es decir, “si no hay acuerdo, si no acceden a esa fórmula, es la posición negativa del gobierno, pero si la acogieran queda como una ganancia”, quedando ellos como los “héroes”.
Dice el Programa para la Revolución en Colombia:“El valor de la fuerza de trabajo del obrero, es el valor de la producción y reproducción de la clase obrera misma, y en términos generales y aproximadamente, el reflejo de ese valor es el salario, cuyo nivel en Colombia ha descendido por debajo del valor de los medios de subsistencia necesarios para vivir, obligando a la familia obrera a completar el valor real de la fuerza de trabajo del obrero adulto, con el trabajo de varios de sus miembros, en particular, de las mujeres y los niños. Además, el salario –precio de la fuerza de trabajo–, refleja la capacidad de organización y de lucha del proletariado, refleja la correlación de fuerzas entre el proletariado y la burguesía, es por así decirlo, un termómetro del nivel de resistencia de la clase obrera a la tendencia general del capitalismo de extremar su miseria. Cuando la correlación de fuerzas favorece a la burguesía, ésta la aprovecha desplegando toda una ofensiva para rebajar ¡aún más! el salario por debajo del valor de la fuerza de trabajo, con las llamadas ‘reformas laborales’ –que imponen el ‘salario integral’, cercenan las prestaciones, aumentan la duración de la jornada de trabajo–, y con la política de no negociar con los sindicatos por encima del ‘índice’ de inflación”.
Por eso es vital que los asalariados y todo el pueblo trabajador, intensifiquen su lucha y avancen por el camino de la lucha revolucionaria, con el paro nacional indefinido y la movilización en las calles, con total independencia del Estado y todas sus instituciones; con total independencia de esos dirigentes que en realidad están a favor de los explotadores. Avanzar en ese camino revolucionario, requiere de mayor unidad y conciencia para que la correlación de fuerzas se invierta y favorezca a los explotados y oprimidos.
Fuente: