A los Soldados y Policías
Asustado ante el paro nacional del 21 de noviembre, el régimen criminal que gobierna en Colombia ordenó el acuartelamiento de primer grado de sus fuerzas militares; en estos momentos está allanando sedes de organizaciones sindicales y populares, residencias de dirigentes y luchadores del pueblo, así como ordenando otras medidas de emergencia como si tratara de una guerra, en lugar de resolver las exigencias del pueblo trabajador.
Sí. Están preparando a los soldados y policías para darle tratamiento de guerra a la justa protesta popular, en el vano intento de aplastar la rebeldía de los trabajadores con la fuerza de las armas.
¿Saldrán ustedes a masacrar a sus abuelos, padres, hermanos y vecinos que solo exigen frenar la voracidad de unos cuantos parásitos que viven del sudor y la sangre de la inmensa mayoría?
¿Saldrán a disparar sobre el pueblo desarmado, cansado de los abusos de quienes se han cebado por más de doscientos años superexplotando y oprimiendo a los trabajadores, obreros y campesinos?
¿Se atreverán a asesinar a sangre fría a quienes ya están cansados de las humillaciones de los ricos y solo reclaman sus derechos?
¿Descargarán sus fusiles para defender la patria de los explotadores que oprimen al pueblo y han entregado y piensan seguir entregando el país a los imperialistas y las multinacionales?
Los soldados y policías no están obligados a obedecer las órdenes de los asesinos enemigos del pueblo. Por el contrario, su obligación es pasarse al lado de su gente, negándose a disparar contra ella y volteando los fusiles contra los altos mandos y burócratas cuando llegue la hora decisiva y el pueblo decida destronar a quienes lo hasta ahora lo han aplastado.
Los soldados y policías, están llamados a entregar los fusiles a sus hermanos, obreros y campesinos, que un día no lejano instaurarán su propio Estado, sin burocracia parásita gobernante y sin unas fuerzas armadas separadas del pueblo. Un Estado que entregue las grandes propiedades de los imperialistas, burgueses y terratenientes a los trabajadores creadores de toda la riqueza social quienes deben gobernarlo todo.
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