DOSSIER:
Al menos ocho personas murieron desde que empezó la protesta
1. Cacerolazos, saqueos y represión en Chile
Continúan las movilizaciones y los saqueos en el país, con los militares sofocando las manifestaciones. El presidente Piñera volvió a declarar el toque de queda y afirmó: "estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable" en alusión a los grupos que causan barricadas, robos e incendios.
Crece la protesta social y la violencia en las calles de Chile. Según datos oficiales, ocho personas murieron y más de 200 resultaron heridas, la gran mayoría de ellas en la capital, Santiago. La Fiscalía Nacional informó que hasta este domingo son 1462 los detenidos tras las protestas que iniciaron este viernes como producto del rechazo al aumento del boleto de subte, que fue finalmente suspendido el sábado. Sin embargo, se extienden las movilizaciones y los cacerolazos en el país, se producen nuevos enfrentamientos entre civiles y fuerzas militares y policiales, y se repiten los saqueos en varios puntos de la ciudad. El presidente Sebastián Piñera volvió a declarar el toque de queda y dijo que el país está "en guerra contra un enemigo poderoso e implacable", en relación a los grupos violentos que han sumido al país en un estado de emergencia que ya se ha cobrado varias vidas humanas.
"Estamos en guerra contra un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible", dijo Piñera en una comparecencia pública ante la prensa. El mandatario conservador afirmó que entiende que los ciudadanos se manifiesten por lo que les preocupa, pero agregó que las personas que están causando incendios, barricadas y saqueos son "verdaderos crim
Los muertos reconocidos hasta el momento fallecieron en circunstancias similares. Por un lado, dos mujeres murieron en medio de un saqueo a un supermercado en la comuna de San Bernardo, y una tercera persona permanece internada en grave estado, con el 75 por ciento de su cuerpo quemado. También el sábado por la noche, un hombre murió en otro incendio dentro de un supermercado, esta vez en la comuna de Quinta Normal. Mientras tanto, el domingo por la tarde el cuerpo de bomberos de la comuna de Renca informó la muerte de cinco personas, cuyos cuerpos se encontraron calcinados en las bodegas de Kaiser. La tienda de ropa interior femenina fue primero saqueada y luego incendiada. Los fallecidos no serían trabajadores del local.
AHORA | Los cuerpos encontrados no corresponderían a trabajadores del lugar. https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/region-metropolitana/2019/10/20/bomberos-reporta-5-muertos-al-interior-de-bodegas-de-kayser-incendiadas-en-renca.shtml …
El Ministro Chadwich sostuvo además que dos civiles fueron heridos de bala, pero no dio más detalles al respecto. La Fiscalía Nacional informó que, hasta este domingo, son 1462 los detenidos en Chile. El ministerio público dijo que del total de detenciones, 614 ocurrieron en Santiago y 848 en el resto del país.
Violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes volvieron a desatarse el domingo en varios puntos de Santiago. Un cacerolazo popular, que sonó fuerte en gran parte de la capital, volvió a derivar en enfrentamientos con las fuerzas militares y los carabineros, que reprimieron a los manifestantes con gases lacrimógenos y disparos de balas de goma.
Urgente: Imágenes nos llegan de la sangrienta represión que se está llevando en Santiago de Chile, personas que se encuentran heridas a bala son llevadas por militares desconociendo su paradero.#RenunciaPiñera
Frente al caos en las calles, el presidente Sebastián Piñera decretó por segundo día consecutivo el toque de queda. Esta vez el inicio de la medida se adelantó a las 19 horas, extendiéndose hasta las 6 de la mañana del lunes. "El toque de queda regirá a partir de las siete de la tarde; estén en calma y estén todos en sus casas", dijo el general Javier Iturriaga, al anunciar la medida tomada en medio del "estado de emergencia" que rige para cinco regiones de Chile.
Luego de mantener una reunión en casa de gobierno con los presidentes de la Cámara de Diputados, el Senado y la Corte Suprema, Piñera dijo: "La democracia no solamente tiene el derecho, tiene la obligación de defenderse usando todos los instrumentos que entrega la propia democracia y el estado de derecho para combatir a aquellos que quieren destruirla".
Sebastian Piñera ✔@sebastianpinera [EN VIVO] https://www.pscp.tv/w/cHyhTDFNV0V3TUxndldES2J8MU9kS3JMYkxPbVlKWEyPYgtabio1fwZtosZQ2SgtIYE4cTtWqMVm1aYD6wG4 …
“Un verdadero oasis”
El jueves, cuando el malestar social empezaba a verse reflejado en las estaciones de metro, el presidente dio una entrevista al Financial Times donde calificó a Chile como “un verdadero oasis en medio de esta América Latina convulsionada”. Antes, el Ministro de Trabajo Nicolás Monckeberg había sugerido entrar al trabajo a las 7.30 para llegar más rápido, y el Ministro de Economía Juan Andrés Fontaine recomendaba tomar el metro a las 7 para evitar las subas. Los distintos funcionarios no hicieron más que avivar el conflicto.
Los incidentes estallaron con fuerza el viernes tras el alza en las tarifas del pasaje del metro, medida suspendida por el gobierno el sábado. Sin embargo, el anuncio no fue suficiente porque las protestas derivaron en diversos reclamos sociales. Detrás de una supuesta estabilidad política y de las cifras macroeconómicas positivas que exhibe el país, amplios sectores sociales quedaron excluidos, evidenciando una profunda desigualdad social.
Muchos en Chile recordaron los años de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) por la imponente presencia de militares en las calles, que no sólo custodian los puntos críticos de la ciudad (centros de reunión de manifestantes y todas las estaciones del subte), sino que además patrullan las calles con tanquetas y jeeps. Aviones militares completan el escenario sobrevolando las calles de Santiago, mientras se extienden las barricadas en las calles.
Maite Muñoz@mesquemay Tanques y militares enfrente de casa. Así está #santiagodechile#EstadoEmergencia#Chile#Chadwickrenuncia
Los protagonistas de las manifestaciones que coparon las calles de Santiago son en su mayoría los jóvenes, que recorren las calles en grupos y con pañuelos en el cuello. "Tenemos que traer estos pañuelos no para taparnos la cara sino para protegernos de los gases", explicó Elisa. Otro de los jóvenes manifestantes llevaba un cartel que decía: "El robo y el saqueo lo hacen ustedes, HDP". "El pueblo unido jamás será vencido", gritaban a coro los estudiantes, repitiendo una consigna que se hizo popular durante las protestas contra la dictadura de Augusto Pinochet.
Prácticamente todos los comercios permanecen cerrados y hay escaso transporte público, en tanto se repiten suspensiones y cancelaciones de vuelos. Hay además cortes de luz y se registra falta de agua en algunas regiones de Chile. Los estudiantes llaman a seguir movilizando en las próximas horas. Para el lunes, la mayoría de las universidades y los colegios ya suspendieron sus clases.
Informe: Guido Vassallo.
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2. EL TSUNAMI CHILENO
Por Atilio A. Boron
El régimen de Piñera -e insisto en lo de “régimen” porque un gobierno que reprime con la brutalidad que todo el mundo ha visto no puede considerarse democrático- se enfrenta ante la más seria amenaza popular jamás enfrentada por gobierno alguno desde el derrocamiento de la Unidad Popular el 11 de septiembre de 1973. Las ridículas explicaciones oficiales no convencen ni a quienes las divulgan; se oyen denuncias sobre el vandalismo de los manifestantes, o su criminal desprecio por la propiedad privada, o por la paz y la tranquilidad para ni hablar de las oblicuas alusiones a la letal influencia del “castro-madurismo” en el desencadenamiento de las protestas que culminaron con la declaratoria del “estado de emergencia” por parte de La Moneda, argumento absurdo y falaz antes esgrimido por el corrupto que hoy gobierna al Ecuador y abrumadoramente desmentido por los hechos.
El estupor oficial y el de los sectores de la oposición solidarios con el modelo económico-político heredado de la dictadura carece por completo de fundamento, a no ser por el anacronismo de la opulenta partidocracia dominante (una de las mejor remuneradas del mundo), su incurable ceguera o su completo aislamiento de las condiciones en que viven -o sobreviven- millones de chilenas y chilenos. Para un ojo bien entrenado si hay algo que sorprende es la eficacia de la propaganda que por décadas convenció a propios y ajenos de las excelsas virtudes del modelo chileno. Este fue ensalzado hasta el hartazgo por los principales publicistas del imperio en estas latitudes: politólogos y académicos del buen pensar, operadores y lobistas disfrazados de periodistas, o intelectuales coloniales, como Mario Vargas Llosa, quien en un reciente artículo fustigaba sin piedad a los “populismos” existentes o en ciernes que atribulan a la región a la vez que exaltaba el progreso “a pasos de gigante” de Chile.
Este país es para los opinólogos bienpensantes la feliz culminación de un doble tránsito: de la dictadura a la democracia y de la economía intervencionista a una de mercado. Lo primero no es cierto, lo segundo sí, con un agravante: en poquísimos países el capitalismo ha arrasado con los derechos fundamentales de la persona como en Chile, convirtiéndolos en costosas mercancías sólo al alcance de una minoría. El agua, la salud, la educación, la seguridad social, el transporte, la vivienda, la riqueza minera, los bosques y el litoral marino fueron vorazmente apropiados por los amigos del régimen, durante la dictadura de Pinochet y con renovados ímpetus en la supuesta “democracia” que le sucedió. Este cruel e inhumano fundamentalismo de mercado tuvo como consecuencia que Chile se convirtiera en el país con el mayor endeudamiento de hogares de América Latina, producto de la infinita privatización ya mencionada que obliga a chilenas y chilenos pagar por todo y a endeudarse hasta el infinito con el dinero que les expropian de sus sueldos y salarios las pirañas financieras que manejan los fondos de pensión. Según un estudio de la Fundación Sol “más de la mitad de los trabajadores asalariados no puede sacar a una familia promedio de la pobreza” y la distribución del ingreso, dice un estudio reciente del Banco Mundial, sitúa a Chile junto a Ruanda como uno de los ocho países más desiguales del mundo. Por último, digamos que la CEPAL comprobó en su último estudio sobre la cuestión social en Latinoamérica que el 1 por ciento más rico de Chile se apropia del 26,5 por ciento del ingreso nacional mientras que el 50 por ciento de los hogares más pobres sólo accede al 2.1 por ciento del mismo. ¿Este es el modelo a imitar?
En suma: en Chile se sintetizan una explosiva combinación de libre mercado sin anestesia y una democracia completamente deslegitimizada, que de ella sólo conserva el nombre. Degeneró en una plutocracia que, hasta hace pocos días -pero ya no más- medraba ante la resignación, desmoralización y apatía de la ciudadanía, engañada hábilmente por la oligarquía mediática socia de la clase dominante.
Una señal de alerta del descontento social fue que más de la mitad de la población (el 53.3 por ciento) en edad de votar ni siquiera se molestó en acudir a las urnas en la primera vuelta de la elección presidencial del 2017. Si bien en el ballottage la abstención se redujo al 51 por ciento Sebastián Piñera fue electo con apenas el 26.4 por ciento de los electores inscriptos. En pocas palabras, sólo uno de cada cuatro ciudadanos se sintió representado por él. Hoy esa cifra debe ser bastante menor y en un clima en donde por doquier el neoliberalismo se encuentra acosado por las protestas sociales. Ha cambiado el clima de época, y no sólo en Latinoamérica. Sus falsas promesas ya no son más creíbles y los pueblos se rebelan: algunos, como en Argentina, desalojando a sus voceros del gobierno a través del mecanismo electoral, y otros intentando con sus enormes movilizaciones –Chile, Ecuador, Haití, Honduras- poner fin a un proyecto insanablemente injusto, inhumano y predatorio. Es cierto: hay un “fin de ciclo” en la región. Pero no, como postulaban algunos, el del progresismo sino el del neoliberalismo, que sólo podrá ser sostenido, y no por mucho tiempo, a fuerza de brutales represiones.
Fuente:
https://www.pagina12.com.ar/226437-el-tsunami-chileno
Fuente:
https://www.jornada.com.mx/2019/10/21/opinion/002a1edi
3. Chile: la caja de Pandora
Apesar de haber dado marcha atrás en su desatinada decisión de incrementar la tarifa del Metro, el gobierno de Sebastián Piñera se enfrenta a una insurgencia ciudadana sostenida que recorre el mapa chileno como síntoma de un fracaso mucho más amplio que el de las estrategias económicas neoliberales del presidente derechista.
Ni el revés en el aumento de precio del transporte, ni la militarización de las calles y el toque de queda impuesto en todo el territorio –sin precedente desde la brutal dictadura militar que llegó a su fin en 1990– han logrado acallar las protestas y ni siquiera atenuar su virulencia.
Por el contrario, la represión castrense parece haber evocado en amplios sectores de la ciudadanía el precedente de la tiranía pinochetista y exacerbado de esa forma el descontento.
A primera vista, la extensión y la intensidad de la insurrección civil podrá parecer inexplicable en lo que aparentaba ser una isla de paz social e institucional en el subcontinente y en un reducto apacible del modelo neoliberal que entró en crisis en casi todo el resto de la región.
Pero si se observa con atención, se verá que el estallido chileno viene precedido por oleadas de malestar que se han expresado, entre otros, en movimientos estudiantiles como la llamada revolución pingüina de 2006 y la primavera de Chile de 2011, ambos en contra de la privatización de la enseñanza, y la incansable lucha de resistencia del pueblo mapuche.
Así, bajo la delgada cáscara de una normalidad democrática cada vez más aislada de la sociedad y de un desarrollo económico engañoso que dejó fuera a importantes sectores de la población, en la nación austral ha ido creciendo un descontento que resultaba invisible para los medios y para la mayoría de la clase política y ahora se ha expresado en las calles y ha arrinconado a un régimen que se sentía inmune a las turbulencias políticas y sociales que han tenido lugar recientemente en otras naciones de Sudamérica.
Según lo que puede verse, la absurda medida de Piñera de subir los precios del transporte subterráneo fue el equivalente a abrir la caja de Pandora que contenía las múltiples rabias sociales por la desigualdad imperante, el alto costo de la vida, la falta de representatividad de las instituciones políticas –presidencia, Legislativo, partidos– y la insustancialidad de la formalidad democrática.
En suma, el modelo de la transición instaurado en Chile al fin de la dictadura –un pacto de gobernabilidad, alternancia y ortodoxia económica establecido entre las principales fuerzas partidistas, derecha y centroizquierda– parece haber llegado a su agotamiento y lo sorprendente no es tanto la eclosión del descontento sino lo mucho que ha tardado en manifestarse, habida cuenta que el paradigma económico impuesto en el país por la tiranía militar, y preservado por los gobiernos del ciclo democrático, es ya insostenible, tanto en el país austral como en el resto del mundo.
Fuente:
https://www.jornada.com.mx/2019/10/21/opinion/002a1edi