La pura verdad sobre el “libre comercio” de Estados Unidos con México y los aranceles de Trump contra México...
Dominación, explotación y mangoneos fascistas
Como Donald Trump lo comenta... México está sacando provecho injusto a Estados Unidos con las importaciones baratas... “Nos han aprovechado con el peor acuerdo comercial de la historia” y “tenemos que recuperar nuestra economía, nuestros trabajos y nuestra grandeza”.
Luego va otra versión... de los sectores tradicionales de la clase dominante de Estados Unidos, muchos demócratas liberales y la llamada “opinión pública informada”: el libre comercio es “ganar-ganar” para Estados Unidos y México, con más puestos de trabajo y un mayor crecimiento para todos. Los aranceles (los que son una especie de impuesto sobre las ventas de los bienes que entran a Estados Unidos) que restringen el comercio “perjudicarán a las empresas de Estados Unidos” (quitándoles ganancias), “perjudicarán a los trabajadores de Estados Unidos” (podrían perder empleos) y “perjudicarán a los consumidores de Estados Unidos” (con precios más altos).
Lo que estas dos versiones tienen en común es: a) un encubrimiento total y ofuscamiento de la dominación de Estados Unidos sobre México, y b) el chovinismo putrefacto y repugnante pro estadounidense… lo que es indispensable y de primordial importancia es... lo que es bueno para Estados Unidos, lo que significa para “nosotros”, y al diablo con el resto del mundo.
Tres cosas que no nos cuentan pero que hay que saber... y una cosa esencial que hay que hacer
1) México es una neocolonia de Estados Unidos.
Ante todo, al hablar de la “inviolabilidad de las fronteras”: Estados Unidos se apoderó violentamente e incorporó la mitad del territorio de México a mediados del siglo 1800. El gobierno y sistema de estado de México son formalmente independientes. Pero el imperialismo estadounidense domina a México y subordina a México a sus intereses globales.
* En el ámbito económico, México está completamente penetrado por las empresas transnacionales de Estados Unidos. Estados Unidos es la mayor fuente de inversión extranjera en México y ejerce un tremendo poder sobre sectores cruciales de la economía mexicana, como el automotriz. La mayoría de las plantas de montaje en México orientadas a la exportación que se dedican a producir refacciones y dispositivos electrónicos para automóviles tienen empresas matrices en Estados Unidos. Estados Unidos es, con mucho, el mayor proveedor de préstamos extranjeros a México: unos 4 de cada 10 dólares de la deuda externa de México se debe a las instituciones financieras de Estados Unidos; y el 75 por ciento de la deuda externa de México está denominada en dólares. La estructura de las exportaciones de México se orienta y sirve al mercado de Estados Unidos: el 80 por ciento delas exportaciones de México van a Estados Unidos. Y debido a que México depende tanto de Estados Unidos, su economía está subordinada a los altibajos de la economía de Estados Unidos.
* En el ámbito militar, hay estrechas conexiones militares entre Estados Unidos y el estado mexicano, entre ellas la venta y transferencia de armas de Estados Unidos, entrenamiento militar conjunto y ejercicios militares (realizados bajo el pretexto de combatir la droga) y la vigilancia policial de la frontera de Estados Unidos y México. Esta es una alianza militar dominada por Estados Unidos. Desde 2006, el combate contra la droga en México, supervisada en gran parte por Estados Unidos, ha cobrado la vida de 200.000 personas, lo que es un estimado conservador.
2) El TLCAN profundizó la penetración de México por Estados Unidos, lo que conduce a una explotación más intensa, a una mayor distorsión y dependencia de la economía mexicana y a un mayor sufrimiento de los mexicanos.
* Un objetivo central de Estados Unidos con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1994 (TLCAN) fue de integrar de manera más completa y estrecha la actividad manufacturera mexicana con su mano de obra barata, especialmente en automóviles y especialmente en el norte de México, en las cadenas de producción globales del imperialismo estadounidense. Citemos una medida de las ventajas para el capital de Estados Unidos: el salario promedio en el sector manufacturero en Estados Unidos es de aproximadamente $21 por hora, mientras que en México, incluidos los sectores de manufacturas de alta tecnología, es de $2 por hora (un diferencial de 10 veces).
* El objetivo fundamental del TLCAN era de crear condiciones económicas más favorables en México para mejorar la competitividad y la rentabilidad del capital estadounidense en el mercado mundial. El TLCAN contribuyó a la expansión de cadenas de suministro transfronterizas complejas e impulsadas por las ganancias en las que la producción especializada conduce a una mayor eficiencia, productividad y ganancias. Y desmitifiquemos ya algunas tonterías: gran parte del déficit comercial de Estados Unidos con México contra la que Donald Trump desvaría, de hecho, se debe a la exportaciones de empresas de Estados Unidos con operaciones en México, como Ford y General Motors. Estas empresas también devuelven enormes ganancias a Estados Unidos.
* El TLCAN “abrió” la agricultura mexicana al comercio exterior e inversiones de Estados Unidos, con efectos devastadores. Los mercados mexicanos fueron inundados con maíz cultivado en Estados Unidos a bajo costo con subsidios del gobierno. Como resultado, algunos 1.1 millones de pequeños agricultores mexicanos, quienes cultivaban gran parte del maíz que era un alimento básico de la dieta mexicana (y también frutas y verduras frescas), no podían competir y fueron expulsados de la tierra. Y otros 1.4 millones de mexicanos dependientes del sector agropecuario fueron desplazados del trabajo y la tierra. A medida que los pequeños productores endeudados abandonaban la agricultura, las empresas agroindustriales extranjeras se apoderaron de las mejores tierras agrícolas y las consolidaron en grandes plantaciones de agroexportación. Un cuarenta y cinco por ciento de las necesidades alimentarias de México ahora se cubre con importaciones,incluida ¡una buena parte del maíz que consume! El perfil nutricional de los mexicanos ha sido reconfigurado por alimentos procesados importados de Estados Unidos, mientras que México exporta frutas y verduras frescas a Estados Unidos.
* El TLCAN acentuó la brecha en México entre el norte más desarrollado y las regiones del sur menos desarrollado. La pobreza ha crecido en los estados del sur de México; y dependen cada vez más de las remesas —las porciones de lo que perciben los mexicanos que han emigrado a Estados Unidos para encontrar trabajo— las que envían a sus familias en México. En muchos casos, estas remesas cubren las necesidades de supervivencia de grandes sectores de la población en el sur de México.
* Más de la población trabajadora trabaja en “empleos informales” inestables, a salarios de miseria, con pocas o sin prestaciones, y poca seguridad. En 2018, 7 de cada 10 mexicanos vivían en la pobreza o la vulnerabilidad.
Estados Unidos no fue, como Trump vitupera, la “víctima” del TLCAN. El TLCAN no era, como sostienen los imperialistas liberales, un acuerdo que era o podría ser “bueno para todos”. El TLCAN se ensañó con México, el capital de Estados Unidos derivó ganancias de él. Y si bien en el caso de algunos sectores de los trabajadores en Estados Unidos los salarios caían y los empleos desaparecían, esto no era obra de México, sino del funcionamiento de la globalización imperialista. La verdad es que la brecha en el nivel de vida entre las personas en Estados Unidos y la gente de México no solo es increíblemente amplia, sino que con mucho es un producto de la dominación de Estados Unidos sobre México y otros países oprimidos del tercer mundo.
3) Trump canceló y renegoció el TLCAN para sacar ventajas para Estados Unidos. Está utilizando los aranceles para aporrear a México para que se someta a su programa contra los migrantes y para militarizar la frontera y su agenda global fascista. Y el pueblo mexicano sufrirá aún más.
Trump renegoció el TLCAN. El nuevo acuerdo se parece al original, pero impone ciertas restricciones a la producción de automóviles en México y extiende la vida útil de los derechos de propiedad intelectual de las compañías farmacéuticas de Estados Unidos. El gobierno mexicano lo aceptó porque toda su economía ha sido configurada y subordinada a las estructuras del TLCAN de comercio e inversiones, y el nuevo TLCAN de hecho restringe más la capacidad de México de diversificación más allá de Estados Unidos, y ata su economía con mayor firmeza a Estados Unidos.
No mucho después de que la tinta se hubiera secado, Estados Unidos adoptó un nuevo modo de intimidación. Trump le dio un ultimátum al estado mexicano: selle su frontera sur con Guatemala y aumente el bloqueo de la frontera norte con Estados Unidos... o va a pagar con los aranceles (de nuevo, los aranceles aumentan los precios de los productos que entran a Estados Unidos provenientes de otros países y hacen que estos productos sean menos competitivos debido a su precio más alto). Los aranceles que Trump amenazó con imponer a México, y que aún se ciernen sobre México, no son impulsados principalmente por cuestiones de economía. Sirven a un mayor programa fascista y agenda geopolítica.
* Por un lado, lo que se hace tiene que ver con ejecutar e imponer la agenda y políticas del régimen fascista hacia los migrantes, las políticas que están entretejidas con chovinismo de gran nación y la supremacía blanca: Estados Unidos para los estadounidenses, “hacer que Estados Unidos vuelva a ser blanco”. La mayor represión contra los migrantes es parte de una orientación más fuerte de “bloquear con candado” y “amurallar” con relación a un problema para el cual la clase dominante en su conjunto no tiene NINGUNA RESPUESTA: el funcionamiento de este sistema están expulsando de sus hogares y tierras a millones de personas en “el tercer mundo” provenientes de los países oprimidos, debido a los efectos del calentamiento global, las guerras, las penurias económicas, la devastación social y la violencia, de modo que tengan que buscar refugio en las ciudadelas imperialistas del mundo, como Estados Unidos, Europa y Australia.
* Por otro lado, Trump está usando estos aranceles para enviar un mensaje a los aliados, rivales y gobiernos imperialistas de todo el mundo: “Se hará a nuestra manera, o no se hará”. El mensaje es que ningún acuerdo o relación económica puede considerarse segura, porque “nos reservamos el derecho de actuar, de imponer aranceles o sanciones y de renegociar según nuestros términos cuando lo estimemos que sea necesario”. Es una intimidación fascista para fortalecer el imperio.
*Trump puede tener de rehén a México con los aranceles precisamenteporque, para enfatizar una vez más, México es dependiente del imperialismoestadounidense y está subordinado a él: al mercado estadounidense y a las inyecciones de capital, financiamiento y tecnología provenientes de Estados Unidos.
* El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha cedido ante las demandas de Estados Unidos para que él restrinja la emigración a Estados Unidos. Hizo esto con tal de evitar aranceles castigadores. AMLO, como se le llama, es el líder del Movimiento de Regeneración Nacional y se hace pasar por líder progresista de mentalidad socialista. Pero él marcha según la lógica del capital y los imperativos de mantener un régimen cliente dependiente del imperialismo estadounidense.
Veamos la situación. En los estados como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca, el empleo informal al nivel de pobreza e inestable supera el 50 por ciento de la gente que trabaja. Los aranceles fuertes (y la amenaza de Trump de aumentarlos al 25 por ciento) conducirían a la pérdida de empleos... lo que podría generar protestas y agitación social... lo que podría desestabilizar el ambiente para inversiones... ¡y para el régimen! Además, el estado mexicano ya está recortando los programas sociales bajo AMLO y tiene poco margen de maniobra para proporcionar ayuda económica adicional a los trabajadores recién desplazados. Si AMLO intentara tomar represalias imponiendo aranceles a los bienes provenientes de Estados Unidos, bueno, Estados Unidos podría responder con una guerra económica aún más brutal. Recuerde que México depende de las importaciones de maíz y soja, las que ahora se encuentran a niveles récord de adquisición.
Todo esto significa que —para que México pueda mantener el crecimiento y la rentabilidad bajo condiciones de una más férrea dominación imperial de Estados Unidos— la explotación tendrá que intensificarse, los programas gubernamentales (como se mencionó, que ya están recortados) tendrán que recortarse aún más y el estado mexicano tendrá que bailar y maniobrar al ritmo de los dictados de Estados Unidos.
* Por lo tanto, AMLO claudicó ante las demandas de Estados Unidos en torno a la migración. Él ha acordado movilizar hasta 6.000 efectivos de la Guardia Nacional con tal de impedir que los migrantes ingresen a México a través de su frontera sur con Guatemala. El estado mexicano también acordó reforzar medidas draconianas con tal de garantizar que más refugiados que solicitan asilo en Estados Unidos, algo que está totalmente protegido por el derecho internacional, sean enviados de vuelta a México mientras esperan que sus solicitudes sean tramitadas por Estados Unidos.
La realidad es lo siguiente: Donald Trump está consiguiendo una versión de su “muro fronterizo” en la frontera sur de México con Guatemala. La realidad es que ahora la vida de decenas de miles de refugiados y emigrantes está en un peligro aún mayor. Esta es la obra del imperialismo estadounidense. Es inaceptable, es intolerable.
4) Y aquí va una cosa esencial que las personas deben hacer: dejar de pensar como estadounidenses, empezar a pensar en la HUMANIDAD.
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Bibliografía selecta
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