- Contra los individuos, movimientos, y organizaciones progresistas, radicales y revolucionarios;
- Contra las instituciones que promueven, a cualquier grado, el pensamiento crítico, y/o que contradicen la mitología oficial del régimen; y
- Contra los derechos democráticos fundamentales y las libertades civiles, como la libertad de expresión y reunión.
- Criminalizar las protestas y reprimir a todos los movimientos y organizaciones políticos de oposición por medios legales así como instigar a turbas, en línea y en el terreno;
- Hacer que las instituciones como las universidades y las instituciones de educación superior que pueden nutrir el disentimiento sean “inhóspitas” para el pensamiento crítico, las ideas radicales y los movimientos de protesta y resistencia, y reducir severamente sus recursos;
- Crear un “ambiente de información” nacional que sistemáticamente somete a los grandes proveedores con acceso a un público de decenas o cientos de millones de personas a la intimidación o por ley los obliga a aceptar la agenda fascista; margina a los proveedores más pequeños hacia los lugares de menor influencia y les niega un público, o de plano los arresta, golpea o los reprime de otras formas; y el Internet esté bajo un mayor control del gobierno y las gigantescas corporaciones;
- Concentrar el poder abrumador sin freno en las manos del régimen de Trump y Pence y privar a las masas populares de todos los mínimos derechos democráticos previamente reconocidos.
- En otras palabras, es un programa para la cerrazón represiva política e intelectual de la sociedad estadounidense... y ya va muy avanzado por el camino hacia la implementación total.