¡La ETB no se vende!
Alejandra Correa B.
En ocasiones el pan se quema en la boca del horno. Así acaba de sucederle al panadero que está al frente de la ciudad capital de Colombia.
A pesar de que miles de miles de habitantes de este territorio nacional han expresado su oposición a que se venda uno de sus principales bienes, en la panadería del Palacio Lievano siguieron amasando y cocinando la idea de la venta de la ETB, y cuando ya iban a feriarla, uf, uf, olió a quemado.
Es cierto, El pasado 8 de mayo la actual administración bogotana anunció oficialmente la venta de la ETB, haciendo público que el valor de la empresa era de “1.76 billones de pesos, cifra que apenas está 5% ligeramente por encima del precio actual en el que se cotiza en la bolsa”. Por su parte, y de acuerdo a los defensores de la ETB la intención de la alcaldía de Bogotá y de la gerencia de Jorge Castellanos era bajar su precio a los 2 billones de pesos. La venta se efectuaría entre los 3 días siguientes. Este rife rafe ocurría a la puerta de la panadería mayor, pero también en distintas sucursales de la panadería, con franquicias, como es conocido, por toda la ciudad.
Toca comprar más harina y amasar de nuevo. Así es necesario pues el 12 de mayo el juzgado 4 Administrativo de Bogotá, encargado de la discusión entre los sindicatos Sintrateléfonos, Atelca y la administración distrital, suspendió temporalmente el procedimiento de venta de la ETB, manifestando que la venta requiere una argumentación por parte del alcalde Enrique Peñalosa que no se dio en los tiempos pertinentes del proceso, además de la necesidad de garantizar un adecuado desarrollo según lo exigen los comités ciudadanos y sindicatos que se manifestaron en contra de la venta. Es decir, toca que el panadero brinde degustaciones de su pan por toda la ciudad, preguntando la opinión de millones de comensales.
El juez suspendió la venta como medida cautelar ante la demanda de los ciudadanos que defienden el patrimonio público de la capital. William Sierra, presidente del sindicato Sintrateléfonos, afirmó que “vender la empresa sería un error puesto que los usuarios se verían afectados al pasar el negocio de las telecomunicaciones a ser un monopolio”, además de enfatizar en la gran inversión social que hace la empresa en el Distrito. William, lo comentó con voz alta en el Concejo de Bogotá cuando realizaron el Cabildo Abierto, degustó el pan y le supo feísimo, sin duda, ¡estamos ante un robo que afectará a todos los ciudadanos bogotanos!
¿Sorda o con intereses ocultos? El interrogante es necesario pues, en contra de todas las pruebas y manifestaciones de rechazo, la actual administración resalta que la venta es un buen negocio, que su pan es exquisito, y que los recursos que provea contribuirán para la construcción de 10 colegios, 6 hospitales, 8 jardines infantiles, 16 centros de discapacidad, 2 megacentros culturales y 1 centro de vida, además de aportar al Fondo de Innovación, Tecnología e Industrias Creativas.
¡Pan para todos!, no solo para los capitalistas hambrientos de más ganancias. Así se escuchó por la ciudad al conocerse la noticia entregada por el juzgado de marras. ¡Qué el panadero se vaya!, también exigieron los defensores de la ETB, quienes impulsan su revocatoria.
Ahora, a los defensores del patrimonio público les toca seguir ampliando la lucha contra el panadero más allá de los juzgados, quienes, en efecto, los han salvado en varias ocasiones, pero quienes en algún momento los pueden dejar con el solo olor del pan. ¡Qué la ciudadana reclame y defienda el pan, el mejor de todos!
https://www.desdeabajo.info/colombia/31513-la-etb-no-se-vende.html