Otra crisis… ¿o la misma crisis?
Agencia de Noticias UN- La devaluación del yuan y la desaceleración que sufre el gigante asiático representan un enorme desafío para la economía colombiana, que suma una nueva preocupación para alcanzar tasas de crecimiento estables y sostenibles.
Así lo manifiesta Raúl Ávila Forero, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.N., para quien la situación actual, con el panorama a largo plazo de desvalorización ante el dólar y el bajo precio del petróleo, funge como prueba de fuego para demostrar si la economía nacional se encuentra en condición de soportar el sacudón y superar las vicisitudes que hoy día nos atormentan.
Según el experto, el inicio de la semana estuvo altamente influenciado por la desaceleración del crecimiento de la economía china, la segunda más fuerte del mundo.
De hecho, el denominado “lunes negro” (el pasado 24 de agosto) arrancó con el hundimiento de la bolsa de Shanghái, con una caída del 8,49 %; seguida de la de Tokio, con una pérdida del 4,61 %. En cuestión de horas el pánico se desató y continuó con un efecto dominó sobre las plazas bursátiles europeas, que arrojaron las siguientes pérdidas: Atenas 11,3 %, Madrid 6,72 %, Londres 6,63 % y la Colcap alcanzó a caer hasta un 3,2 %.
“Sus secuelas recaen sobre las expectativas de los mercados globales, que se ven reflejadas en el repentino desplome de las bolsas asiáticas, americanas y europeas, lo cual nos recuerda los escenarios similares que desencadenaron las últimas crisis financieras (1997 y 2008)”, señala el profesor Ávila.
Dos meses atrás comenzaron a vislumbrarse las primeras señales que pondrían a los inversionistas en una situación bastante incómoda. China, en su afán por defender sus intereses, decidió devaluar el yuan para fortalecer su sector exportador, con la intención de contrarrestar las millonarias pérdidas en la bolsa. En un intento desesperado y siguiendo sus principios de no dejar que el mercado siga su curso, intervino su mercado bursátil mediante la disminución de las tasas de interés y dio aval a la posibilidad de que los fondos de pensión y seguridad pudieran invertir hasta un 30 % en renta variable.
La situación local
Colombia sufre los efectos de la coyuntura internacional de devaluación y precios bajos del petróleo, y como consecuencia tiene una inflación del 4,46 % acumulada a julio, efecto del aumento en los costos de los productos importados (pass through) que supera en 46 puntos básicos el techo inflacionario del Banco de la República.
Asimismo, el dólar sigue subiendo sin control y afecta bruscamente la deuda externa y el sector importador. Asimismo, el petróleo (principalcommodity de la economía nacional) bajó la barrera psicológica de los 40 dólares, las reservas se encuentran en mínimos históricos y no se vislumbra inversión en exploración y sísmica, vital para la recuperación sectorial.
La precipitosa caída de las bolsas asiáticas y el inevitable efecto sobre el resto de la economía mundial, principalmente en las economías emergentes, como la colombiana, hacen necesario poner ya mismo las cartas sobre la mesa. Por ello, es clave que el Banco de la República tome la batuta y aplique las medidas necesarias para evitar que se potencialice la desaceleración económica que sufrimos día a día. Veremos pronto cuáles serán las prioridades del Gobierno y qué intereses está dispuesto a defender.
“Se esperaría una pronta subida de la tasa repo por parte del Banco de la República, entre 25 y 50 puntos básicos antes de finalizar el año, para menguar los efectos inflacionistas en la economía”.
Existe el dilema de si la economía mundial está al borde de entrar en crisis o si, por el contrario, se ha tomado nota de la crisis financiera del 2008 y ahora se están manejando adecuadamente los instrumentos de política para controlar estas volatilidades y permear a las economías de situaciones exógenas. Al parecer no, pero ¡esto es economía!
(Por:Fin/RAF-CID/dmh/AC) N° 126
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