¿AL ANIMAL POLÍTICO LE INTERESA EL DESARROLLO?
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¡Es tonta la pregunta! En la antesala de elecciones regionales se supone que todo animal político (en sentido aristotélico) debería sustentar la visión del desarrollo y la agenda programática que su partido le propone al Tolima y sus municipios. Pero no, nada substancial, sólo ideas flacas, “movidas chuecas”, acusaciones, elogios, encuadres y politiqueo “a la lata”. ¡Qué tristeza!
Violencia, miseria, desempleo-subempleo, exclusión, desplazamiento, daños ambientales, debilidad empresarial, sumisión al capital especulativo y otros males, son consecuencias inicuas de la equivocada construcción social, territorial, económica y política en Colombia, construcción que admitimos de hecho al tolerar que los caminos del desarrollo regional “se tracen desde arriba y no desde abajo”, es decir, por el centralismo estatal, los oligopolios y las cúpulas de partidos políticos rancios y no por nuestras propias ideas y por un inteligente y caracterizado liderazgo regional.
“La Vía Tolimensista”, es la única opción para fundar otra realidad política capaz de realizar una histórica reconstrucción regional y municipal, pero tal opción exige remozar la concepción del desarrollo, obviar prejuicios y lugares comunes y asumir la política con rigor ideológico y solvencia ética para que la compleja y pertinente visión del desarrollo y el espíritu de unidad surja realmente desde las ideas diversas y el dialogo entre los diversos grupos de interés. Para ser discutidos y mejorados el suscrito propone seis enfoques estratégicos que pueden guiar “La Vía Tolimensista”:
Visión sistémico-estratégica de desarrollo endógeno: Para precisar conceptos políticos de autonomía, recursos naturales, recursos públicos, medio ambiente y ciencia y tecnología aplicada.
Modelo pedagógico para forjar cultura de desarrollo local y regional: Para enriquecer la idea de democracia política desde la perspectiva de una construcción social y económica propia.
Métodos para afirmar identidad y cohesión social: Para que el alma del desarrollo sea un sólido sentido histórico, de pertenencia y de apropiación de las riendas del destino regional.
Guías básicas para orientar el protagonismo raizal: Para afianzar el espíritu emprendedor tolimense, la pertinencia educativa y la autentica dimensión de una sociedad incluyente.
Sistemas correctos de organización política y social: Para legitimar civismo y democracia, lograr peso político nacional, empoderar al ciudadano y hace visible a la sociedad civil
Modelo económico con bases regionalistas: Para que nociones de democracia económica y de empresas y empresarios públicos y privados, hagan parte de nuestro imaginario político.
A quien quiera o deba desempeñar roles sociales, políticos o económicos lo invito a pensar “La vía Tolimensista” como única opción que brinda alternativas reales y posibles para elaborar y realizar agendas político-programáticas, planes económicos-empresariales privados o guías para la quehacer cívico-social. “La vía Tolimensista”, sin duda, lograría inducir acciones hoy insospechadas para alcanzar anhelos personales, familiares y sociales de certidumbre, prosperidad y buen vivir.
Si un día, en mi simple pero honroso hecho de ciudadano tolimense, yo mereciera el honor de ser juzgado por la coherencia y firmeza de mis ideas, rogaría al juzgador no falle sobre trillados motes de izquierda o de derecha y si califique mi creencia de que el desarrollo económico debe emanar del propósito común e irreductible de autodeterminación regional, única manera de hacer posible la equidad, la calidad de vida, las oportunidades para los coterráneos, el desarrollo de cada municipio, la sostenibilidad ambiental y una plena inclusión cultural, educativa y económica.
ALBERTO BEJARANO ÁVILA
Ibagué, Colombia