Estados Unidos: Los disturbios en Ferguson crecen tras la autopsia al joven asesinado por la policía
Manifestación en Milwaukee (EEUU) en protesta por la muerte de Michael Brown a manos de un policía / Light Brigading
LA MAREA
El asesinato del joven afroamericano Michael Brown en Ferguson (Misuri) a manos de un agente de policía, el pasado 9 de agosto, ha desatado una ola de protestas en la ciudad que toma cada vez más fuerza. Los disturbios de los últimos días han convertido a la ciudad en un auténtico campo de batalla, con efectivos de policía casi militarizada, fuertemente armada, que ha lanzado grandes cantidades de bombas de humo y gases lacrimógenos en choques con los manifestantes.
Después de que la autopsia confirmara que Brown, que tenía 18 años, recibió seis disparos, dos de ellos en la cabeza, la rabia no ha hecho sino aumentar. También se han producido detenciones incluso de periodistas, quienes han denunciado que han sido amenazados por la policía con pistolas. Un manifestante fue hospitalizado en estado crítico.
El gobernador de Misuri, Jay Nixon, ha anunciado el despliegue de la guardia nacional del Estado en los suburbios del norte de la ciudad, lo que no ha impedido que la noche del lunes cientos de personas hayan salido de nuevo a la calle. De hecho, la de ayer fue una de las jornadas con enfrentamientos más duros entre manifestantes y policías.
A la espera de un informe completo
En cuanto a las versiones del asesinato de Brown, el agente de policía alega que el joven trató de quitarle el arma, mientras que un amigo asegura que se encontraba con las manos en alto. Aún no se ha examinado la ropa que llevaba la víctima, por lo que no se sabe aún con certeza la distancia a la que se realizó el disparo. El famoso forense Michael Baden, que ha realizado la autopsia, ha señalado que no es normal que se hayan disparado seis balas ni, en todo caso, que se desconociera este dato hasta ese momento.
Aún está fresco en la memoria de la comunidad negra estadounidense el caso de Trayvon Martin, de 2012, un adolescente afroamericano que fue asesinado a los 17 años en Florida por un vigilante. Por su parte, Barack Obama ha pedido “reflexión” a los ciudadanos que se manifiestan, pese a que asegura que comprende que “este caso ha provocado fuertes pasiones”.
La muerte del joven negro Michael Brown a manos de un policía blanco en el estado de Misuri (EEUU) ha vuelto a poner de actualidad un problema relativamente común en ese país: el de personas desarmadas que caen por disparos de la policía. En muchos casos los protagonistas de estas desgracias son de raza negra. Pero ¿qué dicen los datos? ¿Cuánta gente desarmada mata la Policía en EEUU? ¿Mueren más negros que blancos o hispanos en estas circunstancias?
Por ahora estas preguntas no tienen respuesta. El FBI recopila detalladas estadísticas sobre crímenes cometidos en todo el país. Esas estadísticas indican que, cada año, la policía local mata una media de 400 personas. De media, en 96 casos cada año se trata de un hombre negro abatido por un agente blanco, según los datos de la Agencia publicados por USA Today. Pero los números recogidos por el FBI se limitan a los “homicidios justificables”, es decir, casos en los que un policía mata a un criminal en acto de servicio, lo que dejaría fuera los casos de personas desarmadas como Michael Brown. Los datos además son voluntarios, parciales (solo 750 departamentos de policía de los 17.000 existentes participan) y sus datos no se auditan, por lo que es imposible saber a ciencia cierta cuántas personas desarmadas caen a manos de la policía cada año, cuál es su raza, su edad…
El contrapeso a esta falta de datos oficiales lo ponen análisis más locales, en algunos casos realizados por organizaciones no gubernamentales. Esos informes denuncian que los negros son de largo las víctimas más frecuentes de este tipo de muertes. Según datos recogidos por la Asociación Nacional para el Avance de las Personas de Color (NAACP), 37 de las 45 personas que recibieron disparos de la Policía en Oakland entre 2004 y 2008 eran negros. En el 40% de los casos no se encontraron armas. En ningún caso se presentaron cargos contra los agentes responsables, según los datos de la organización, que ha criticado duramente la actuación policial en el caso de Brown en Misuri.
“Tenemos una cultura policial que está echando sal en unas heridas raciales que llevan mucho tiempo abiertas”, ha reconocido el presidente de la NAACP, Cornell Williams Brooks, a la revistaMother Jones.
Un informe de la Policía del Estado de Nueva York, admitía que entre 2000 y 2011 los negros fueron de largo los que más disparos recibieron de la policía. Entre los más de 13.000 casos, hubo 6.667 muertos, muy por delante de blancos, latinos y asiáticos.
El FBI no está obligado a recoger datos detallados sobre estos casos y solo lo haría si se lo ordena el Congreso de EEUU. Mientras, los expertos se quejan que la falta de estadísticas fiables hace imposible aclarar si existe una brecha de abuso policial a los negros como apuntan estudios no oficiales ni saber cómo de grande es esa herida a la que hacía referencia el presidente de la NAACP.
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