La CUT no respalda ni a Santos ni a Zuluaga
Un grupo de dirigentes sindicales tomó la decisión de respaldar la candidatura de Juan Manuel Santos en las elecciones presidenciales del 15 de junio. El título del comunicado señala sus razones: la paz, la apertura democrática y los derechos sociales y laborales. Entre los firmantes figuran ocho de los veintiún miembros del Comité Ejecutivo Nacional de la CUT. En los medios de comunicación se ha difundido la noticia atribuyéndole a la CUT como institución el respaldo a semejante desafuero.
En las dos Juntas Nacionales realizadas por el actual Comité Ejecutivo Nacional de la CUT, hemos declarado que Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga junto a sus jefes de campaña Cesar Gaviria y Álvaro Uribe, representan la esencia del modelo económico que destroza a la nación. La situación no puede ser más desalentadora. Para la inmensa mayoría de los colombianos, la desigualdad y la pobreza registradas por los informes de la ONU nos colocan como el tercer país de mayor desigualdad de Latinoamérica. La informalidad laboral por datos oficiales llega al 70% de la población económicamente activa; el derecho a la salud lo han convertido en una negación permanente, dándole a las EPS jugosas ganancias a costa del bienestar de millones; la educación como derecho es puesto en entredicho al acelerar la carrera privatizadora que entrega a particulares la operación de escuelas, colegios y universidades, por el otro lado degrada su calidad hasta colocarla en el último puesto en pruebas internacionales; de la misma manera los servicios públicos se han convertido en un dolor de cabeza cada vez que llegan los recibos con cobros y alzas excesivas en beneficio de los monopolios privados.
El gobierno de Juan Manuel Santos ha profundizado el desastroso modelo económico neoliberal, legado por los gobiernos de Cesar Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, ante la exigencia de los organismos internacionales manejados por Washington. Ya van catorce tratados de libre comercio firmados en contravía al desarrollo de la producción nacional industrial y agropecuaria; han legislado en materia financiera e inversión extranjera para satisfacer la insaciable voracidad de las multinacionales y los linces del gran capital; han feriado los recursos naturales, otorgando patente a la gran minería trasnacional para llevarse nuestras riquezas y de paso destruir el medio ambiente, las riquezas hídricas, la fauna y la flora. Las privatizaciones avanzan por doquier, los activos que aún quedan en poder del Estado siguen en subasta en detrimento del patrimonio nacional, entregándolos a los monopolios nacionales y extranjeros. A los campesinos y productores agropecuarios se les burlan los acuerdos que buscan aliviar las pérdidas a que están sometidas sus actividades; se les responde ante las justas reclamaciones con bárbaras represalias por parte de las fuerza pública, abandonándolos a su suerte, producto de la intransigencia del Ministro Lizarralde. Esto sucede en medio de las denuncias fundamentadas del despojo de las tierras baldías de la altillanura a cargo de los grandes potentados entre ellos el mismo Ministro de Agricultura.
El pasado 3 de junio, la conferencia 103 de la OIT incluyó a Colombia en la lista de los veinticinco países que más violan los derechos laborales y las libertades sindicales de los trabajadores. Esta merecida condena hubiese bastado para que no cruzara por la mente de dirigente sindical alguno el apoyo al presidente candidato. Qué falta de coherencia. Y para rematar la habitual conducta antiobrera de Santos, la empresa estatal Ecopetrol acaba de presentar un nefasto contrapliego en la negociación colectiva que se debe iniciar con la USO, pretendiendo acabar con las mínimas garantías laborales.
Ni Juan Manuel Santos ni Oscar Iván Zuluaga merecen el voto de ningún afiliado de la Central Unitaria de Trabajadores CUT. Grandes daños al país y sus pobladores han causado como gobernantes o como parte de estos gobiernos. Igualmente el llamado es a que los trabajadores, campesinos, estudiantes, productores agropecuarios y empresarios nacionales, no se dejen confundir por los promotores del neoliberalismo.
Si bien se ha señalado que Colombia necesita una solución negociada al conflicto armado interno, se corrobora que la paz no pasa por la reelección de Santos, no se puede abusar del anhelo de paz para aprobar de paso los postulados programáticos de ningún candidato. La declaración de este grupo de sindicalistas abusa del deseo que tiene Colombia de que terminé el conflicto para respaldar el programa político del candidato reeleccionista. Nada de lo expuesto en el aviso pagado en El Tiempo corresponde con lo actuado y por actuar del candidato presidente. La equidad social, la educación pública, la salud como derecho, pronta y cumplida justicia, el trabajo decente, los problemas de la población rural, el estado social de derecho, no pasan de ser palabrería hueca y una burla a los trabajadores y al pueblo.
El miedo a Zuluaga lo convirtieron en excusa perfecta para respaldar todo el contenido programático de Santos de ayer y de mañana. La diferencia de fondo en el debate es que no hay diferencias. Ahondar carencias, negar derechos a los trabajadores y dar gabelas a multinacionales, será la labor del que gane.
El debate de los candidatos en los medios de comunicación muestra que la diferencia entre ellos consiste en cómo aplicar la receta. La dirigencia sindical que respalda a Santos debería aprender y rectificar su postura. El común de la gente percibe que Santos y Zuluaga hacen un gran esfuerzo en diferenciarse pero entre más esfuerzo hacen, más se parecen.
La CUT no apoya ningún candidato. Invito a los afiliados a votar en blanco o abstenerse. Igualmente convoco a los trabajadores y al pueblo a preparar las luchas de resistencia y movilización civilizada que necesariamente tendrán que librar, sea cual fuere el próximo presidente.
Elías Fonseca Cortina, Ejecutivo CUT Nacional, Bogotá, junio 10 de 2014