LA PRIMERA HUELGA GENERAL EN PARAGUAY EN VEINTE AÑOS EN RECLAMO DE SALARIOS Y OTRAS MEDIDAS
Aumentos, salud y educación gratuita
La marcha en Asunción arrancó con un festival en la plaza de la Democracia y llegó al centro. Imagen: AFP
Las centrales de trabajadores y la oposición se concentraron y marcharon ayer junto a los campesinos, que hicieron coincidir su marcha anual. El paro fue masivo y pacífico, y el gobierno concedió crear “grupos de trabajo”.
Miles de trabajadores y campesinos se concentraron ayer en Asunción en la primera huelga general contra el gobierno del presidente Horacio Cartes. Los campesinos hicieron coincidir con la huelga obrera su marcha anual “del campesinado pobre”, que puntualmente realizan en esta época del año, lo que dio más fuerza a la movilización de los trabajadores. Los participantes reclamaron un cambio en las políticas económicas y sociales del gobierno. Como respuesta, Cartes anunció que designó al vicepresidente Juan Afara para coordinar grupos de trabajo sobre los distintos puntos que demandan los trabajadores, algo que los analistas calificaron como una “reacción tardía” del gobierno. En el interior del país también se realizan marchas y concentraciones en las principales ciudades.
La manifestación comenzó el martes a la medianoche con un acto artístico en la céntrica plaza de la Democracia, y desde temprano los participantes se concentraron para marchar al centro. La huelga contó con el apoyo de los partidos Liberal (el principal de la oposición) y el Frente Guasu (Grande, en guaraní) del ex presidente y hoy senador Fernando Lugo. El senador liberal Luis Wagner dijo que “ésta es la manifestación de protesta social más importante” de los últimos tiempos, e invitó al presidente Cartes a no cerrarse y escuchar los reclamos populares.
Uno de los principales reclamos se refiere a la ley de “alianza público-privada” (APP) que el mandatario consiguió aprobar en el Congreso el año pasado y que según el gobierno está diseñada para atraer capital privado para la inversión en infraestructuras a cambio de la concesión de su gestión y el cobro de tarifas. Los sindicatos interpretan esta legislación como una privatización encubierta de las empresas estatales.
Otros puntos que generan un descontento generalizado son los salarios, la salud y la educación gratuitas, la puesta en práctica de una política de empleos, reforma agraria integral y libertad a los presos políticos, como los huelguistas denominan a media docena de campesinos detenidos tras un grave incidente con la policía. Los sindicatos piden la suba de un quince por ciento del salario mínimo. La propuesta original era de un reajuste del salario del veinticinco por ciento, pero en febrero el gobierno decretó un incremento del diez, hasta los 1,82 millones de guaraníes al mes (405 dólares).
Aldo Snead, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), otro de los principales sindicatos del país, destacó que se trata de la primera huelga general en Paraguay en 20 años, por lo que consideró que se trató de una jornada “histórica”. De acuerdo con Víctor Ferreira, secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores-Auténtica (CUT-A), los sindicatos harán una protesta similar a la de ayer si el gobierno no atiende a sus reivindicaciones en cuatro meses. “Si mañana (por hoy) no hay una nueva respuesta, en cuatro meses habrá otra huelga general”, dijo Ferreira. El dirigente sindical se estaba refiriendo a la mesa de diálogo ofrecida a los sindicatos por el gobierno para hoy, que estará presidida por el vicepresidente Afara, y que es una iniciativa del propio Cartes. Ferreira señaló que los líderes de las siete principales centrales sindicales paraguayas mantendrán antes una reunión de la que saldrá una agenda que presentarán a Afara en la mesa de diálogo.
Sin embargo, los campesinos condicionaron su presencia en cualquier diálogo con el gobierno. “Evidentemente ésta es una maniobra más del gobierno, que sólo acude al diálogo cuando se realizan grandes manifestaciones, para luego nunca llegar (a nada)”, manifestó la Federación Nacional Campesina (FNC) a través de un comunicado. Los campesinos, que finalizaron su marcha frente al edificio del Congreso, exigieron además la implementación de la reforma agraria y denunciaron el modelo agroexportador representado por las grandes plantaciones de soja.
Por su parte, Bernardo Rojas, dirigente sindical de la CUT, sostuvo que “el lenguaje violento del gobierno” quedó en evidencia, después de ver cómo durante las primeras horas de las movilizaciones no se produjeron incidentes de importancia. En ese mismo sentido se manifestó el senador del partido Avanza País Adolfo Ferreiro, quien señaló tras visitar los principales piquetes de la capital el carácter pacífico de los mismos. “Mi principal impresión es que los lugares que hemos visitado están marcados por una amplia vocación pacífica y de buen acompañamiento”, resaltó Ferreiro junto a su compañero de partido Miguel López Perito, según informó el diario paraguayo ABC Color, que también se hizo eco de las declaraciones de los portavoces de la policía, destacando la ausencia de incidentes importantes.
El sector de la enseñanza también se volcó a las calles en la jornada de ayer, pese a que el 85 por ciento de los colegios de la capital abrieron sus puertas. Los docentes llevan desde que se inició el ciclo lectivo, hace poco más de un mes, alertando de la precariedad de muchos centros, así como de las carencias en material básico para poder impartir las clases con normalidad. La situación es especialmente grave en algunos municipios del interior del país, como el de Lima, en el departamento de San Pedro, donde han denunciado que los jóvenes estudian en barracones de madera, y algunos incluso bajo los árboles.
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