Tragedia anunciada acaba con acueductos y deja a más de 18 mil habitantes sin agua en Ibagué, Tolima
Por Nelson Lombana Silva
Una avalancha de vastas proporciones se presentó el 12 de abril en los barrios el Mirador Gaviota y La Gaviota, de la ciudad de Ibagué, Tolima, acabando con dos acueductos comunitarios y dejando a 18.500 habitantes sin el preciado líquido. Adicionalmente, once casas rivereñas destruidas, cuatro desaparecidas y varias averiadas.
Por lo menos 70 personas directamente afectadas, chicos, grandes, hombres y mujeres, se encuentran en el salón comunal del barrio La Gaviota en espera de solidaridad de los tolimenses y presencia del gobierno municipal, departamental y nacional.
El torrencial aguacero y el deslizamiento de tierra, represó la quebrada La Tusa originando esta avalancha, trayendo tragedia a centenares de personas de este barrio alejado de la presencia real de las autoridades.
Según señalan Freddy Alberto Botero Corredor, presidente acueducto comunitario El Mirador Gaviota y Libardo Arias Núñez, presidente de la junta de acción comunal La Gaviota, ya se había presentado avalanchas y el desbordamiento de las Quebradas La Tusa y La Saposa no de la magnitud de ahora pero sí con resultados catastróficos para los residentes en la zona, sin que el gobierno municipal hubiera tomado cartas en el asunto, lo cual indica que esta nueva avalancha constituye una especie de crónica anunciada, colocándose en evidencia una vez más la imprevisión de los gobernantes y la incapacidad del Estado por resolver los problemas sentidos de la comunidad.
“El riesgo era de conocimiento público de las autoridades”
Parado en el marco de la puerta del salón comunal, controlando la entrada y salida de los inquilinos: Niños, adultos mayores y mujeres, Freddy Alberto Botero Corredor, relata con angustia el drama que están viviendo: “Ayer, (12 de abril) se produjo el desbordamiento de la quebrada La Tusa, la cual ocasionó la destrucción de la represa que surte del preciado líquido a los barrios El Mirador Gaviota y La Gaviota, afectando a 18.500 habitantes usuarios de estos dos acueductos, pero también daños en viviendas y enseres. Tenemos 70 personas alojadas en el salón comunal y solicitamos ayuda municipal, departamental y nacional, para poder ofrecer vivienda digna, vivienda que no estén en zona de alto riesgo, porque por necesidad estas familias estaban ubicadas en la vera de esta quebrada”.
El líder comunitario exigió respuesta concreta y no pañitos de agua tibia:“Una ayuda de verdad, que no pase como en las anteriores olas invernales, que todo se va en bla, bla, bla y pañitos de agua tibia. La gente que se ubica en estas zonas es por necesidad económica, por el anhelo de tener una vivienda para su familia, porque no tiene los recursos para hacerse a una vivienda digna y carecen del apoyo del gobierno para una vivienda digna y humana”.
Botero Corredor, señala que una situación de esta naturaleza no es nada nuevo, lo que sucede es que ahora la magnitud es mayor, pero realmente ya se había presentado otros sucesos similares. Es decir, esta tragedia es una especie de crónica anunciada como en la obra de Gabriel García Márquez: “La quebrada ya nos había hecho esto, pero no tan fuerte como ahora. Esto ya era de conocimiento público y de las autoridades, porque ya había sucedido. Incluso, se había reubicado algunas gentes de esta ladera, pero nueva gente, por su necesidad económica, volvieron a poblar la rivera de la quebrada”.
En ese sentido, el presidente del acueducto comunitario El Mirador La Gaviota, exige del Estado una respuesta concreta y oportuna para conjurar la dramática situación de los habitantes del populoso sector ibaguereño: “Llamamos a la solidaridad de la comunidad nacional e internacional y a las autoridades competentes a hacer un estudio muy serio sobre la necesidad de las gentes para su reubicación en un sitio que no corran peligro. Necesitamos soluciones y no simplemente esperar que sucedan los hechos para entonces sí actuar”.
Finalmente, Freddy Alberto Botero Corredor, llamó a defender los acueductos comunitarios de la política del gobierno nacional de privatizarlos. Demandó apoyo para mejorarlos y que sigan cumpliendo su misión que vienen desarrollando con éxito. La comunidad de estos dos barrios solo cancela mensualmente $8 mil pesos: “Estos acueductos comunitarios surten de agua a el Mirador Gaviota y la Gaviota, tenemos los documentos en regla y la cobertura son 18.500 usuarios. No estamos de acuerdo con la privatización, solicitamos apoyo para mejorar”.
“Si la avalancha hubiera sido de noche, había sido más de cien los muertos”
El presidente de la junta de acción comunal de la Gaviota, Libardo Arias Núñez, señala sin ambages que el directo responsable de la tragedia es el gobierno, especialmente municipal, departamental y nacional, por su imprevisión y la falta de políticas a favor de los más pobres de la ciudad.
Se lamenta de la tragedia y con indignación relata los acontecimientos y las consecuencias: “Esta avalancha dejó a muchas familias sin vivienda; personas que ayer en la mañana tenían su casita, tenían modestamente donde vivir, hoy no tienen nada. El acueducto comunitario ha colapsado, la represa de nuestros acueductos fue totalmente acabada por la creciente de la quebrada La Tusa. Esto sí había sucedido, pero no tanto de la magnitud de ahora; están afectadas 70 personas, es decir, 12 o 13 familias humildes. Es más: once casas destruidas, otras averiadas con fisuras y desaparecidas cuatro”.
Agregó, con énfasis: “El gobierno municipal es el ente directamente responsable, porque son los gobernantes los que tienen que estar vigilando los sitios donde se está construyendo y ayudando a la gente para que no tenga que meterse en zonas prohibidas. Aún no se ha calculado las perdidas económicas. No hubo pérdidas humanas, porque sucedió en horas del día, después de las tres de la tarde, si hubiera sido de noche había sido más de cien los muertos”.
El gobierno trata por todos los medios de responsabilizar al invierno y eludir su responsabilidad, cosa que las comunidades vienen poco a poco entendiendo y asumiendo una posición consecuente, clara y política. La comunidad exige una respuesta clara y no contentillos, migajas y simples promesas. Hasta el momento ni el alcalde de la ciudad, Luis H. Rodríguez, ni el gobernador Luis Carlos Delgado Peñón, se han hecho presente en el teatro de los acontecimientos, mucho menos han tomado decisiones consecuentes y radicales para conjurar el drama de estas familias.
Ibagué, abril 13 de 2012
Nelson Lombana Silva