¿Qué responsabilidad le cabe a Uribe por lo sucedido en el DAS?
Por: Juanita León
lasillavacia.com
Después que la Corte Suprema concluyó que el aparato de inteligencia del Estado que dependía directamente de la Presidencia estuvo al servicio de los paramilitares durante la administración de Jorge Noguera, el ex presidente Uribe se limitó a trinar que si su subalterno “hubiera delinquido” él pedía disculpas a los colombianos. ¿De qué se debería disculpar?
Después que la Corte Suprema concluyó que el aparato de inteligencia del Estado que dependía directamente de la Presidencia estuvo al servicio de los paramilitares durante la administración de Jorge Noguera, el ex presidente Uribe se limitó a trinar que si su subalterno “hubiera delinquido” él pedía disculpas a los colombianos. ¿De qué se debería disculpar?
De haber nombrado a Jorge Noguera.
El rol que jugó el ex Director del DAS Jorge Noguera en las elecciones
de 2002 como gerente de la campaña de Uribe en el Magdalena, el único
‘mérito’ visible para explicar por qué el entonces presidente lo nombró
en ese cargo, es un episodio que a la luz de su reciente condena merece
ser reconstruído a partir de lo publicado en los últimos años por los
medios porque explica en gran parte su desempeño en el DAS.
Álvaro Uribe conoció a Jorge Noguera, según él mismo ha dicho, en 2001.
Noguera tenía 39 años y una carrera poco destacada como asesor jurídico
de bancos en Santa Marta y como funcionario de segundo nivel en cargos
políticos de su departamento.
No es muy claro cómo llegó Noguera a convertirse en el gerente de la
campaña de Uribe en el Magdalena, pero según lo que pudo establecer La
Silla Vacía, Noguera era cercano a Pedro Juan Moreno, el ex secretario
de Gobierno de la Gobernación de Uribe en Antioquia y su amigo personal
hasta que se pelearon un tiempo antes de que Moreno muriera en un
accidente de avión. Y posiblemente Moreno se lo recomendó.
Manejar una campaña política en el Magdalena en 2001 era una tarea
difícil, puesto que el departamento estaba dominado por las Autodefensas
Unidas de Colombia, no sólo militarmente, sino también políticamente.
Como lo contó el portal Verdad Abierta
después de las masacres de Piñón, en la que murieron 27 personas, y de
Sitio Nuevo, con 37 víctimas, y el asesinato de dos ex alcaldes, cuatro
alcaldes y cuatro concejales de la zona, Jorge 40 lideró la firma de dos
pactos políticos.
El primero fue el de Chivolo, en septiembre de 2000, en el que 417
políticos del Magdalena que representaban 15 de los 20 municipios del
departamento, se comprometieron a apoyar a la Gobernación del Magdalena a
José Domingo Dávila, quien salió elegido en 2001 y fue condenado
posteriormente por la Corte por parapolítica. Y el segundo, que fue el
de Pivijay, se firmó a finales de noviembre de 2001 con los ya elegidos
alcaldes, concejales y diputados quienes se comprometieron a apoyar al
Congreso para las elecciones del 2002 a los candidatos del llamado
“Movimiento de la Provincia Unida”, liderado por Jorge 40.
Jorge 40, como comandante del Bloque Norte de las AUC, comandaba tres
bloques de autodefensas en el departamento y para las elecciones de 2002
fraguó una ‘operación avispa’ con el fin de garantizar que llegaría el
mayor número de políticos de su movimiento al Congreso.
Para ello, como también lo hizo en el Cesar, dividió el departamento en
‘distritos electorales’, que asignó a políticos tradicionales que ya
estaban bajo sus órdenes. Todos los candidatos avalados por él ganaron
prácticamente por unanimidad y con unas votaciones abrumadoras nunca
antes vistas. Los mismos candidatos que en 1998 otuvieron 20 mil votos,
cuatro años después, gracias al plan de Jorge 40, alcanzaron 65 mil con
unas votaciones totalmente atípicas.
“El fraude ha sido tan evidente que algún día eso se descubrirá y tendremos que responder por eso”, dijo
en su momento Rafael García, uno de los artífices del fraude y quien
después se convertiría en la mano derecha de Jorge Noguera y también en
su verdugo, cuando Enrique Osorio de la Rosa, el otro ‘cerebro’ del
fraude, lo llamó a decir que los “pueblerinos la habían embarrado” y que
los jurados habían exagerado el fraude electoral.
Así se hizo el fraude
Así se hizo el fraude
Jorge
Noguera fue condenado a 25 años de prisión por la Corte Suprema por poner el
DAS al servicio del Bloque Norte de las Autodefensas. Apeló la condena.
El Presidente Uribe siempre ha rechazado de manera
vehemente cualquier insinuación de que en 2002 se hubiera cometido un fraude
electoral a favor suyo en el Magdalena y otros municipios de la Costa Caribe.
Rafael Garcia, ex director de informática del DAS,
se convirtió en el testigo estrella de la parapolítica y en el principal
acusador de Jorge Noguera. Él develó los vínculos entre Noguera y el Bloque
Norte de las AUC y dijo que en 2002 se cometió un fraude electoral a favor de
Uribe.
José Gamarra, ex representante a la Cámara por el
Magdalena, fue quien llevó a García a la campaña de Uribe.
Según contó en sus confesiones ante la Corte
Suprema Rafael García, quien se conoció a partir de entonces como ‘El
Ventilador del DAS’, y luego ratificaron la Corte y la Fiscalía en subsecuentes
decisiones judiciales, la idea del fraude fue de Jorge 40 y la ejecución estuvo
a cargo de García y de Osorio.
García era un ingeniero de sistemas de Santa Marta
que trabajaba políticamente con el ex alcalde de Ariguaní Guillermo Sánchez
Quintero y con el político liberal Jorge Castro Pacheco, quien era el segundo
en la lista de Dieb Maloof en las elecciones de 2002.
“A ambos los acusó de tener nexos con el Bloque
Norte de las AUC: a Sánchez por ser el primero que llevó a los grupos
paramilitares a la región y a Castro porque su hermano Augusto Tuto Castro era
la mano derecha de Jorge 40”, dice un artículo de El Espectador del 2006. Por
orden de Sánchez y Castro, García entró a trabajar en la campaña de José
Gamarra a la Cámara de Representantes.
Allí se reencontró con su amigo de la juventud
Enrique Osorio de la Rosa, con quien diseñaría el fraude electoral de 2002.
Osorio había sido compañero de colegio de García y venía de trabajar durante 15
años en la Registraduría del Magdalena. El tío de José Gamarra, José María
Sierra, trabajaba en la Registraduría y en 2001 fue elegido como Contralor
Departamental, lo que le impidió trabajar en la campaña de su sobrino. En su
reemplazo, le recomendó a Gamarra a su colega de la Registraduría Enrique
Osorio.
Según contó García y la Corte comprobó después,
entre mayo y junio de 2001, el candidato José Gamarra Sierra les dijo a Osorio
y a García que el paramilitar Jorge 40 necesitaba un plan para garantizar que
sus candidatos en la Costa Atlántica llegaran al Congreso sin la necesidad que
la gente fuera a votar. Jorge 40 creía que si los paramilitares presionaban a
la gente, la gente optaría por la abstención el día de elecciones.
Osorio propuso, entonces, suplantar a los votantes
a través de los jurados de votación. Para conseguirlo, aprovechando sus
contactos en la Registraduría en Bogotá, Osorio compró –a 4 millones cada uno-
los censos electorales de las mesas de votación de los cuatro departamentos de
la Costa que controlaba Jorge 40 para saber quién votaba en cada mesa.
Con esos censos, Rafael García diseñó un software
para cargar el censo electoral y mostrar mesa a mesa cada puesto de votación
que querían manipular.
“Estos listados se les entregaron a los candidatos
y ellos se los repartieron a los jurados que ellos habían designado y que las
autodefensas obligaron a los registradores a que los nombraran”, dijo García en
una entrevista exclusiva que dio a la revista Semana y que desató el escándalo
del DAS que más de cinco años después condujo a la condena de Noguera. “Al
final de la jornada electoral, o en medio de ella, lo que se hacía era que la
gente que no iba a votar se suplantaba. Se cogía el tarjetón, se marcaba por el
candidato que había escogido el Bloque Norte de las AUC y firmaba por él.”
La estrategia fue un éxito. En el distrito diseñado
por Jorge 40 para el sur del departamento, Luis Eduardo Vives Lacouture y
Alfonso Campo Escobar arrasaron para el Senado y Cámara, respectivamente. En
los municipios de la ribera del río Magdalena, que integraban el segundo
‘distrito’, la victoria fue indiscutible para Salomon Saade y Jorge Luis
Caballero. Y en los municipios del centro del departamento ganaron Dieb Maloof
para el Senado y José Rosario Gamarra.
Todos ellos ya fueron procesados judicialmente por
haberse aliado con los paramilitares para llegar al Congreso. Una vez elegidos
en marzo de 2002, el fraude se repitió para las presidenciales a favor de
Álvaro Uribe, según aseguró a la Corte Suprema Rafael García, cuyo testimonio
coincide con el aportado por jefes paramilitares como alias ‘El Canoso’ y ‘El
Alemán' y algunos jurados de votación.
Las presidenciales
Según explicó García, una vez elegido representante
a la Cámara, Gamarra les dio la orden a él y a Osorio de presentarse al comando
de la campaña presidencial de Uribe en el Magdalena.
“La intención era repetir la misma operación en los
comicios presidenciales. El director regional de la campaña era Jorge Noguera,
viejo conocido de García pues trabajaron juntos en la Sociedad Portuaria. Según
García, desde el primer día, tanto Noguera como Marta Romero Villa, encargada
del tema electoral, sabían a qué llegaban él y Osorio, quien desde el primer
momento advirtió que el fraude no podía ser tan escandaloso como el de marzo”,
contó El Espectador, cuando la Fiscalía dictó orden de aseguramiento contra
Osorio en el 2006 por concierto para delinquir agravado y alteración de
resultados electorales.
García se convirtió en el auditor de sistemas de la
campaña de Uribe en el departamento y fue delegado del movimiento Primero
Colombia durante el sorteo de jurados de votación realizado el 10 de mayo de
2002 en Santa Marta, según relató El Espectador. Osorio, junto con Marta
Romero, fue el coordinador de control electoral. Y en una ocasión, fue delegado
por Jorge Noguera como su delegado para un nuevo sorteo de jurados después de
que el primero fue impugnado.
El Magdalena fue el único departamento de la Costa
donde Uribe le ganó a Horacio Serpa. El 66 por ciento de los votos de Uribe en
esta región fueron en los mismos municipios con presencia paramilitar en los
que los congresistas de la Provincia Unida lograron su votación atípica. Sólo
el 34 por ciento restante lo obtuvo en municipios por fuera de los ‘distritos’
diseñados por Jorge 40 para su operación electoral, como lo señaló el 2006 un
artículo de Semana.com. Serpa, en cambio, obtuvo el 31 por ciento de sus votos
en las zonas de dominio paramilitar y el 69 por ciento en el resto del
departamento.
“En municipios bajo influencia paramilitar como El
Difícil, Serpa perdió un 84 por ciento de electores en el 2002 respecto a
1998”, descubrió Semana.com. “Lo mismo en Chivolo. En Salamina, donde los
paramilitares mataron a un delegado de la Registraduría que denunció fraude en
las elecciones para alcalde en 2003, Serpa sacó un 73 por ciento menos de
votación. Uribe sacó 2.420 votos y Serpa solo 368”.
En 2006, cuando estalló el escándalo del DAS,
periodistas de Semana viajaron a la zona y recogieron testimonios de jurados
del Magdalena que confirmaron la versión del fraude en las presidenciales dada
por García.
Un jurado de El Difícil, donde Uribe sacó 9.858
votos y Serpa 1.102, dijo que en su mesa votaron solo 40 personas. Pero que al
final de la jornada, el paramilitar de la zona le ordenó marcar otros 400
tarjetones con los nombres de los inscritos para votar en esa mesa. Otro
funcionario de la Registraduría de ese municipio dijo que en los escrutinios
para Presidente, los jurados tacharon dos veces los tarjetones que favorecían a
Serpa para anularlos.
Muy pocos ponen en tela de juicio que Álvaro Uribe
habría ganado las elecciones incluso sin un fraude. Su exitosa gobernación en
Antioquia y su lúcido paso por el Senado le habían dado reconocimiento
nacional. Pero sobre todo su postura de mano dura y de rechazo frontal a las
negociaciones con las Farc en el Caguán encarnaron la sensación de odio hacia
la guerrilla que sentían la mayoría de colombianos. Uribe era quien mejor interpretaba
ese momento histórico.
Lo que se discute es si habría ganado en primera
vuelta sin los votos que le puso Jorge 40. “Álvaro Uribe ganó la Presidencia
con 5.862.655 votos equivalentes al 53 por ciento de la votación para las
elecciones presidenciales de 2002, con lo cual accedió al cargo en la primera
vuelta. Si a esa votación se le restan los 337.085 votos que sacó en Magdalena,
Córdoba, Cesar y Guajira, habría tenido que disputar el cargo en segunda vuelta
con Horacio Serpa pues habría sacado solo el 49 por ciento de los votos”, dijo
Semana en un artículo, que enfureció a Uribe a tal punto que regañó
públicamente al director Alejandro Santos diciéndole que “este no era un juego
de muñecas”.
Obviamente no todos y posiblemente ni siquiera la
mayoría de los votos de la Costa fueron fruto del fraude e igual Uribe
seguramente habría ganado en primera vuelta. A Uribe lo invitaban a dar charlas
en el Magdalena sobre su política de seguridad en Antioquia y durante la
campaña, entre 2000 y 2001, estuvo más de cinco veces haciendo proselitismo.
Pero que hubo fraude electoral en el 2002 se deduce de las declaraciones
judiciales tanto de paramilitares, como de políticos y funcionarios de la
registraduría y jurados.
Según contó García a la Corte Suprema, al día
siguiente del triunfo de Uribe, Noguera lo citó en su apartamento en Santa
Marta y le dijo que aspiraba a un alto cargo en el gobierno y que quería que él
fuera el puente entre el Bloque Norte de las AUC y él. García era parte de las
autodefensas y dijo que necesitaba la autorización de Jorge 40.
“Jorge Noguera fue designado como director del DAS
y se posesionó el 16 de agosto de 2002. Dos semanas después llamó a García y le
dijo que podía aceptar el ofrecimiento porque “ya tenía autorización de El
señor”, contó El Espectador citado por Nizkor. El 4 de septiembre, García se
posesionó como director de informática del DAS, sin cumplir con los requisitos
legales, pero con una instrucción precisa: colaboración total con las
autodefensas.
Enrique Osorio de la Rosa también tuvo un cargo con
el DAS. Según consta en la providencia de la Fiscalía que ordenó su captura, la
de Salomón Saade y la de Gamarra, Osorio dice que trabajó como informante del
DAS por invitación que le hizo Noguera “en reconocimiento a su trabajo en la
campaña presidencial de Álvaro Uribe Vélez en Santa Marta”.
¿Sabía Uribe?
Aunque Noguera siempre negó que hubiera sabido del
fraude electoral en las elecciones presidenciales, es prácticamente imposible
que lo ignorara, dado que en los municipios del Magdalena donde Uribe arrasó el
fraude -tanto en las legislativas como en las presidenciales- fue un hecho
notorio.
¿Sabía Uribe? De pronto no.
“Yo no he dicho que el doctor Uribe buscó ese
fraude. Lo que dije fue que esos señores, el mismo fraude que hicieron para
elegirse ellos, lo repitieron para aportarle los votos al Presidente”, dijo
García en su entrevista de Semana.
En un informe que fue entregado hace dos meses y
que reveló recientemente Noticias Uno, García dijo que “el presidente Álvaro
Uribe conocía y aprobaba la existencia de esta red ilegal y las actividades
delictivas a que nos dedicábamos (en beneficio de los paramilitares) quienes
hacíamos parte de ella" y contó que “Jorge Noguera me llevó a la
Presidencia donde ingresamos sin dejar registro alguno y estuvimos con el Presidente,
quien nos confirmó la orden de que entregáramos la información a las
autodefensas”.
Pero no dijo si Uribe sabía lo que había ocurrido
antes de ser elegido.
En todo caso, Uribe no era ajeno a las dinámicas de
la zona. En agosto de 2001, cuando ya se estaba fraguando el fraude para las
legislativas, Uribe visitó en su casa a Saúl Severini en Pivijay, donde se
firmó luego el famoso pacto de Jorge 40, según contó a la Fiscalía el
representante José Gamarra.
“Para la elección de 2002, el señor Saúl Severini,
reconocido ganadero y líder cívico, le dio el apoyo al presidente Uribe y sus
amigos y familiares me acompañaron a la Cámara de Representantes y en ese
entonces Severini no tenía ningún vínculo con grupos al margen de la ley que se
supiera, como se puede constatar con la visita de Álvaro Uribe a su casa”, dijo
en su indagatoria Gamarra y aportó una foto del entonces candidato presidencial
con Severini.
Después Severini se postuló como desmovilizado del
Bloque Norte y la Fiscalía estableció que, junto con su hermano Carlos, era uno
de los principales financiadores de las autodefensas en la zona. Incluso era
considerado por las autoridades como el comandante del Frente Pivijay.
Es posible que Uribe no supiera realmente quién era
Severini ya que posaba de ganadero y líder cívico. También es posible que no
supiera quién era realmente Jorge Noguera y sus vínculos tan estrechos con
Jorge 40.
Pero precisamente que sepa en manos de quién pone
todo el aparato de inteligencia del Estado es lo mínimo que le pide uno al
Presidente de la República.
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