Entrevista con el “colombianólogo” Marc Chernick“Dirigencia política tradicional de Colombia ha manipulado a E.U. para sus propios intereses”
Por Fernando Arellano Ortiz
Sábado 21 de agosto de 2010
Si bien Estados Unidos es un actor directo en el conflicto interno de Colombia, los dirigentes del bipartidismo tradicional de este país “han manipulado a los gobiernos de Washington para favorecer sus propios intereses”, sostuvo el politólogo norteamericano y director académico del Centro de Estudios Latinoamericanos de Georgetown University, Marc Chernick, durante la presentación de un trabajo investigativo del decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central, Diego Otero Prada.
Chernick, un investigador sobre la realidad social y política colombiana hace más de treinta años, autor del libro “Acuerdo posible” (ediciones Aurora, 2008), es enfático en señalar que “una paz negociada no es sólo posible sino indispensable. Es el sine qua non para dilucidar una Colombia en posconflicto, democrática y más justa”.
En desarrollo de la presentación del trabajo bibliográfico de Otero Prada en la Feria del Libro de Bogotá, el cual lleva por título “El papel de Estados Unidos en el conflicto armado colombiano. De la Doctrina Monroe a la cesión de siete bases militares” (ediciones Aurora, 2010), Chernick trajo a colación algunos ejemplos de cómo distintos gobiernos de Bogotá han manipulado para favorecer sus propios intereses al poder político de Washington.
El caso del gobierno de Laureano Gómez Castro (1950-51) es muy diciente de esa manipulación, sostuvo Chernick, al explicar que este mandatario conservador envió un batallón a la guerra de Corea (junio de 1950 a julio de 1953) fundamentalmente por dos razones: “primera porque se quería deshacer de varios oficiales militares liberales, y dos, porque buscaba comprar armas a Estados Unidos con el propósito de enfrentar el conflicto interno con al Partido Liberal”.
Este acercamiento del gobierno de Gómez Castro con Washington sirvió para que en 1952 se firmara el Tratado de Asistencia Militar de 1952 que ha servido como marco jurídico y político para la injerencia de Estados Unidos en Colombia, explica este politólogo norteamericano.
No existe solución militar del conflicto
Para este investigador con estrechos nexos familiares y profesionales con Colombia y quien además se ha dedicado a estudiar en profundidad la realidad social y política de este país a partir de la segunda mitad del siglo XX, “no existe solución militar al conflicto armado interno”, pues la realidad lo demuestra: “a pesar del sostenido incremento de la capacidad de las Fuerzas Armadas, iniciado en el periodo de César Gaviria, y acelerado durante los mandatos de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe, el Estado sigue siendo incapaz de derrotar a la guerrilla”.
Para Chernick, “en Colombia la paz consiste, fundamentalmente, en la construcción de un régimen incluyente y participativo y de una presencia legítima, legal, respetuosa y proveedora del Estado a lo largo y ancho del territorio nacional. Esto no es posible determinarlo, –agrega- ni ahora ni en el futuro, en el campo de batalla. A pesar de muchas opiniones contrarias, la fortaleza militar no será decisiva para estructurar los acuerdos de paz. Se necesitan otras iniciativas y estrategias de negociación”.
No obstante que en su libro “Acuerdo posible” hace un pormenorizado análisis de los procesos de negociación que se han realizado con la guerrilla de las Farc, ninguno de los cuales ha llegado a buen puerto, este “colombianólogo” concluye que la única forma de alcanzar la paz es a través de una fórmula negociada.
Posible agenda de negociación
Entre los temas que Chernick considera obligados en una posible negociación futura entre Estado y guerrilla, destaca: reforma agraria, cese a la violación de los derechos humanos por parte de todos los actores, reorientación de las Fuerzas Armadas y la Policía para que garanticen la paz interna después del conflicto, incorporación de los guerrilleros a la arena electoral, acuerdos de política social y distribución de los recursos nacionales, y conformación de una comisión de verdad y reconciliación de posconflicto.
Lo más extravagante de esta guerra, dice, “es que ni ideológica ni políticamente las diferencias son insalvables”.
Sobre el efecto directo que tiene el narcotráfico en el conflicto colombiano, sostiene que éste no es la causa, sino una manera de financiación de los grupos armados y ve un doble discurso del gobierno colombiano cuando solicita la solidaridad de la comunidad internacional. “Uno es el conflicto regional en el que pide organizarse en contra del terrorismo y el narcotráfico en Colombia, pero cuando habla de salida negociada, no quiere que la comunidad internacional se meta, porque es un problema interno”, señala.
En su opinión, “los repetidos fracasos e interrupciones de los procesos de paz durante seis periodos presidenciales consecutivos demuestran, de manera convincente, que la paz es demasiado importante como para dejarla exclusivamente en manos de los combatientes o de las partes en conflicto. Por tales razones se requiere de observadores, mediadores o facilitadores ajenos al conflicto para que intervengan en un proceso de paz”.
¿Qué va hacer E.U. con las bases?
Sobre la injerencia cada vez mayor de Estados Unidos en Colombia, Chernick, se preguntó qué va hacer ahora el gobierno de Washington tras la declaratoria de inexequibilidad por parte de la Corte Constitucional del acuerdo del 30 de octubre del 2009 que permitía al Comando Sur la utilización de por lo menos siete bases militares colombianas.
¿Será que Estados Unidos va a sacar a su personal que ya está instalado en esas bases mientras se negocia un nuevo tratado de asistencia militar?, se pregunta el politólogo, y a renglón seguido añade: ¿quién controla eso?
Colombia, primer laboratorio de guerra irregular antes de Vietnam
Aprovechando su presencia en la Feria del Libro de Bogotá, POLO dialogó con este catedrático norteamericano, quien ha estado vinculado como profesor visitante a las Universidades de Los Andes y Nacional, así como al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), liderando una investigación sobre alertas tempranas y prevención de conflicto.
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