¿Por qué Robledo soy yo?
Por: Esteban Carlos Mejía
NO TODO MUNDO PUEDE NADAR contra la corriente. Ni quiere. Pero al senador Jorge Enrique Robledo, del Polo Democrático Alternativo, ir en contravía le sale del alma. Tal vez la militancia en el MOIR, el más insólito de los partidos, le ayudó a forjar esa personalidad, tan vertical, tan recia, tan desobediente.
Defender a los productores colombianos ha sido esencial en su práctica política. Al lado de Fabio Trujillo Agudelo, participó en la Unidad Cafetera Nacional, organización gremial de pequeños y medianos caficultores. Con el empresario arrocero Ángel María Caballero y otros cultivadores creó la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria. En 2002 se lanzó al Senado y sacó más de 45.000 votos. Hace cuatro años subió a casi 81.000, la sexta votación en el país.
Tiene un estilo serio, audaz, convincente y, no pocas veces, tajante. Sus debates parlamentarios han sacudido a la nación: el despojo de Carimagua, el favoritismo de los hijitos del Patrón, Agro Ingreso Seguro, la pérdida de la soberanía agrícola. Con minuciosidad, ha desentrañado el carácter oligárquico de las estrategias uribistas: la seguridad seudo democrática, la desconfianza inversionista y la cohesión antisocial. A algunos les choca esta oposición a ultranza y le recriminan dizque el negativismo. “¿Qué quieren que le aplaudamos a Uribe?”, suele responder. “¿Las altas tasas de desempleo, pobreza y miseria? ¿El régimen de salud que mata más que las violencias? ¿Un sistema educativo excluyente y de baja calidad? ¿El boleteo mensual de los servicios públicos? ¿Un aparato industrial y agropecuario enclenque y en retroceso? ¿La desnacionalización de la economía? ¿Que le baje los impuestos a los monopolistas y se los suba a los demás? ¿La persecución al sindicalismo? ¿El sometimiento a los dictados de Washington y del neoliberalismo? ¿La parapolítica y la yidispolítica? ¿La falsa democracia, la plutocracia o la cleptocracia?”.
En lo teórico, sus dos trabajos más sobresalientes, a mi juicio, sonwww.neoliberalismo.com (2000), memorial de agravios contra la globalización, y Manizales, la ciudad de la colonización antioqueña (1996), historia crítica de la arquitectura cafetera, premiado en la XVII Bienal Colombiana de Arquitectura. Sus últimas publicaciones descalifican el TLC con Estados Unidos por leonino y antipatriótico. Toda la vida se ha opuesto a la combinación de formas de lucha, “que consiste en combinar las acciones terroristas, el chantaje, la extorsión y el secuestro con el reformismo, el cretinismo parlamentario y la conciliación con los gobiernos de turno”, como alguna vez sentenció Pacho Mosquera, fundador del ya mentado MOIR.
Como el cariño verdadero, ni se compra ni se vende. Tampoco se deja torcer por los torcidos. Así, cuando el Polo metió las patas y apoyó la elección de un tinterillo paleolítico como Procurador, presentó una escueta objeción de conciencia, con lo que salvó el voto… y, de paso, la dignidad de sus electores. Con razón y corazón voy a votar por él. ¡Robledo soy yo!
Rabito de paja. “Dolorosamente lo sabemos: en este país el Gobierno tiene para los colombianos la metralla homicida y una temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano”. Jorge Eliécer Gaitán, 1929.
Esteban Carlos Mejía