En apariencia, Occidente defiende la libertad y la democracia. Al menos, siempre y cuando no interfieran con su geopolítica ni sus intereses materiales. La búsqueda de la democracia en Palestina es un claro ejemplo.
Marwan Barghouti en 2001 y amenazado por el Ministro Ben-Gvir en 2025 (Fotos: Wikimedia y captura de pantalla).
Por Dan Steinbock
palestinechronicle.com/13/10/2025
Si los palestinos pudieran celebrar elecciones democráticas, Barghouti, de 66 años, su carismático líder en Cisjordania antes de su encarcelamiento, sería el ganador absoluto. Por eso, Israel anunció el jueves pasado que Barghouti no estará entre los aproximadamente 2.000 prisioneros palestinos que serán liberados como parte del acuerdo de alto el fuego con Hamás.
Desde 1948, la gran estrategia de Israel ha sido la fragmentación de los palestinos y su sueño de un Estado que la mayoría de las naciones reconocen hoy. Un líder palestino popular y unificador es una gran preocupación para el gabinete de Netanyahu.
Las elecciones de 2006 y el bloqueo de Occidente
A pesar de la retirada unilateral de la Franja de Gaza por parte del primer ministro israelí, Arik Sharon, en 2005, Israel continuó controlando su espacio aéreo, sus aguas territoriales y la circulación de mercancías y personas dentro y fuera de Gaza. Por lo tanto, ha prevalecido la condición de Israel como potencia ocupante efectiva.
La retirada sentó las bases para las primeras elecciones palestinas en una década. Las elecciones originales se celebraron en 1996, cuando el proceso de paz aún impulsaba el predominio de la OLP, mientras que su principal adversario, Hamás, se negó a participar debido a las inaceptables negociaciones y compromisos de esta última con Israel.
Aplazadas durante años debido a los desacuerdos entre ambos adversarios y la Segunda Intifada, las elecciones se celebraron en 2006. Los resultados —la victoria electoral de Hamás (44% de los votos) contra el partido gobernante Fatah (41%) en Cisjordania y Gaza, ocupadas por Israel desde 1967— fueron suficientes para que Hamás gobernara sin formar una coalición.
El presidente estadounidense, George Bush, había dado por sentado que unas elecciones democráticas darían como resultado un gobierno prooccidental. De igual manera, el sucesor de Arafat, Mahmud Abás, confiaba en que Fatah ganaría las elecciones. El resultado fue un triple revés. Israel se sintió reivindicado, Estados Unidos humillado y la UE derrotada.
Guerra contra la democracia palestina
Mientras Ismail Haniyeh, líder político de Hamás, se preparaba para tomar el poder, Occidente rechazó el triunfo de Hamás. Tras la represión de los líderes de Hamás contra Fatah, que no había aceptado fácilmente su derrota electoral, Israel y el Cuarteto para Oriente Medio (EE. UU., Rusia, la ONU y la UE) impusieron sanciones económicas contra los palestinos y no se han celebrado nuevas elecciones.
Después de enero de 2009, Mahmud Abbas, de la OLP, siguió siendo presidente tras expirar su mandato, se negó a celebrar elecciones e incluso apoyó el bloqueo de la Franja de Gaza para debilitar a Hamás.
Entre los palestinos, esta conducta fue ampliamente condenada. En Israel y Occidente, recibió un amplio apoyo. La mayoría de los palestinos, tanto en Cisjordania como en Gaza, no ven a Abbas como su principal representante, como lo demuestran las encuestas públicas realizadas desde entonces.
Fueron estas decisiones fatales y erróneas las que allanaron el camino hacia el 7 de octubre de 2023 y la posterior destrucción de la infraestructura de Gaza por parte de Israel y las atrocidades genocidas de sus residentes palestinos.
A pesar de los llamados de Israel y Occidente a un “liderazgo reformado de la OLP”, la mayoría de los habitantes de Gaza han apoyado y siguen apoyando la ofensiva de Hamas, incluso a riesgo de sus vidas, como lo demuestran las últimas encuestas palestinas.
Lo que realmente quieren los palestinos
Si los dos candidatos presidenciales fueran Marwan Barghouti, de Fatah, y Khaled Meshaal, de Hamás, Barghouti obtendría el 58% de los votos y Meshaal el 39%. Estos resultados indican un aumento de 6 puntos porcentuales en el porcentaje de votos para Barghouti y una disminución de 8 puntos porcentuales para el candidato de Hamás.
Desde finales de la década de 1990, la estrategia del gabinete de Netanyahu ha sido asesinar a los líderes de Hamás, en particular a aquellos considerados más moderados. De 1996 a 2017, tras el asesinato israelí del jeque Ahmed Yassin, fundador de Hamás y su sucesor, Meshaal fue el segundo presidente del Buró Político de Hamás hasta que fue sucedido por Ismail Haniyeh. En 1997, el Mossad intentó asesinar a Meshaal en Jordania y este cayó en coma. Solo después de que el rey Hussein amenazara a Netanyahu con anular el histórico tratado de paz bilateral de 1994 y la intervención del presidente Bill Clinton, el primer ministro israelí entregó el antídoto.
Meshaal ha sido el líder interino de Hamás desde 2024. Es considerado uno de los líderes más destacados de Hamás desde la muerte de Ahmed Yassin, asesinado por Israel en 2004, e Ismail Haniyeh y Yahya Sinwar, asesinados por Israel en julio y octubre de 2024, respectivamente, en medio de las conversaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás.
Posteriormente, Meshaal enfrentó varias nuevas amenazas e intentos de asesinato. El 9 de septiembre de 2025, se informó que Meshaal se encontraba en el cuartel general de Hamás cuando fue alcanzado por ataques aéreos israelíes.
Al igual que otros líderes de Hamás, Meshaal es a menudo demonizado en Israel y Occidente. Pero al igual que sus pares, incluido el jeque Ahmed Yassin, Meshaal ha aludido ocasionalmente a opciones de paz a cambio de un alto el fuego y el fin de la ocupación israelí. Como lo expresó en un artículo de opinión de 2008 para Los Angeles Times : «Nuestro mensaje a EE. UU. y la UE es este: Su intento de obligarnos a renunciar a nuestros principios o a nuestra lucha es en vano... Nuestro mensaje a los israelíes es este: Nuestro conflicto con ustedes no es religioso, sino político. No tenemos ningún problema con los judíos que no nos han atacado; nuestro problema es con quienes llegaron a nuestra tierra, se impusieron a nosotros por la fuerza, destruyeron nuestra sociedad y desterraron a nuestro pueblo».
Marwan Barghouti, el Nelson Mandela de Palestina
Marwan Barghouti sigue condenado por matar y herir a civiles israelíes, con cinco cadenas perpetuas consecutivas. A diferencia del partido de extrema derecha Likud del primer ministro Netanyahu, los activistas y líderes pacifistas israelíes lo consideran un moderado en quien confían los palestinos y que podría desempeñar un papel en las negociaciones de paz.
El líder palestino ha vivido gran parte de sus 23 años de encarcelamiento en régimen de aislamiento. Barghouti, de 66 años, quien fuera el joven y carismático líder de Fatah en la Cisjordania ocupada antes de su encarcelamiento, es uno de los casi 10.000 presos palestinos que se consumen en cárceles israelíes.
Nacido cerca de Ramala en el seno de un influyente clan, Barghouti se unió a Fatah a los 15 años, cofundó su movimiento juvenil, fue sentenciado por primera vez a los 18 y adquirió fluidez en hebreo durante su estancia en prisión. Tras estudiar en la Universidad de Birzeit, se convirtió en uno de los líderes palestinos de Cisjordania durante la Primera Intifada. Durante el levantamiento, fue arrestado y deportado a Jordania por incitación, pero finalmente se le permitió regresar gracias a los Acuerdos de Oslo.
Tras las elecciones de 1996 al Consejo Legislativo Palestino, comenzó a impulsar la creación de un Estado palestino independiente. En su campaña contra la corrupción en la administración de Arafat y las violaciones de derechos humanos, Barghouti estableció relaciones con varios políticos, autoridades y miembros del movimiento pacifista israelíes. Cuando la cumbre de Camp David no logró el acuerdo de paz, Barghouti se desilusionó.
Al brindar apoyo tácito a Hamás, el objetivo del gabinete de Netanyahu pasó a ser debilitar a los jóvenes líderes populares de la OLP, como Barghouti, a la vez que apoyaba a sus titulares, de mayor edad y con posturas comprometidas. De ahí el primer intento israelí de aniquilar a Barghouti con un ataque con misiles. Según fuentes de seguridad israelíes, hubo varios intentos de asesinar a Barghouti. Tras este fracaso, las Fuerzas de Defensa de Israel esperaban neutralizar al líder al que los medios occidentales denominaron "el Nelson Mandela de Palestina".
Como es habitual, la campaña internacional para liberar a Marwan Barghouti y a todos los presos palestinos se lanzó en 2013 desde la antigua celda de Nelson Mandela en Robben Island. Como escribió Barghouti sobre su huelga de hambre en el New York Times en aquel momento: «Los derechos no los otorga un opresor... Solo el fin de la ocupación pondrá fin a esta injusticia y marcará el nacimiento de la paz».
Tras la devastadora guerra de Gaza de 2014, Barghouti instó a la Autoridad Palestina a poner fin de inmediato a la cooperación en materia de seguridad con Israel y convocó a una Tercera Intifada. Hoy en día, incluso la Unión Europea lo considera un líder palestino viable. A diferencia de cualquier otro líder palestino en el cargo, Barghouti podría unir al pueblo palestino en un acuerdo de paz duradero, un proceso que la intermediación de China hizo más viable en el verano de 2024.
Los partidarios del Likud y la extrema derecha mesiánica no desean un frente palestino unificado. En febrero de 2024, en medio de la guerra entre Israel y Hamás, cuando Hamás exigió la liberación de Barghouti, este fue recluido en régimen de aislamiento.
Mantenga viva la esperanza, o de lo contrario…
Cuando Marwan Barghouti fue encarcelado en 2002, no tuvo un juicio justo ni las pruebas fueron convincentes. Durante dos décadas, ha mantenido la frente en alto y, contra viento y marea, ha intentado defender una solución constructiva y pacífica entre Israel y los palestinos. Desde octubre de 2023, ha sido golpeado varias veces por los guardias de la prisión, ha permanecido en régimen de aislamiento y no ha visto a su familia. En el último año, las brutales agresiones se han intensificado.
¿Por qué esta tortura horrible e inhumana? Porque Barghouti sigue teniendo una enorme influencia política. El gabinete israelí le teme porque puede lograr lo que el primer ministro Netanyahu ha combatido desde finales de la década de 1990: unificar a los palestinos, como Nelson Mandela unió en su día al movimiento antiapartheid en Sudáfrica.
En un breve video que circuló en agosto, el ministro de extrema derecha de Israel, Itamar Ben-Gvir, amenazó a Marwan Barghouti, de aspecto frágil, dentro de la infame prisión de Ganot , conocida por sus medidas represivas, agrediendo a los detenidos y encadenándolos fuertemente.
Barghouti otorga liderazgo, dirección e integridad a la causa y la resistencia palestinas. A los palestinos (e israelíes) que buscan la paz, les da esperanza.
Si esa esperanza se desvanece, el efecto neto será violento.
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(Este artículo fue publicado originalmente en Antiwar )
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El Dr. Dan Steinbock, autor de La Caída de Israel (2024) y La Doctrina de la Obliteración (2025), es el fundador de Difference Group y ha trabajado en el Instituto de India, China y América (EE. UU.), el Instituto de Estudios Internacionales de Shanghái (China) y el Centro de la UE (Singapur). Para más información, visite https://www.differencegroup.net/
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